En el sudoeste de Rosario, una nueva iniciativa destinada a mejorar la soberanía alimentaria y apoyar a los productores regionales tomó forma con la creación de la primera Planta Local de Fraccionamiento de Alimentos, impulsada por la Empresa Pública de Alimentos (EPA). La planta, que se extiende sobre una superficie de 1.100 metros cuadrados, cuenta con tecnología de última generación para recibir, acondicionar, moler, fraccionar y empaquetar productos alimenticios locales.
Este proceso permite la producción de unidades nutricionales listas para ser distribuidas y comercializadas, impactando directamente en la comunidad rosarina.
La Empresa Pública de Alimentos se define como “una corporación pública destinada a la producción y comercialización de alimentos”, confirmada por “una planta fraccionadora de productos de consumo masivo y un conglomerado de cooperativas y empresas asociadas de diferentes escalas que trabajan para el acceso a alimentos de calidad a un precio accesible.”
Fue creada a principios de 2024 por la Fundación Ciudad Sin Miedo –presidida por Juan Monteverde, referente de Ciudad Futura, una organización que creció en Rosario a partir de su vinculación con proyectos sociales, barriales y cooperativos– en alianza con la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe), una de las entidades integrantes de la Mesa Agroalimentaria Argentina (MAA).
Organización comunitaria, menos intermediarios, mejores precios
En diálogo con Tiempo Rural, Silvio Antinori, vicepresidente de Fecofe, destacó la importancia de continuar con este acuerdo que se había puesto en marcha meses atrás con el lanzamiento de la Caja Cooperativa de Alimentos EPA-FECOFE.
Las cajas que contienen artículos de la canasta básica elaborados por pequeños productores, cooperativas y empresas recuperadas, en la actualidad cuentan con cuatro modelos: la “semanal” a $8.800, la “mensual” a $17.500, otra para el “desayuno” a $12.000 y la “verano” que se comercializa a $13.500. Según estiman los promotores de la iniciativa, estos precios permiten un ahorro de alrededor del 40% respecto de las segundas marcas.
Las cajas de alimentos pueden adquirirse haciendo el pedido por whatsapp a través de la página web www.epa.coop.ar. También se distribuyen por medio de sindicatos docentes como Amsafe, Sadop, Coad y Agmer.
Antonio Salinas, integrante de Ciudad Futura y director de la EPA, considera que «discutir los alimentos en la Argentina es discutirlo todo, desde el acceso a la tierra hasta las dinámicas del agronegocio, pasando por los problemas ambientales y las desigualdades en las cadenas de valor alimenticias”. La planta que acaban de inaugurar se propone “llegar con unidades nutricionales básicas a todas las familias rosarinas que hoy tienen inconvenientes para acceder a la compra de alimentos sanos”, explica el dirigente social.
Esta iniciativa no solo contribuye a reducir los costos de los alimentos mediante la eliminación de intermediarios en la cadena de valor, sino que también fortalece el rol de pequeños y medianos productores locales que venden sus productos a granel, como lentejas, arroz, harina de trigo y legumbres, que son clasificados y empaquetados en esta nueva planta.
«El problema del acceso a los alimentos se ha convertido en un drama para muchas familias argentinas”, señala Salinas. «En ciudades como Rosario, esto se vive cada vez que vamos a un supermercado. Lo que encontramos en las góndolas refleja una desconexión entre lo que produce nuestro campo y lo que realmente consumimos», agrega. La organización de cadenas cortas de producción, donde los productos de agricultores locales son procesados y envasados en plantas cercanas a las grandes ciudades, reduce los costos y los precios al consumidor.
«Estamos trabajando para que los productores regionales puedan garantizar un precio justo por sus cosechas» afirma el director de la EPA. La planta ya estableció relaciones con agricultores locales que, incentivados por la seguridad de una compra preacordada, comenzaron a sembrar cultivos adicionales para abastecer esta iniciativa.
El proyecto se propone garantizar el acceso a los alimentos, pero además ayudar a comprender qué se produce, para quién y bajo qué condiciones. «No se trata solo de políticas públicas, sino de transformar el paradigma actual, donde la privatización y la concentración económica relegan derechos básicos como la alimentación», concluye Salinas.
El campo y la ciudad
«La empresa pública de alimentos es la empresa de todos, es la comunión de la sociedad del campo con la ciudad», afirma Antinori. El dirigente de Fecofe destaca, además, que la EPA es una iniciativa que nace desde lo público pero busca soluciones conjuntas entre organizaciones sin depender exclusivamente del Estado, “ante la urgencia de actuar frente a la paradoja de un país que produce alimentos para 400 millones de personas, mientras muchos ciudadanos pasan hambre”.
Mateo Compagnucci, gerente comercial de la Federación de Cooperativas Federadas, destacó la importancia de profundizar estos proyectos: “Se logra asumir un rol protagónico en la comercialización de alimentos, fortaleciendo tanto a las cooperativas asociadas como a aquellas con las que articulamos esfuerzos, en pos de promover los valores del mutualismo y el asociativismo”.
«Entendemos que este modelo es fundamental para construir una sociedad más igualitaria y democrática, donde el alimento no esté ligado al precio del dólar, sino que sea un acceso real para todos los argentinos», afirmó Compagnucci.
Recientemente, la EPA firmó un convenio con el municipio de Pérez, ubicado en el área metropolitana de Rosario, para inaugurar en 2025 una segunda planta industrial con capacidad de elaborar 9.000 unidades diarias de barritas de cereales saludables y libres de octógonos, “con la intención de desarrollar una política pública alimentaria sobre todo destinada a primera infancia y a niños y niñas en edad escolar, buscando garantizar un acceso amplio y equitativo a opciones nutritivas”, detalla Salinas, presidente de la corporación.