La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner reapareció por primera vez tras el resultado de las PASO nacionales que arrojó casi un triple empate, pero que dejó a la fórmula oficialista de Sergio Massa y Agustín Rossi en tercer lugar. Cristina dio un mensaje de esperanza a una militancia que aún sutura heridas. En el marco de la reedición por el 20° aniversario del libro Después del derrumbe, conversaciones de Torcuato Di Tella y Néstor Kirchner, la dirigente habló durante una hora y 20 en la sede de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) sobre el potencial peligro de la vuelta de políticas neoliberales, el rol del FMI en la economía y la necesidad de un acuerdo nacional para abordar la discusión del bimonetarismo.
Al inicio de la charla titulada «De castas, herencias, derrumbes y futuro», la expresidenta recordó que ella fue la primera en advertir sobre el escenario de tercios de las últimas elecciones: «Dije que lo importante era el piso, no el techo. Es lo que sucedió. Los competidores son el candidato de La Libertad Avanza y el de Unión por la Patria. Me dijeron que adiviné, acerté. Sólo hice un razonamiento muy lógico: en 2019 hicimos una elección donde las dos coaliciones juntaron el 90% de los votos por el gobierno ‘horrible’ de (Mauricio) Macri. Y la gente tenía memoria de lo vivido hasta 2015. Era una cosa evidente», explicó.
Además, continuando con el análisis de los resultados de las PASO, sostuvo: «Después de conocerse el triunfo de Milei, veía festejar a Juntos por el Cambio y decía ‘¿que festeja esta gente?’ No pudieron construir una mayoría porque nadie se acuerda del gobierno que fueron». Remarcó que de otro modo «no se explica la aparición de una tercera fuerza». «La gente es mucho más racional de lo que se cree», lanzó.
En la misma línea sostuvo que el triunfo de Alberto Fernández se debió a que «había una expectativa de volver a vivir una vida en la que era posible pensar en comprar una casa o un auto, o en progresar, estudiar o viajar». En ese marco, la vicepresidenta advirtió que no coincide con la idea de que el triunfo de Javier Milei se deba a que la sociedad está derechizada y sostuvo «Querer tener un buen trabajo, un buen sueldo y la posibilidad de comprarse una casa no es de derecha, es de peronista».
Además cuestionó a quienes dudan de su apoyo a la candidatura presidencial del ministro de Economía, Sergio Massa. Advirtió que ella fue una de las impulsoras de tener un candidato de unidad. «Los que antes me pedían que deje de poner el dedo, ahora me reclaman que lo haga. Pónganse de acuerdo, pero háganlo con honestidad intelectual», dijo, cuestionando a un reconocido periodista que durante la previa del cierre de listas apostó por editorializar contra la exmandataria.
CFK advirtió que uno de los principales problemas que se extiende desde la llegada de la última dictadura militar en 1976 fue «la casta de economistas», a la que le atribuyó un rol fundamental para la expansión del modelo neoliberal y la especulación financiera. En este punto apuntó directamente contra el eventual ministro de economía de Patricia Bullich, Carlos Melconian, y dio a conocer que, junto a Domingo Cavallo, fue el impulsor de la estatización de la deuda en dólares contraída durante la última dictadura por las empresas Techint, Perez Compac y SOCMA, de la familia Macri.
Ante la pregunta del humorista y periodista Pedro Rosemblat, sobre el encuentro que mantuvo con Melconian, la vicepresidenta advirtió que no fue ella quien lo había convocado, aunque reconoció su interés en la reunión. Sin perder la oportunidad de hacer uso de su locuacidad y rapidez política, la vice le envió un mensaje a Patricia Bullrich y sostuvo: «Que Melconian siga traduciendo porque sino va a estar complicado. Hay algunas que no distinguen inflación de deflación».
Cristina volvió a criticar las propuestas de dolarización y legalización del bimonetarismo que proponen las dos coaliciones opositoras. «La gente tiene los dólares en el colchón por dos cosas: porque no lo pueden blanquear, que eso se soluciona; y porque no confía en los bancos. En la economía se puede hablar de teorías, pero no se puede hacer ficción porque la realidad termina estallando», advirtió.
Además volvió a apuntar contra la deuda contraída por Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional en 2018 y reconoció que la imposición de medidas «inconsistentes» por parte del organismo son el principal problema del gobierno para adoptar políticas que mejoren la situación socioeconómica de las mayorías populares. «Los aumentos que todos sufrimos en góndolas tiene que ver con la devaluación permanente del peso porque el problema es que la inflación en Argentina es por escasez de dólares», explicó. En este punto, la vicepresidenta dio el esperado guiño a Sergio Massa, a quien reconoció y felicitó por comunicarle a la sociedad «la verdad» sobre las presiones del organismo y advirtió que «el FMI impone tasas de interés por encima de devaluación y devaluación por encima de inflación».
Tras esto, CFK recogió la premisa de la «pesada herencia» que caracterizó el gobierno de Cambiemos y sostuvo: «Este señor (Néstor Kirchner) recibe el default de la deuda soberana más grande; los jubilados con salarios congelados; los bonistas enojados; 22% de desocupación; sin industrias y no se puso a hablar de la herencia, se puso a laburar: a reestructurar la deuda, a pagarle a los bonistas y al Fondo Monetario Internacional», recalcó.
En esta línea, resaltó los dichos de Marina Dal Poggetto, economista que colaboró con el proyecto económico de la trunca candidatura presidencial de Facundo Manes, quien desglosó una serie de diferencias entre los 12 años de gestión kirchnerista y los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández.
Por otra parte, CFK cuestionó las propuestas de recorte del déficit fiscal y comparó la inflación anual de Brasil con la de Argentina. «¿Por qué hay países que tienen más déficit que nosotros y no tienen tasa de inflación?», preguntó retóricamente. Respecto de la presión tributaria sostuvo: «El 15,7% del PBI es el total de recursos que le quedan al Estado. Tres puntos del PBI van al pago de la deuda, y nadie habla de eso, hablan del 0,40% que financia al gobierno. ¿En serio creen que el problema es el 0,4%?».
Ayudada con un gráfico confeccionado por el FMI, la vicepresidenta advirtió que «es imposible usar una motosierra si no dan los números». En este punto, y abonando los lazos que el ministro y candidato intenta concretar con sectores de la oposición, la mandataria aseguró que «si no discutimos entre nosotros las condiciones, van a venir de afuera a imponernos todo. Nos debemos una discusión y un debate, sin enojarse», pidió.