En la Casa Rosada, con el presidente de vacaciones intermitentes en Villa La Angostura, los funcionarios que arrancaron el verano en sus despachos prefieren restarle dramatismo al debate interno de Cambiemos respecto a desdoblar las elecciones bonaerenses de las nacionales. Dicen que ante la falta de noticias durante el arranque del año electoral, los medios presentan la controversia como una novela que no es tal. Sin embargo, las versiones a favor y en contra del desdoblamiento en el distrito electoral más importante del país surgen de las entrañas del PRO y de las dos administraciones comprometidas en el debate que finalmente será saldado por Mauricio Macri.
Uno de los colaboradores más cercanos de la gobernadora María Eugenia Vidal sostiene que nada ha cambiado y que la determinación será tomada entre marzo y abril, aunque la jefa del Ejecutivo bonaerense está cada vez más convencida sobre la pertinencia del desdoblamiento. Una posición que contrasta con los planes del jefe de Gabinete Marcos Peña, cuyos funcionarios insisten en que la posibilidad está descartada, mientras otros miembros del Gabinete aseguran que la posición del ministro coordinador no es tan irreductible y que, a diferencia de hace un mes atrás, ahora está dispuesto a evaluar la posibilidad. A mediados de diciembre el clima interno tenía otro espesor con una densidad tan palpable dentro de Cambiemos que algunos destacados dirigentes hablan de una «espuria guerra de encuestas» que buscó «enlodar» la iniciativa del desdoblamiento bonaerense.
Pero los inquilinos del primer piso de Balcarce 50 insisten en la negativa, luego de cerrar una semana que confirmó el rol de Peña como jefe de campaña, pero que dejó en evidencia los roces con que tiene con Vidal. El lunes, Peña encabezó la primera reunión del año de la mesa electoral del PRO, pero no hubo ningún representante de la Provincia de Buenos Aires. El faltazo de la gobernadora en la sede partidaria de Balcarce al 400 fue secundado por su mano derecha Federico Salvai y volvió a contrastar con los intentos oficiales para bajarle el tono al debate. En La Plata sostienen que las controversias entre Vidal y Peña ya llegaron a un punto de equilibrio inestable que solamente será resuelto por Macri. Algunos admiten que luego de tres años de tironeos y una crisis económica de por medio, la relación entre ambos «es la que hay».
No fue el único esmerilamiento público que transitó Peña esta semana como jefe de campaña en ejercicio. El otro corrió por cuenta de la diputada nacional y jefa de la Coalición Cívica Elisa Carrió, que reapareció en los medios con un cuidado reportaje concedido al canal de cable Todo Noticias donde anunció que no se postularía este año como candidata a senadora nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Dijo que antes de ir al canal se había reunido con el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, pero no con Peña, a quien hizo peregrinar casi cien kilómetros al día siguiente, para recibirlo en la casa que posee en la localidad bonaerense de Exaltación de la Cruz. En nombre del ministro coordinador consideraron como un detalle «insignificante» si Carrió llamó a Peña, o si fue al revés. Pero la chaqueña lo recibió en su casa luego de resolver su futuro con Rodríguez Larreta y hacerle saber a Peña su decisión de acatar lo que diga Vidal sobre el desdoblamiento, siempre en acuerdo con Macri, pero sin darle ningún peso al joven funcionario en ese debate.
En la casa de Lilita se materializaron otros reclamos de la chaqueña, como el regreso del exsecretario de Energía, Javier Iguacel, que hace tres semanas fue reemplazado por el ex «controller» Gustavo Lopetegui. Iguacel había caído bajo el dedo de Peña, pero también a pedido del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Sin mencionarlo, Carrió apunta contra el ministro de Economía en medio de crecientes tironeos con su par de Producción y Trabajo, Dante Sica.
La Casa Rosada buscará resolver una posición sobre el desdoblamiento bonaerense, mientras los demás gobernadores de Cambiemos, como los radicales Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy) se niegan a unificar con las presidenciales de octubre, hasta que se dirima una jugada política en Buenos Aires que algunos definen como la más audaz que puede tomar Vidal para recuperar la iniciativa. «