El presidente Alberto Fernández volvió a condenar la instalación de prácticas violentas en la política, esta vez en ocasión de la convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), en La Rural. “No le demos más espacio a los cultores del odio”, insistió en un largo discurso en el que señaló una por una las últimas expresiones violentas propaladas por dirigentes de la oposición y comunicadores masivos

El presidente leyó su discurso de manera pausada. Según pudo saber Tiempo, lo había escrito él y lo revisó junto a la portavoz, Gabriela Cerruti. Lo escuchaban empresarios de la construcción y algunos dirigentes, allí en el histórico predio de Palermo, propiedad de la cámara ruralista, que se suele usar para actos opositores.

Tras un fin de semana en el que el país vivió su episodio de violencia política más trascendental desde el levantamiento de Semana Santa, el gobierno y sus funcionarios siguieron adelante con una rutina alterada, entre el seguimiento de la causa judicial que investiga el intento de magnicidio perpetrado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y la agenda de gestión pautada con anticipación, como la que llevó adelante Sergio Massa en Estados Unidos.

La movilización del viernes

Pero en la primera aparición oficial del presidente, después de la cadena nacional en la que convocó al feriado que movilizó a millones de personas a la Plaza de Mayo, el mandatario quiso volver a expresar su llamamiento contra la violencia política al señalar que se genera violencia la publicar notas periodísticas “aviesamente falsas”, en contra suyo y de la vice por el revalúo inmobiliario. También recordó la analogía sobre el cáncer que se hizo en programas de televisión, y refirió a los dos diputados de la oposición, uno que sostuvo “ellos o nosotros” y otro que pidió pena de muerte para Cristina.

Alberto destacó también el nivel de movilización pacífica que se produjo el viernes. “El intento de asesinato de la Vicepresidenta, además de su dimensión humana, es de una enorme gravedad política e institucional. El pueblo argentino se conmocionó y salió a las calles a expresar su repudio. No hubo un solo acto de violencia. No hubo una sola vidriera rota. Era un pueblo conmovido reclamando paz y respeto en la convivencia”, destacó.

Alberto agradeció la presencia de Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, y el de la cámara empresaria anfitriona, Gustavo Weiss, en la reunión que convocó de urgencia el viernes en Casa Rosada.

violencia política Alberto Fernández
Foto: Prensa Presidencia

Los pasajes destacados del discurso de Alberto Fernández

“La Argentina está lastimada. No es para menos. La memoria democrática no recuerda una imagen tan tremenda como aquella que vimos cuando alguien martilló una pistola a escasos centímetros de la cabeza de nuestra vicepresidenta. Haya sido como consecuencia de un milagro o de una falla mecánica, el homicida no logró su objetivo y eso nos alienta hoy a poder reflexionar sobre lo ingrato del hecho que deja al descubierto el tiempo en el que vivimos”, leyó sin prisa.

“Hoy tenemos dos certezas que nos deparan algo de alivio. La primera, es que Cristina está viva. La segunda, es que quien empuñó el arma asesina está detenido, siendo investigado por la justicia”, sostuvo. “Yo tengo otra certeza. Quien intentó llevar adelante un magnicidio no es un monstruo escapado de alguna tierra lejana, ni viene de otra galaxia, ni nació marcado para ser asesino. Es uno de nosotros. Un joven, un miembro de nuestra nación, nuestra comunidad, nuestro país, que un día se ubicó fuera de los márgenes de la democracia, lleno de odio, de violencia, de rencor, y rompió nuestro acuerdo de convivencia, nuestro pacto democrático” enfatizó.

“Desde hace muchos años observamos cómo el discurso del odio y las expresiones violentas fueron volviéndose moneda corriente entre nosotros. Alguien expresa en un almuerzo televisado que una ex presidenta es “el cáncer” de la Argentina y todos siguen comiendo como si nada grave se hubiera dicho. Unas decenas de personas cuelgan bolsas mortuorias de las rejas de la Casa de Gobierno. A cada una de ellas le ponen nombre y apellido para que la intimidación surta efecto. Algunos medios de comunicación corren presurosos para difundir la escena y hasta lograr los testimonios de los autores del “montaje”, extraño modo de llamar a la barbarie”, señaló el presidente.

«Aviesamente falsa»

También volvió sobre la causa vialidad y criticó al fiscal que comparte equipo de fútbol con Mauricio Macri, Diego Luciani. “Un fiscal acusa a una expresidenta. Más allá de la liviandad jurídica que exhibe, solo es una acusación y por lo tanto la “acusada” merece ser considerada inocente porque ninguna sentencia judicial la ha condenado. Sin embargo, ello basta para que dirigentes opositores alcen discursos impiadosos en redes sociales y en medios de comunicación y para que un diputado se monte en el hecho reclamando la pena de muerte para la acusada. Así construyen las ‘condenas sociales’”, sostuvo.

“Un diario de alcance nacional anuncia en tapa a cuatro columnas que los patrimonios del presidente y de la vicepresidenta se triplicaron de un año para el otro. La información es aviesamente falsa. Pero eso no importa porque el objetivo no es informar si no solo generar indignación en quien lo lee. ¿Cómo fue que ocurrió que los argentinos acabamos por naturalizar tanta infamia? ¿Cómo fue que sucedió que la decrepitud de los discursos antidemocráticos acabara cooptando los espacios mediáticos y las redes sociales? ¿Cómo fue que un diputado nacional convoque al enfrentamiento de un pueblo afirmando ‘son ellos o nosotros’?”, preguntó.

“En una sociedad no todos somos iguales. No todos expresamos los mismos intereses. Diferimos en cuestiones políticas, religiosas y en muchos otros temas. La diversidad es constitutiva de una sociedad y el respeto a la diversidad es la regla que en democracia se impone. Sabemos en consecuencia que hay quienes piensan como nosotros y hay quienes no. Pero aun sabiendo eso, lo que sí no debemos poner en tela de juicio, es que en una sociedad todos estamos incluidos y todos debemos respetar y ser respetados en nuestra individualidad”, llamó.

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Foto: Prensa Presidencia

Adiós a Magdalena Ruiz Guiñazú

“Necesitamos poder crecer en paz y unidos. Estos propósitos no lograremos concretarlos si no asumimos de una vez y para siempre la obligación que nos cabe de garantizar la convivencia democrática. Si es ese nuestro objetivo no les demos más espacio a los cultores del odio, a los que se valen de la libertad de opinar para difamar y desalentar al pueblo, a los que se encumbran en la democracia solo para desprestigiarla con discursos que no dejan de repudiarla, a los que siembran la violencia con el solo objeto de enfrentarnos. Hoy nos ha dejado Magdalena Ruiz Guiñazú y debemos recordar su trabajo comprometido en la Conadep”, recordó.

“Forjamos los cimientos de esta democracia con memoria, verdad y justicia. Supimos unirnos para salir con más democracia cuando alguna crisis militar, política, económica, nos desafió. Dijimos Nunca Más. Y cuando dijimos Nunca Más, no le dijimos Nunca Más solamente a la dictadura militar, las desapariciones y la tortura. Le dijimos Nunca más al odio, a la violencia, a la persecución, a los desencuentros. A la falta de justicia y de debate democrático. Somos el Gobierno de los argentinos que quiere convocar a su pueblo a vivir en unidad y en paz. Ambas son condiciones esenciales para salir de estos años difíciles que hemos debido atravesar”, convocó.

“Todos los argentinos debemos sinceramente reflexionar sobre lo acontecido y contribuir desde nuestro sitio a una mejor convivencia entre todos. El recuerdo del derrocamiento del presidente Yrigoyen y la forma en que la democracia nos fue arrebatada hace exactamente 92 años hoy nos puede servir. Es un espejo que nos alerta. Cuidemos nuestras instituciones. Protejamos a la democracia de todos aquellos que la desprecian. No son ellos o nosotros. Somos todos y todas. El pueblo de la Nación argentina”, convocó.