El peronismo se transformó en un jarrón chino al que le pegaron con una piedra. Las grietas -algunas siempre existieron- se profundizan y, de pronto, un nuevo pedazo de la porcelana se desprende. Algunas de las explicaciones habituales sobre este proceso exploran un género dilecto del periodismo, la telenovela política, en la que todo ocurre por enconos personales y celos guardados durante años que se destapan una vez que se pierde el poder. El otro discurso habitual es que el peronismo está viviendo la clásica mutación que tiene cuando finaliza un liderazgo, que en este caso sería el de la ex presidenta Cristina Fernández (una hipótesis apresurada).En esa visión, lo que supuestamente ocurre es que en la búsqueda del nuevo cacique que garantice el retorno al poder el PJ toma distancia de los pasados 12 años para poder negociar a cuatro bandas. Sin descartar estas líneas de interpretación, los analistas que hablaron con Tiempo ven en el proceso de dispersión del FpV facetas más complejas.
Tenemos que ir a los orígenes del kirchnerismo, dijo el consultor Ricardo Rouvier. Sus fundadores (Néstor y Cristina) son peronistas pero fueron más allá. El kirchnerismo toma la delantera y conduce al peronismo durante 12 años. La relación de Néstor y Cristina con el PJ era que ellos iban a la vanguardia. En la etapa de Cristina -agregó Rouvier- hubo una conducción un poco más cerrada. Pensemos que la ex presidenta nunca quiso presidir el justicialismo, algo que yo considero un error. Ella no quiso conducir lo que no le gustaba, los dirigentes pejotistas que cambian de camiseta y de ideas según cómo sople el viento, la burocracia sindical. Es cierto que todo eso es así. Pero el tema es que si no lo conducís vos lo termina haciendo otro. Por supuesto que el PJ tiene su responsabilidad en estas fracturas porque también fueron muy refractarios al kirchnerismo por momentos.
Esta descripción de Rouvier pone el acento en una crisis de base en la coalición que gobernó de 2003 a 2015 y que, según él, va mucho más allá del cinematográfico episodio de José López. Eso aceleró un proceso que ya se estaba dando.
El analista puso el acento en los riesgos de este proceso para el futuro inmediato. Descartó la mentada desaparición del kirchnerismo que tanto entusiasma a los medios hegemónicos y sectores del oficialismo. Jamás pensé que el kirchnerismo podría terminarse. Lo que sí puede ocurrir es que se transforme en una identidad diferenciada del justicialismo y, por ende, en un partido capaz de hacer buenas elecciones pero no de ganar la presidencia, algo parecido a lo que fue el Frepaso durante los ’90.
El sociólogo Igancio Ramírez de la consultora Ibarómetro coincidió y agregó que la derrota electoral produce dispersión. De todos modos yo, por ahora, prefiero hablar de archipiélagos que pueden volver a reunirse, cuando se defina el centro de gravedad. La verdad es que recién en 2017, para las elecciones, veremos si se puede hablar de una fractura.
Las bases
Más allá de lo que pasa con los dirigentes hay un electorado. Todas las encuestas muestran que el desencanto con el gobierno nacional por el ajuste está creciendo. Tomando este dato, puede sostenerse que la postura de una oposición Macri friendly, que asumen casi todos los que se alejan del FpV, estaría sintonizando con una franja menor de la sociedad.
Hay sectores del peronismo que parecen más preocupados por diferenciarse del gobierno anterior que del actual -remarcó Ramírez-. La interna los tiene capturados. Esto le pasa al kirchnerismo puro. Crece el malestar respecto de Macri y algunos sectores del PJ actúan como si siguiera la luna de miel -remarcó-. Esto pone el riesgo de que haya un segmento del electorado que no tenga representación. El tema complejo es que si Cristina no es candidata, habrá muchos kirchneristas de corazón que terminen votando otras opciones.
Para Roberto Bacman de la consultora Ceop, el kirchnerismo tiene una base electoral importante, pero sin el peronismo es difícil que logre formar una mayoría. La pregunta obligada, entonces, es si el PJ tradicional puede llegar a una mayoría sin el kirchnerismo. Eso también es algo que está por verse. El PJ está esperando la vuelta de (José Manuel) De la Sota, los hermanos Rodríguez Saá.
¿Pero cree que el PJ puede ser mayoría sin el kirchnerismo?
Si Cristina es candidata, lo veo muy difícil.
Quizás nunca los haya unido el amor, así que puede volver a unirlos el espanto. «