En las elecciones generales de medio término, el Gobierno logró mejorar la performance alcanzada en las PASO para sostener un escenario de gobernabilidad hacia 2023. En varias provincias y municipios logró achicar la diferencia e incluso revertir el resultado, como el caso de Chaco y Tierra del Fuego. En esa provincia austral, gobierna un partido aliado, FORJA, cuyo presidente es Gustavo López, actual diputado nacional hasta el 10 de diciembre, momento en que retomará la vicepresidencia del Ente Nacional de Comunicaciones, desde donde participa del actual ejecutivo.
-La elección en Tierra del Fuego tuvo un resultado muy satisfactorio.
-Sí, dimos vuelta la elección y ganamos por 11 puntos. Esperábamos un triunfo, no sabíamos por cuánto. Pero allí se dieron una PASO muy fuerte en Cambiemos o JxC, con cinco candidatos muy variados y una pelea entre ellos muy importante, lo que permitió que saquen alrededor de un 36% en esa elección contra 33% que sacamos nosotros. Pero luego sabíamos que era imposible que mantengan el caudal electoral, porque el que más sacó, alcanzó un 14%. Era imposible mantener ese caudal. Ahora, nosotros subimos 9 puntos, de lo que habíamos sacado, y dimos vuelta la elección. Habíamos perdido por 3 y ganamos por 11 puntos de diferencia, 39,5, casi cuarenta, a 28%. Así que fue una excelente elección. Con un trabajo reconocido por el Presidente de la Nación. En el discurso, cuando habló de Gustavo Melella, también habló de los intendentes. Es una provincia muy chica, donde sí se puede buscar el voto a voto. Y bueno, la gente se dio cuenta de lo que estaba en juego, así que pudimos ganar holgadamente.
-Aporta al cambio de panorama para el Gobierno
-El gobierno consiguió un respiro, un alivio. Básicamente porque Juntos por el Cambio creyó que la elección estaba resuelta, que podía además ampliarse la diferencia. El acortamiento en Buenos Aires, donde el 90% de los nuevos votantes terminaron votando al Frente de Todos y otros que acortamos, y el empate en la cantidad de diputados, permite un respiro porque ellos iban por la presidencia de la Cámara y en lo posible embarrar el Senado. En la cámara Alta quedamos un senador arriba, con diálogo con otros senadores: podemos formar tranquilamente la mayoría. Y en Diputados seguimos teniendo dos diputados más que Cambiemos, somos primera mayoría y con un posible acuerdo con 12 diputados, entre los que están los de Santiago del Estero o los del Frente Renovador para la Concordia de Misiones que tienen afinidad ideológica. Así que nos da un respiro para llevar adelante el programa de gobierno que la pandemia impidió ejecutar.
-¿Cuáles serían esos lineamientos?
-Básicamente tiene que ver con las promesas de campaña de 2019 y el cambio profundo que tenemos que aplicar en materia económica y social entre esta elección y 2023. Y ese año será de acuerdo a lo que hagamos nosotros, no según lo que haga la oposición. Además ya sabemos lo que van a hacer, porque estos últimos dos meses trabajaron sobre el mercado financiero, sobre el dólar clandestino o blue o paralelo; sobre la cabeza de la gente haciendo creer que acá había una transición, un derrumbe económico, un derrumbe político, algo que no hubo nunca, de hecho el acto de la CGT y de los movimientos sociales con todas las fuerzas políticas que nos movilizamos este 17 de noviembre, acto que ya estaba arreglado, y marca el apoyo político. Si hacemos una lectura, hay volatilidad en el voto, tenemos un núcleo duro que nos acompaña, la derecha también lo tiene, y hay un 20 % de la población que vota de acuerdo a la situación económica, ni siquiera consideró la pandemia, o consideró que el trabajo que se hizo para conseguir las vacunas como una lectura que eso es una obligación del gobierno. No importa si fue un éxito que el 80% de la población está vacunada. Tendremos que trabajar sobre el proyecto económico y social, sobre el proyecto de trabajo, para que lo que dejamos en el 2015 sea un piso y no un techo. O sea, ir a ese piso para conseguir más derechos. La elección, tal cual terminó, nos da esa posibilidad, de recomponer con el fin o calma de la pandemia y el legado que nos deja esta elección.
-Recomponer como lo hizo Cristina Fernández en su derrota de 2009
-La pandemia era un hecho desconocido, no solo para nosotros sino para el planeta. Corrimos, entre comillas, con una “ventaja”, y es que desde el hemisferio norte tuvo tres meses antes consecuencias tremendas, entonces cuando nosotros en marzo tomamos la decisión del aislamiento social preventivo y obligatorio, fue porque España, Francia e Italia ya llevaban 30 mil muertos cada uno. Hay que recordar que en Europa los fallecimientos de los primeros tres meses fueron catastróficos por no haberse tomado medidas y acá se tomaron. Claro, con el diario del lunes, podemos ver cosas, pero en ese momento no sabíamos si las medidas iban a ser por tres meses, por seis meses, o cuánto se iba a prolongar. Y obviamente que tuvo un efecto en la economía, porque la parte más álgida de la pandemia llegó sobre el final del 2020 y el principio del 2021. Tuvo un efecto sobre la economía, pero nos permitió, proporcionalmente a la población, salvar muchas vidas.
-¿Qué acciones pudieron seguir?
Fijate vos que cuando nosotros llegamos al gobierno, había que atacar de manera urgente el hambre, el 40% de la población estaba en 2019, por debajo de la línea de pobreza, con más de la mitad de los chicos por debajo de la línea de pobreza. Había que atacar el hambre y salió la Tarjeta Alimentar. Había que salir a renegociar la deuda, porque sino había que entregar la llave de Argentina. El país es inviable con el pago de la deuda. Se renegociaron todos los créditos privados, casi 38 mil millones de dólares, y se comenzó la negociación con el FMI (Fondo Monetario Internacional). Es decir, se pagaron sólo algunos vencimientos que no pusieron en riesgo la continuidad de la política económica de Argentina. Y el tercer elemento que atacar es el cambio de matriz productiva o del modelo económico, pero cuando íbamos a hacer eso, al día 99 vino la pandemia, y bueno, eso es lo que hay que retomar, en un contexto macroeconómico donde el país tuvo un rebote del 9,1% de crecimiento de su PBI, casi un 3% de crecimiento del empleo formal. Bueno, tenemos que aprovechar el superávit de caja, es decir de la Balanza Comercial para llevar adelante un cambio de paradigma en materia económica y social. Entonces, se gana con la política que prometimos hacer en 2019 y no con la de ajuste que propone la derecha. En un contexto de derechización de las ideas políticas de nuestro país. Preocupante.
-¿Cuáles serán las políticas a seguir?
-Uno de los temas claves que planteó Alberto Fernández es la discusión parlamentaria del acuerdo con el FMI. Esa es una deuda que contrajo el gobierno anterior, de manera irresponsable, con anuencia del Fondo, que prestó ese dinero, que se fugó en su gran mayoría. A mí me parece oportuno, que determinadas políticas se deban acordar con la oposición, como por ejemplo, este acuerdo. Aquellos que creen que todo lo podemos acordar con la oposición, uno le tiene que decir que no, que hay diferencias entre un modelo popular y un modelo neoliberal, que seguramente hay muchas cosas que son imposibles de acordar. Pero hay otras, pongo de ejemplo algo que no debería estar en debate, porque está en el artículo transitorio número 1 de la Constitución Nacional, que es la soberanía de la Malvinas. Hay temas, que son de carácter institucional que no deberían ser motivo de división, sobre todo, en un momento, dónde yo creo que con algunos sectores de la oposición hay que tender puentes para acordar esos temas, porqué, porque hay una derecha antidemocrática, al menos en discurso como el de Milei o Espert, que en situación de crisis, como lo es la pandemia, o en situación de catástrofe, pueden prender, incluso en gente que no se da cuenta de lo que está escuchando, no se da cuenta que le están diciendo que quieren echar a un millón y medio de empleados públicos, que los ricos no van a pagar impuestos y el impuesto va a estar en el trabajo, que no va a tener indemnización y no va a tener derechos laborales, sin embargo sacó un porcentaje importante en las villas de la Ciudad de Buenos Aires. Hay políticas como el acuerdo con el Fondo que tienen que ser responsabilidad del sistema político, porque fue responsabilidad del gobierno anterior, y hay otros que si podemos acordar líneas generales, lo haremos, lo que tendremos que llevar adelante son las políticas por las que el pueblo nos votó. En materia económico y social es difícil que pueda haber un acuerdo, por lo menos con el PRO, quizás sí con algún sector del radicalismo, lo que pasa es que hay que ver a qué juega, si a sostener su postura ideológica o va a jugar a debilitar al gobierno.
-Ya hay tensión y debate al interior de Juntos por el Cambio
– El domingo de las elecciones, en el búnker de Cambiemos, cantaban “el que no salta es un radical”. Yo digo: ¿No les aportó un millón y medio de votos Manes en la provincia de Buenos Aires? Otro punto, ¿qué radicalismo? ¿El de Tetaz?, que de radical no tiene nada, que es una persona del neoliberalismo más recalcitrante, que se metió en ese partido como se podría haber metido en cualquier otro. Porque digo, cuando Tetaz propone la eliminación de las indemnizaciones, ni siquiera sabe que la reforma del 14 bis de la Constitución Nacional la hizo un radical que era Crisólogo Larralde, y que si vos lees la plataforma de 1957 del radicalismo, estoy hablando de mediados del siglo XX, este radicalismo no tiene nada que ver con el que planteaba la reforma agraria y todas las cosas que planteó. De hecho se cumplió un aniversario de la anulación de los contratos petroleros por parte de Arturo Illia. Por eso creo que hay sectores con los que se puede hablar, otros que no van a querer hablar porque piensan lo contrario. Ahora, lo que nosotros no podemos desviar es nuestra política, tenemos que aplicar la nuestra, no podemos aplicar la de ellos.
-Una agenda necesaria es la estructura agraria. Vicentín era una oportunidad.
-El ejemplo de Vicentín es algo que no nos puede volver a pasar, porque era una idea maravillosa. Porque había hecho un fraude al Estado, a los acreedores y a todos los productores que le habían vendido. Se fugaron la plata, se la robaron a los productores y al Estado, hay delitos penales de por medio, y lo que el Presidente pretendía es salvar la empresa para que no quedara en manos de acreedores externos y se extranjerizara aún más la producción de alimentos en Argentina. Ahora, eso, necesita una táctica, necesita una estrategia, que no hubo, carecimos, y fuimos a los ponchazos. No podemos ir así. Ahora, a mí me parece que no solo lo que está haciendo Feletti es lo correcto, por 90 días el congelamiento, que es como frenar con la caja cambio, junto al pedal de freno buscamos reducir la inercia. Me parece que hay que sentarse y hacer un análisis de costos, para que si algún producto aumenta lo haga por estructura de costos y no por especulación financiera o por la cultura referenciada al dólar y la volatilidad de nuestra moneda. Son las grandes metas que tenemos que tomar, porque nos pusimos como meta que el salario esté por encima de la inflación, y si nosotros no controlamos la estructura de costos que tiene que ver con la formación de precios, vamos a terminar en una espiral inflacionaria, porque si al aumento de precios le respondes con aumento de salarios, volverán a subir los precios, y no porque haya una causalidad, porque en algunos sectores el costo salarial es ínfimo, sino por especulación, porque si sube el dólar aumenta, nunca baja. Por eso es que hoy tenemos hoy un nivel nuevamente superior al 50% y no hay explicación de costos más que lo especulativo. Por eso es fundamental la política de precios, la política de empleo o la política de inversión, y para eso tenés que meter con la política de costos.
-¿Respecto al área comunicacional, qué hay que cambiar?
-Marcaría dos cosas, una es la comunicación del Gobierno y otra es la de los privados. La primera es responsabilidad del mismo Gobierno, no es un área del ENACOM, es de la Secretaría de Comunicación, de la Jefatura de Gabinete y de todas las áreas que componen la comunicación oficial. Si hay un déficit en la comunicación oficial o no supo comunicar sus iniciativas, allí el gobierno deberá revisar su estrategia. Si el gobierno tiene dificultades para comunicar, es un problema. Pero hay otro problema, que implica a la concentración de los Medios, que es brutal. Mi opinión personal que llevé al seno del ENACOM, y lo he manifestado en la Cámara a mis compañeros de bancada y de frente, es que hay muchas herramientas que tenemos que utilizar para ayudar a la democratización de la comunicación, porque hace a la calidad de la Democracia. La comunicación no es fabricar tornillos, que si no me gusta ésta ferretería me voy a otra. Si vos tenés una concentración de Medios tan brutal, lo que tiene que hacer un Estado, y no hablo de un gobierno, como se hace en Estados Unidos, Inglaterra o Alemania y no lo hace la Argentina, es abrir el sistema de Medios a más voces. La Ley de Servicios de Medios Audiovisuales tenía ese objetivo y quedamos a medio camino. Por eso creo que hay políticas del ENACOM que tenemos que llevar adelante, que dan la posibilidad de licitar canales de televisión y radio, y me parece que hay que ir por ese camino. Después hay otras herramientas, que no son del ENACOM, que tienen que ver con el Ejecutivo Nacional o el Congreso, referidas a la pauta publicitaria, donde hoy se está usando un criterio, que no es ni bueno ni malo, que está relacionada a cuánto quiero difundir lo que quiero comunicar. Yo puedo ir por los medios de mayor audiencia, vas a llegar a más gente, pero vas a consolidar ese sistema de Medios, que además cada uno de eso juega políticamente. También podés tener un criterio de repartir la pauta en dos, tres o cuatro, en lo que se te ocurra, donde le des una parte al sistema de comunicación no comercial, otro al sistema PyMe o no corporativo y otra parte a las empresas grandes, así quedará más repartido. Además yo creo que al sector comunitario y PyMe hay que ayudarlos con créditos blandos o con subsidios. Alguien dirá por qué, si ellos deben competir, pero les digo, porque hace a la calidad de la Democracia, porque todos los países tienen normas que regulan, no los contenidos, cada uno dice lo que quiere, sino cómo se distribuye el aire para que haya un equilibrio. En este país no existe, porque se rompieron todas las reglas y hay que recrearlo.
*Entrevista realizada en La Vanguardia On Line, junto con Verónica Baston; Pablo Alvarez y Rodrigo Borges Brum.