La gira de Alberto Fernández, entre el alivio por el swap con China, la incógnita del FMI y el acto de Cristina

Tras 16 horas de travesía aérea, procedente de Indonesia, el presidente Alberto Fernández aterrizó este jueves en el aeropuerto madrileño de Barajas para protagonizar el tercer y último tramo de la gira internacional que comenzó el miércoles pasado en París, Francia. Será recibido por Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del gobierno español. Cuando concluya el único encuentro que tiene previsto en la península ibérica, partirá hacia Buenos Aires cerca las 20 de España (16 horas de Argentina), es decir que estará a bordo del vuelo AR1091, y sin conexión de internet, cuando la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabece el acto por el Día de la Militancia, convocado en el Estadio Único de La Plata. El discurso de la titular del Senado está previsto para las 18.20. 

La descompensación que sufrió por una gastritis erosiva sangrante en pleno arranque del G20, lo expuso a una minicrisis inesperada sobre su estado de salud. La pudo controlar luego de cinco horas de zozobra y siete horas de ausencia de la cumbre. Se apuró por recuperarse, comunicar continuidad y, por sobre todo, evitar que se cayeran las dos bilaterales más importantes que tenía previstas con su par chino Xi Jinping y con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. 

Cuando terminó el encuentro con su par chino recibió la llamada de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su contenido es guardado bajo absoluta reserva, pero la comunicación rompió el silencio que mantenían desde el 1° de septiembre, cuando la dos veces presidenta sufrió un atentado contra su vida que conmocionó a todo el país. Algunos especulan que ella anunciará este jueves su candidatura y otros lo consideran una especulación anticipada, pero el diálogo cambió por completo la previa del discurso de esta tarde en La Plata. «No nos interesa», se limitó a opinar una fuente cercana al Presidente. 

Dólares desde China

Las reuniones con Jinping y Georgieva le permitieron a Fernández llegar a la capital española con dos resultados concretos. Con el mandatario del gigante asiático acordaron aumentar las reservas del Banco Central y ampliar el swap del Banco Popular de China «en forma excepcional» a 5.000 millones de dólares. 

Según explicó en pleno vuelo el ministro de Economía, Sergio Massa, esa operación será implementada en los próximos días. «Tenemos disponibles para trabajar en el mercado libre de cambios 10.000 millones de dólares, porque las reservas pasaron de 5.000 millones, por la recaudación del dólar soja,  a 10.000 millones de dólares adicionales, producto de la liberación del swap» para comercio exterior.  

El segundo punto de la bilateral con Jinping giraba en torno a destrabar los fondos para evitar el freno de la represa Kirchner – Cepernic, en Santa Cruz. La respuesta del mandatario chino fue acceder a devolver los 223 millones de dólares que el gobierno argentino ya puso para continuar con la obra. Fernández y Massa también reclamaron el giro de 1.000 millones de dólares, como parte de los 4174 millones de dólares del crédito total, pero la respuesta del presidente fue entregar 277 millones de dólares a cuenta. Entre el reembolso y el desembolso China girará 500 millones de dólares en los próximos días.  

Las razones ante el FMI

Con Georgieva «lo importante es haber dejado planteado el precio de la guerra y que en diciembre se discutan los sobrecargos, porque se está pagando el doble de la tasa que se le paga al Banco Interamericano de Desarrollo (BID)», explicó Massa antes de aterrizar en territorio europeo. No habrá definiciones en el corto plazo al respecto, pero el gobierno argentino también apunta a morigerar las metas previstas para el año que viene pactadas con el FMI. Si bien ese punto se debatirá recién en diciembre, las perspectivas que sostienen cerca del ministro de Economía, Sergio Massa, apuntan a abrir una renegociación de las metas pactadas con el Fondo para morigerarlas en 2023, como parte del reclamo argentino para compensar las pérdidas que afronta la Argentina por la guerra en Ucrania. 

También hay una expectativa de Economía para que el Banco Mundial entregue un crédito de 230.000 millones de pesos sin que Argentina tenga que hacer un desembolso adicional, como sucede en este tipo de operaciones, como parte del reconocimiento del impacto financiero impuesto por la guerra en Ucrania. Sobre el cierre del G20, la Cancillería destacó que el documento final de la cumbre incluyó «la revisión de la política de sobrecargos del Fondo Monetario Internacional, en línea con el planteo que el Gobierno argentino viene realizando en los últimos meses en distintos foros». Según sostuvo en un comunicado, el texto establece el compromiso de «apoyar los compromisos por un monto de 81.600 millones de dólares a través de la canalización voluntaria de Derechos Especiales de Giro (DEG)», la moneda del Fondo para las transacciones con los demás países.