El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, pidió a la población que deje de «hibernar» y salga de las cuarentenas que impusieron los gobernadores para evitar «morir de hambre dentro de las casas». Tras el pedido del mandatario se conoció que Brasil sumó 749 nuevas muertes y 11.385 nuevos infectados en las últimas 24 horas, lo que elevó el total a 13.149 fallecidos y 188.974 enfermos, según el Ministerio de Salud, que volvió a ubicar al estado de San Pablo como el epicentro del brote con más de 51.000 contagiados y de 4.100 víctimas fatales.
El mandatario volvió a dominar la escena política y la discusión judicial en el país mientras gobernadores e intendentes debaten medidas a la espera del pico de la pandemia de coronavirus. En este contexto, presentó como propios tres análisis con resultado negativo de coronavirus. Los exámenes, hechos en marzo con seudónimo pero con el número de documento del presidente, fueron divulgados por orden del juez del Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) Ricardo Lewandowski.La primera de las pruebas fue realizada el 12 de marzo luego de que Bolsonaro regresara de un viaje a Florida, Estados Unidos, en el cual se contagiaron 23 funcionarios de la comitiva brasileña y algunos estadounidenses que estuvieron en el grupo del mandatario Donald Trump. Ese primer análisis fue hecho bajo el nombre de Airton Guedes en el laboratorio privado Sabin, que trabaja con el Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia. El número fiscal y el documento son los del presidente.
Un segundo test fue realizado el 17 de marzo, en medio de especulaciones públicas sobre el estado de salud del mandatario. El seudónimo elegido fue Rafael Ausgusto Alves da Costa Ferraz. El tercer examen fue realizado en forma anónima, apenas con el número «05» en el instituto público Fiocruz, la Fundación Oswaldo Cruz, el principal centro de referencia epidemiológico.
Finalmente, los resultados de estas pruebas se hicieron públicos porque O Estado de Sao Paulo, el tercer diario más influyente del país, hizo un pedido formal ante la Justicia. Sus abogados dijeron que fue una victoria de la «libertad de información» ante la negativa del presidente a dar a conocer los resultados.