A doce días de las elecciones primarias, la ex presidenta Cristina Fernández encabezó un acto -en rigor, un diálogo con científicos e ingenieros, la mayoría investigadores del Conicet- en el anfiteatro de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS).

Cristina llegó hasta la localidad de Los Polvorines, partido de Malvinas Argentinas, acompañada por el también postulante a senador Jorge Taiana. CFK se sentó en un taburete, sobre el escenario, flanqueada por el ex titular del Conicet y segundo precandidato a diputado nacional, Roberto Salvarezza. La acompañaban, ubicados en otras banquetas y en una suerte de grada, representantes de un sector fuertemente desfinanciado por las políticas del macrismo.

Rodeada de todos ellos, frente a un auditorio sin huecos -y con una multitud fuera del edificio que seguía todo a través de una pantalla gigante-, la ex mandataria llamó a ejercer el voto en las PASO y en las generales como “un mensaje de la sociedad al gobierno”. “No queremos que le vaya mal al gobierno, queremos deje de hacer las cosas mal”, subrayó Cristina en el cierre del evento. 

“Jamás vamos a apostar a que le vaya mal a nuestros compatriotas. Lo que está pasando es el resultado de las políticas que se están aplicando. Pongamos un límite a tanto desatino y que el gobierno advierta que vamos mal, que hay que cambiar el rumbo”, exhortó.

Para rematar la frase, y con ironía, CFK aseguró que su planteo se basaba en una ajustada evaluación de los números de la gestión macrista: “En esto voy a ser bilardista -adelantó con una sonrisa-. El resultado es malo. Yo puedo entender que a lo mejor pensaban que estas políticas iban a dar otros resultados, que iban a venir las inversiones, porque iba a venir alguien que no era de nuestras ideas. Es algo válido. Les creo que pensaran eso. Pero cuando transcurrieron dos años de gobierno y faltan otros dos no puede haber mas excusas”, argumentó.

Tras escuchar la descripción de la actualidad esbozada por los científicos que hablaron antes que ella, Cristina relacionó todo eso con el rumbo del país adoptado por Cambiemos. También acusó al oficialismo de actuar con “crueldad” y recordó las declaraciones del secretario de Salud del municipio de Mar del Plata, Gustavo Blanco, quien había comparado a una mujer que vive en la calle con “un perrito” que elige instalarse en el suelo porque se encariñó con un lugar determinado. 

“En el gobierno algunos son muy insensibles. Cuando escucho afirmaciones de esta naturaleza veo algo más. Sólo alguien con crueldad piensa que una madre o un padre va a dormir con sus hijos en la calle envuelto en frazadas o cartones porque quiere”, remarcó.

Un vendaval que todo destruye

El diagnóstico sobre el estado de situación de la ciencia y la tecnología quedó a cargo de cinco especialistas, la mayoría de ellos investigadores del Conicet. Los científicos e ingenieros se encargaron de denunciar, a través de una sucesión imparable de datos verificables, cómo las medidas llevadas a cabo por Cambiemos en casi dos años de gestión están desarticulando lo que intentó ser una política de Estado que buscaba incorporar a la industria desarrollo científico-tecnológico como factor de competitividad.

Los investigadores que utilizaron el micrófono fueron la bioquímica Yanina Lamberti, investigadora adjunta en Biotecnología y ligada a la producción pública de medicamentos; Maia Goldin, ingeniera química con una maestría en ingeniería en petróleo, despedida de la empresa estatal Fabricaciones Militares (al igual que otros 150 trabajadores) por decisión del gobierno de Cambiemos; la decana de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad de Córdoba (UNC), Mirta Iriondo. El palco se completaba con Diego Hurtado, también investigador del Conicet (experto en proyectos tecnológicos), y el ingeniero electrónico Martín Sierra, despedido de la empresa satelital ARSAT y ex responsable del diseño del Plan Satelital Geoestacionario Argentino aprobado por el Parlamento en noviembre de 2015 (Ley 27208).

Ante la mirada concentrada de CFK y con Taiana y Salvarezza escuchando a un lado, la bioquímica Lamberti contó cómo la desinversión del macrismo está afectando la producción pública de medicamentos: de ese modo, los laboratorios pueden vender sus productos sin regulaciones ni intervenciones que moderan el precio. Con testimonios en primera persona, los investigadores y académicos también contaron cómo se desarticuló el proyecto CAREM 25, que preveía la construcción y operación de la primera central nuclear de potencia íntegramente diseñada y construida en el país, lo que hubiera sido un hito para la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). 

Antes de despedirse, Cristina felicitó a todos los presentes por la calificación que recibió el Conicet en el Ranking SCImago 2017, que mide la evaluación de las instituciones científicas y universidades centradas en la investigación de todo el mundo: el Conicet llegó al puesto 158, y se consolidó como la mejor institución de su tipo en Latinoamérica.