En su anteúltima actividad de campaña antes del inicio de la veda, Cristina Fernández visitó Merlo, bastión histórico del peronismo en el oeste del conurbano. La visita mantuvo la impronta adoptada por Unidad Ciudadana: cercanía con la gente, diálogos cara a cara en el marco de situaciones cotidianas, nada de convocatorias masivas.

Esta vez el escenario elegido fue el club Independiente de esa localidad. Se trata de una institución deportiva muy conocida pero bien de barrio, con pileta y gimnasio techado para practicar vóley y básquet. 

“Estamos en un momento de retroceso. Hay que ponerle un límite a todo esto”, exhortó CFK al final de la visita, durante una reunión con representantes de sociedades de fomento, pequeños comercios y asociaciones civiles de la zona que tuvo lugar en la confitería del club.

Cristina fue recibida por el intendente anfitrión, Gustavo “Tano” Menéndez, uno de los dirigentes de peso del PJ en la 1ª sección electoral. El intendente de Merlo tiene buena relación con la jerarquía católica, contactos en el mundo empresario y en sectores del Poder Judicial. La ex mandataria llegó acompañada por la diputada nacional Mayra Mendoza y el publicista Jorge “Topo” Devoto, allegado de confianza. 

Junto a Menéndez, en las instalaciones del Independiente (cuya escuela de natación se llama “Tiburones Rojos”) se encontraba su hermana Karina, primer candidata a concejal en el distrito, y uno de los precandidatos de Unidad Ciudadana en San Miguel, Franco La Porta, también cercano al intendente.

Al igual que en la visita a Almirante Brown, donde se reunió con almaceneros y comerciantes, CFK buscó el contacto directo con vecinos de todas las edades en el marco de su cotidianeidad. 

La propia Cristina había pedido que no se modificara la rutina habitual de un martes en el club: dialogó con unos chicos que participaban de una escuela de circo y comparsas; se metió en la cancha de vóley y conversó con un grupo de jóvenes mujeres que practican ese deporte y que estaban entrenando; pasó por la pileta y saludó a quienes estaban en el agua; también charló con quienes realizaban un taller de folclore.

En la puerta del club, sobre la avenida principal y a tres cuadras de la estación del tren Sarmiento, se había congregado una aglomeración de gente importante. Una parte de esa multitud se había enterado de la visita de CFK minutos antes de su llegada. En el frente del club se había colocado una pantalla gigante. 

Según los testigos que presenciaron la visita, el momento más emotivo de la jornada se produjo cuando Cristina se sentó en la confitería del club para escuchar los testimonios de miembros de entidades intermedias. Una mujer se puso a llorar mientras contaba los cambios –retrocesos- en su vida personal y familiar. CFK la impulsó a convertir ese dolor en esperanza.

Otra escena comentada la produjo una mujer que fue presentada por el intendente Menéndez como una vecina a la que antes “no le gustaba mucho la política”. La mujer corrigió al jefe comunal con una acotación. “No es que no me gustaba la política, no me gustaba el Vasco”, subrayó. 

Se refería al ex intendente de la localidad, Raúl “Vasco” Othacehé, también peronista, que gobernó 24 años el municipio, históricamente acusado de recurrir a la intimidación política contra la oposición del distrito. Menéndez lo venció en las PASO de 2015. Para el próximo domingo, en las PASO, Othacehé mandó a su sector del PJ a jugar con la boleta de Cambiemos.

En el mensaje que pronunció en las instalaciones del club, CFK señaló que durante los tres mandatos del kirchnerismo existían problemas, pero que tras los 19 meses de gobierno de Mauricio Macri la sociedad argentina está volviendo a discutir cuestiones que parecían saldadas. 

“Estamos discutiendo cosas que no teníamos que discutir más. Cuestiones como el trabajo, la comida, los remedios de los jubilados y el pago de los servicios públicos. ¿Quién no se conmueve frente a la falta de trabajo? Estamos en un momento donde los problemas que afrontamos no son partidarios. Las facturas de luz o gas la tienen que pagar todos y no la puede pagar casi nadie”, estimó la ex mandataria.

“Discutimos el trabajo, que antes tenían todos; la comida, que antes no les faltaba; los remedios de los jubilados, que antes lo podían comprar; y el pago de los servicios públicos, que ahora no pueden pagar”, insistió. 

Los dirigentes locales del PJ de Merlo –sobre todo de la agrupación Grande Merlo, que dirige Menéndez- dieron el presente en la recepción a Cristina. También estuvieron el concejal Walter Beltrán, referente local de La Cámpora, y Facundo Tinganelli, también camporista y candidato a diputado bonaerense por la 3ª sección electoral.

Una vez que CFK se retiró de Merlo, el intendente opinó sobre la visita y evaluó las perspectivas para las próximas PASO en diálogo con Tiempo Argentino

“Lo que vi hoy no sólo es una bocanada de aire fresco sino también de esperanza frente a tantas malas noticias. Quedó clara la vigencia del amor que el habitante a pie, sinceramente, siente por Cristina. Y ella esgrimió un mensaje de unidad nacional muy importante, un mensaje que invita a reflexionar”, aseguró Menéndez.

“Estamos viviendo un momento bisagra. Mucha gente se dio cuenta de lo que teníamos antes y a lo que nos habíamos acostumbrado. Aquellos que consideren que hoy estamos mejor que hace dos años votarán a los candidatos oficialistas. Aquellos que pensamos, por el contrario, que la situación está mucho peor, no sólo con los trabajadores y los humildes sino también con el sector productivo, intentaremos –desde Unidad Ciudadana- ser la voz, ser la herramienta, para que la Argentina pueda retomar el camino del crecimiento”, remarcó Menéndez.