La oposición empuja el cambio de la ley electoral, pero Kicillof analiza alternativas para que la elección de 2025 no sea un caos.
En sintonía con la postura de Unión por la Patria a nivel nacional, Kicillof se opone a la implementación de la BUP. «En la Provincia es inaplicable», sentenció hace algunas semanas consultado por Tiempo. Y explicó que, debido a la numerosa oferta electoral y a la cantidad de cargos que se eligen, la papeleta terminaría siendo más grande aún que la boleta partidaria. «Si el año pasado una boleta midió un metro, imaginen todas juntas», argumentó y defendió el sistema tradicional al puntualizar que no hubo denuncias de fraude en estos años.
Ahora, tras la aprobación del cambio en el sistema a nivel nacional, no hay posibilidad de escapar al debate. Es que, de no hacerlo, en la Provincia se votará el mismo día con dos sistemas distintos: la Boleta Única para los cargos nacionales (diputados), mientras que los legisladores provinciales, los concejales y los consejeros escolares se elegirán con el sistema tradicional.
Es lo que se conoce como elecciones concurrentes, como aplicó la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2023. Implica doble gasto: boletas distintas, urnas distintas, recuentos por separado. «Va a ser un caos y es inentendible que hayan roto un sistema que funcionaba», señalan en el entorno de Kicillof.
En el Ejecutivo no descartan nada y buscan la alternativa «más sustentable posible». Analizan todas las posibilidades con los legisladores de Unión por la Patria. A priori, las opciones son tres: ir a elecciones concurrentes, desdoblar las elecciones para que se voten en una fecha los cargos nacionales y en otra los provinciales y locales, o cambiar la Ley Electoral N° 5109 que regula los comicios en el distrito bonaerense y hoy establece que se vota con lista sábana.
Un capítulo no menor es quién afrontará la logística y el costo de las elecciones legislativas 2025. Hasta el año pasado, el operativo electoral estaba a cargo de la Justicia Electoral Nacional y del Ministerio del Interior. Pero, en el marco del «déficit cero» que propone el gobierno de Javier Milei, en La Plata ya no descartan que la provincia tenga que afrontar con fondos propios los comicios.
Tras la aprobación en el Congreso Nacional, la oposición volvió a la carga con el tema en la Legislatura bonaerense y busca darle volumen político. Ya hay al menos cuatro proyectos que impulsan la Boleta Única tanto en Diputados como en el Senado. Una de las iniciativas fue presentada a comienzos de septiembre por los presidentes de los bloques UCR + Cambio Federal, Diego Garciarena; del PRO, Agustín Forchieri, y de la Coalición Cívica, Maricel Etchecoin Moro.
En el Senado, en tanto, el bloque de senadores del PRO que conduce Alejandro Rabinovich ingresó un proyecto el jueves último. Pero ya había uno previo: el que redactó el senador de la UCR + Cambio Federal, Marcelo Daletto, que fue presentado hace tiempo ya en sintonía con el que impulsó su referente, el diputado nacional Emilio Monzó en el Congreso. En junio de este año fue pasado a la comisión de Reforma Política y Régimen Electoral para su estudio.
No es un tema nuevo en la Legislatura: el exbloque de Juntos ya había empujado el debate en 2022 e incluso trajo a especialistas que explicaron los pro y los contras de la modalidad que se usa en Santa Fe y Córdoba. Pero la iniciativa no logró prosperar. Ahora el contexto es distinto y la oposición presiona para llevar la discusión al recinto, aunque sabe que no lo logrará si el oficialismo no lo habilita.
En todos los debates, el peronismo siempre rechazó el cambio. Sin embargo, esta semana, una diputada de Unión por la Patria ingresó un proyecto que pide ir a la Boleta Única en Soporte Papel y abrió así la discusión interna. Se trata de Fernanda Bevilacqua, legisladora vecinalista ligada al Frente Renovador.
En diálogo con Tiempo, la diputada aseguró que es la cuarta vez que presenta el proyecto. «Como vecinalista, la Boleta única siempre fue nuestra bandera», dijo y explicó que anticipó la movida en el bloque que preside el camporista Facundo Tignanelli. «En el bloque lo saben, no es nada nuevo porque es el primer proyecto que presenté allá por 2017», acotó.
Bevilacqua consideró que la Boleta Única tiene múltiples beneficios que van desde el «ahorro de recursos, más transparencia, la simplificación del recuento e igualdad en la visibilidad de todos los partidos y candidatos». Y defendió su postura con números: dijo que en las PASO del año pasado en la provincia se imprimieron 644 millones de boletas que costaron 1880 millones de pesos y que, de haberse usado la BUP, se hubieran impreso 28 millones por 900 millones. «Se hubiese ahorrado la mitad del gasto», concluyó. «
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