En el tercer día de su visita oficial a Israel, el presidente de Brasil, Jair Bolosonaro, visitó este martes el Centro de la Memoria del Holocausto en Jerusalén y, al salir, consideró que «no hay duda» de que el nazismo fue un movimiento de izquierda, una afirmación que no es compartida por el propio centro de investigación del museo israelí.
Bolsonaro visitó el centro de la memoria y recorrió una exposición de fotos sobre el Holocausto, cuando alrededor de seis millones de judíos fueron asesinados como parte de un plan sistemático de exterminio.
Antes de terminar su visita, firmó el libro del museo Yad Vashem: «Aquel que olvida su pasado está condenado a no tener futuro. Amo Israel», escribió.
Poco después, el presidente brasileño ofreció una entrevista grupal a varios medios y cuando le preguntaron si estaba de acuerdo con su canciller, Ernesto Araújo, quien hace poco repitió en su blog que «el fascismo y el nazismo son fenómenos de izquierda», respondió: «No hay duda. Partido Socialista. ¿Qué otra cosa si no?»
«Era el Partido Nacional Socialista de Alemania», concluyó el mandatario brasileño, que ganó las elecciones en 2018 comparando comunismo con nazismo y prometiendo ilegalizar todos los movimientos sociales y las fuerzas políticas que se identificaran con las ideas comunistas.
Hace solo unos días, antes que Bolsonaro llegara a Israel, su canciller había vuelto a hacer público su teoría en su blog. «Una cosa de la que suelo hablar es de esa tendencia de la izquierda de tomar una cosa buena, secuestrarla, pervertirla y transformarla en una cosa mala; es más o menos lo que pasó siempre con esos regímenes totalitarios, eso tiene que ver con lo que digo, que fascismo y nazismo son fenómenos de izquierda», escribió Araújo.
Hasta esta tarde, ningún miembro del gobierno israelí de Benjamin Netanyahu cuestionó la declaración de su aliado brasileño pero uno de los textos que el centro de la memoria Yad Vashem tiene online en inglés aclaró que no comparten la interpretación de la historia de Bolsonaro y su canciller.
«Hitler y el Partido Nazi llegaron al poder debido a circunstancias sociales y políticas que caracterizaron al período de entre-guerras en Alemania. Muchos alemanes no podían admitir la derrota de su país en la Primera Guerra Mundial y argumentaban traiciones y que la fragilidad de la retaguardia paralizaron y, eventualmente, causaron el colapso del frente de batalla», sostuvo el texto.
Y, añadió que «esa frustración, junto con la resistencia intransigente y las alertas sobre la creciente amenaza del comunismo, creó un terreno fértil para el crecimiento de grupos radicales de derecha en Alemania, lo que generó entidades como el Partido Nazi».
Unas horas antes de visitar el centro de la memoria del Holocausto, Bolsonaro participó junto al primer ministro de Israel del foro Misión Comercial Brasil-Israel en Jerusalén y ambos visitaron la Exposición de Innovación Israelí.
Antes, el mandatario brasileño había profundizado su alianza con Netanyahu al anunciar la inminente apertura de una oficina con estatus diplomático para la representación de negocios, tecnología, investigación e innovación en Jerusalén.
Ni bien asumió y en una reunión con Netanyahu en Brasil, Bolsonaro había prometido trasladar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, como había hecho el presidente estadounidense Donald Trump, pese a que la mayoría de la comunidad internacional y la ONU consideran a esa ciudad como en disputa con los palestinos.
Finalmente y ante las críticas que surgieron en su país e incluso dentro de su gobierno, Bolsonaro dio marcha atrás pero copió a otros aliados de Netanyahu, como el gobierno ultranacionalista de Hungría, y abrió en Jesuralén una oficina con estatus diplomático.