Hace un año, el 7 de marzo de 2017, la CGT exponía por primera vez su fractura con una movilización que será recordada por los incidentes, los dirigentes que se tuvieron que ir corriendo y el cantito «Poné la fecha la puta que te pario».
Un año después de aquella marcha el triunvirato ya dejó de existir y está por nacer la CGT oficialista de la mano de los Gordos y los Independientes.
Macri cumplirá con el rito con el que han cumplido casi todos los presidentes desde el regreso de la democracia: Tener una central obrera que le responda.
Salvo Raúl Alfonsín, todos los presidentes desde el regreso de la democracia tuvieron su CGT oficialista. Macri no será la excepción.
Mientras los rumores sobre el futuro de Jorge Triaca siguen poniéndole fecha de vencimiento a su rol como Ministro, el hombre encargado de la cartera de Trabajo le da en la gira europea las últimas puntadas al acuerdo que le dará a Cambiemos respaldo sindical desde lo institucional.
Triaca eligió condimentos de la vieja política para lograr aglutinar a los gremios más poderosos: Viajes al exterior y fondos millonarios para capacitación, entre los más visibles.
En ese contexto diez gremios amigos serán los encargados de administrar 1500 millones de pesos para capacitaciones. UATRE, Luz y Fuerza, Comercio, Alimentación, UOCRA, Obras Sanitarias, UOM, SMATA, UTA, Gastronómicos y Sanidad son los beneficiarios. Casi los mismos gremios que accedieron a los boletos para viajar a Europa junto al ministro. Y, desde ya, los mismos que empiezan a cristalizar el techo del 15% para las paritarias de este año.
Luz y Fuerza, Comercio, Obras Sanitarias y UTA ya acordaron el porcentaje en sintonía con la proyección de inflación realizada por el Gobierno. Roberto Fernández, titular de UTA, fue el que mejor hizo los deberes ya que no sólo firmó un 15% sin cláusula gatillo, sino que dispuso que la última cuota (4%) se pague en enero de 2019.
Estos mismos gremios son los que participaron en la reunión fundacional de la CGT oficialista en el sindicato de los trabajadores del Gas. El camino que deberán recorrer los dirigentes no será sencillo. Más allá de cumplir con los requisitos formales para convocar al Congreso y designar un secretario General, la principal dificultad es acordar el nombre del nuevo conductor de la central obrera. A esta hora son varios los que se anotaron en la carrera: Héctor Daer (Sanidad), Sergio Sassia (Unión Ferroviaria) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza).
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Así las cosas, el panorama parece mostrar a futuro una central oficialista conducida por los Gordos y un armado sindical opositor, similar a lo que fuera el MTA en los 90 en donde confluirán las dos CTA, los movimientos sociales y los gremios combativos con Moyano a la cabeza. Lo que aún no encaja dentro del rompecabezas sindical es el lugar que ocupará Luis Barrionuevo. El gastronómico tiene intenciones de sumarse a la CGT oficialistas, sin embargo desde el Gobierno no ven con buenos ojos su inclusión.