El 16 de octubre de 1996 la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) declaró el Día Mundial de la Alimentación, para promover “la seguridad alimentaria”. La Vía Campesina, en esa misma fecha, declaró el Día de Acción Global por la Soberanía Alimentaria, con el objetivo de denunciar que en la cumbre de Naciones Unidas no estaban presentes las poblaciones rurales y campesinas ni tenidas en cuenta sus problemáticas. La soberanía alimentaria se proponía, de ese modo, en oposición al modelo neoliberal del agronegocio.

Esta dicotomía entre seguridad y soberanía se dio en el marco de dos sucesos claves que ocurrieron en 1996 en América Latina. Por un lado, la aprobación en Argentina del uso de la semilla de soja transgénica desarrollada por la empresa Monsanto para cultivo comercial, lo que implicó la rápida expansión de su uso en toda la región. Por otro lado, la masacre de diecinueve campesinos del MST de Brasil en Eldorado dos Carajás a manos de militares y paramilitares.

El agronegocio se abrió paso con la nueva tecnología y se constituyó como símbolo de la reestructuración agraria que necesita del despojo para profundizar el control de la tierra y de los bienes naturales.

Los reclamos de la Vía Campesina en 2024

Fundada en 1993, Vía campesina es un movimiento internacional que nuclea a millones de familias campesinas, trabajadores sin tierra, indígenas, pastores, pescadores, familias agrícolas, migrantes, mujeres rurales y juventudes campesinas de todo el mundo.

La defensa de la agricultura campesina y la soberanía alimentaria es uno de sus principales postulados. Por eso, al conmemorarse un nuevo 16 de octubre, impulsa movilizaciones en defensa de la biodiversidad en Colombia, la conmemoración de la Década de la Agricultura Familiar en Roma y una Sesión Plenaria del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Al mismo tiempo, la organización mantiene su participación en los preparativos del Tercer Foro Global Nyéléni por la Soberanía Alimentaria, la Justicia Global y el Cambio Sistémico que tendrá lugar en 2025.

Los reclamos que postula la Vía Campesina incluyen:

  • Transición agroecológica para proteger los sistemas alimentarios locales y promover un nuevo marco de comercio basado en los principios de la Soberanía Alimentaria.
  • Políticas públicas que fomenten la transición hacia la producción agroecológica.
  • Implementación de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales, para frenar la creciente violencia que vulnera los derechos humanos de las familias campesinas.

La demanda pone el acento en la existencia de un Tratado vinculante que permita a la ONU regular a las Empresas Transnacionales (ETN) y poner fin a las violaciones de derechos humanos, la estigmatización y la criminalización. La declaración de la Vía Campesina establece que las corporaciones no pueden ser quienes dirijan las políticas agrícolas; alerta sobre el peligro de que el poder de las empresas se imponga sobre los Estados y las comunidades.

En nuestro país

La Vía Campesina Argentina identifica nuestro el político nacional como “un proceso de deterioro de la vida democrática, de las instituciones del Estado y un escalda de políticas que están generando un proceso de recesión económica que golpea día a día a las y los trabajadores”.

En la misma línea, la Mesa Agroalimentaria Argentina propone la defensa y promoción de los proyectos como la Ley de acceso a la Tierra, la Ley de protección de territorios campesinos, la Ley de arrendamiento rurales, la Ley de financiamiento cooperativo y la Ley de segmentación impositiva.