Este miércoles, al cumplirse 65 años del fallecimiento de Evita, una columna nutrida de trabajadores asalariados, la mayoría miembros de cooperativas de trabajo, fábricas recuperadas o responsables de comedores y merenderos en diferentes barrios, marchó hasta la sede del Ministerio de Desarrollo Social para homenajear a la segunda esposa de Juan Perón y figura mítica del peronismo y la clase obrera. Bautizada ‘abanderada de los humildes’ por sus contemporáneos, Evita sigue siendo un símbolo de extrema vigencia en esta actualidad: sobre todo en este presente de neoliberalismo y creciente conflictividad social. Así lo entendieron los miles de manifestantes del Frente por Trabajo y Dignidad Milagro Sala que caminaron unas 10 cuadras con sus antorchas para concentrarse sobre la avenida 9 de Julio entre Belgrano y Moreno.

El homenaje, en efecto, fue organizado por el Frente Milagro Sala, la organización que fue reprimida por la Policía de la Ciudad el miércoles 28 de junio, justo en el mismo escenario en el que este miércoles tuvo lugar la Marcha de Antorchas: la intersección de la 9 de julio con la calle Moreno. El Frente Milagro Sala es, en rigor, una coordinadora de agrupaciones territoriales y de la economía social. 

La jornada en memoria de Evita concluyó cerca de las 20:25, hora mítica en la que un locutor oficial anunció su muerte por la cadena estatal de radio en el año 1952. Estaba previsto que el cierre estuviera a cargo de Hebe de Bonafini. La titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo llegó en una camioneta pero se excusó de hablar porque el humo de las bengalas le irritaba las vías respiratorias, algo afectadas por una gripe.

A las 20:25

El cierre del evento quedó en manos de dos religiosos, el sacerdote Raúl Gabrielli, miembro del Grupo de Curas en Opción por los Pobres y ex compañero del párroco asesinado por la Triple A Carlos Mugica, y el sheij musulmán Mahsen Alí, de la comunidad islámica argentina, quien recordó que en su familia conocieron las primeras sábanas y recibieron los primeros juguetes de manos de “una mujer rubia con la piel de porcelana”, en alusión a Eva. Los dos religiosos pronunciaron una oración ecuménica por la Abanderada de los Humildes. La plegaria clamaba por paz y justicia. Luego se emitió por los parlantes un discurso famoso de Evita: allí denunciaba, con su voz inconfundible, al “capitalismo foráneo” y a “los vendepatrias de adentro, que se venden por cuatro monedas”. 

Antes habían desfilado por el micrófono varios oradores. Cada uno de ellos representaba a un sector de los trabajadores afectado por la ola de despedidos, el ajuste y las medidas oficiales que promueven la desindustrialización. Primero hablaron Leandro Gómez y Ricardo Pacheco, despedidos de la planta de PepsiCo en la localidad bonaerense de Florida; luego lo hizo Ana Nuciari, cofundadora de la cooperativa La Pascana, restaurante y pizzería del barrio de Palermo recuperado por sus trabajadores. “Hace un mes nosotros vinimos a este lugar a pedir un plan integral de fomento a las cooperativas y nos terminó reprimiendo la policía”, recordó mientras la policía de la Ciudad -la misma fuerza que reprimió el 28 de junio, con carros de asalto, gas pimienta, palos y balas de goma- hacía un cordón para separar a los manifestantes del carril exclusivo del Metrobus. 

La sucesión de discursos desde el escenario -un camión con parlantes y un grupo electrógeno cruzado sobre la 9 de julio- siguió luego con Ana, responsable del comedor infantil “Ilusión de un sueño”.  

“Estar aquí no es un orgullo para nosotros. Hace un año y medio éramos apenas un merendero, con 70 pibes anotados. Hoy la necesidad nos llevó a convertirnos en un comedor, con 150 chicos a quienes sus padres mandan porque no tienen para darles comida. Es muy angustiante lo que estamos viviendo y a lo que nos están llevando. Los padres pierden la dignidad. Nosotros no somos choripaneros, a nosotros nos trae el hambre”, casi que gritó Ana desde el micrófono. Se notaba su bronca.  

Los dos últimos oradores -también mujeres- fueron Sonia Santana Cruz, trabajadora afiliada a la UOCRA (construcción) que fue despedida de la central nuclear Atucha; una compañera suya que sigue en su puesto como mantenimiento en la central de la localidad de Lima, afueras de Zárate, y Claudia Lázzaro, militante gremial afiliada al sindicato de Obreros Curtidores de Cuero (SOC).  

“En el acampe de la rotonda de Zárate llevamos 18 días exigiendo que se retroceda con los despidos. Hemos dejado esta mañana (por el miércoles de mañana) porque se abrió un compás de negociación, pero si esto no se soluciona volveremos y estaremos otra vez en la rotonda”, advirtió Sonia. “Hace dos años en el sector del cuero se abrían puestos de trabajo y hoy está todo al revés, con despidos y cierres. Por eso hicimos esta movilización, con 10 mil compañeros. Y acá estamos, recordando por qué la oligarquía perseguía a Eva, como hoy persigue a Cristina y a Milagro Sala”, subrayó Claudia, del SOC.

Los hijos, los nietos, el mismo odio 

Antes de la despedida, con el cura y el sheij, los dirigentes del Frente Milagro Sala aprovecharon para exigirle nuevamente al gobierno y a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, que dé respuesta a cuatro demandas: la sanción de una ley de emergencia alimentaria, la implementación de tarifas diferenciadas para los clubes de barrio, la puesta en marcha de un plan de fomento a las cooperativas y la restitución total de las pensiones por discapacidad dadas de baja por el Estado.  

Sobre el escenario pero también entre los participantes de la manifestación se pudo ver a los dirigentes y principales caras públicas del Frente Milagro Sala, quienes cobraron notoriedad tras el episodio de la represión de finales de junio: ellos son Alejandro “Coco” Garfagnini, coordinador nacional de la Túpac; el abogado Fernando Gómez, de Descamisados; Eduardo “Negro” Montes, del movimiento de fábricas recuperadas; y Juan Pablo O’Dezaille, de la agrupación Militancia Popular. La marcha también contó con la presencia del secretario de Acción Política de ATE Capital, Marcelo “Nono” Frondizi. “Esta jornada es muy importante porque necesitamos que el urnazo que se viene (en alusión a un eventual triunfo de CFK en la elección bonaerense, NdR) está acompañada por la movilización popular”, señaló Frondizi. De la movilización también participaron el diputado bonaerense Miguel Funes y la legisladora porteña Paula Penacca, ambos de La Cámpora.  

“Eva nos guía, forma parte de nuestra consciencia nacional, y estamos otra vez en la calle demostrando que nuestros reclamos son legítimos. Día a día estamos viendo cómo este gobierno reprime en Carboclor, cómo reprime en PepsiCo, cómo reprimieron en la 9 de julio, cómo reprimieron en Cresta Roja. En fin, hay decenas de casos de represión a los trabajadores y a los movimientos sociales. Este gobierno, lamentablemente, parece haber elegido esa vía”, remarcó Montes en diálogo con Tiempo

“Los sectores antiperonistas, cuando conocieron la enfermedad de Evita, pintaron ‘viva el cáncer’. Los hijos y los nietos, en algún caso los mismos que en su momento festejaron ese ‘viva el cáncer’ hoy gobiernan la Argentina. La oligarquía expresa el odio hacia los más humildes, por eso cuando llega al gobierno es inevitable que se abra una brecha en nuestra sociedad”, advirtió Gómez.