El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, consideró este miércoles que «la plata que se llevaron de forma ilegal debe volver al país», al respaldar el proyecto de ley presentado por los senadores nacionales del Frente de Todos (FdT) en el Congreso, que busca contribuir al pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de un «aporte de emergencia» por parte de quienes tienen bienes no declarados en el exterior.
«La plata que se llevaron ilegalmente es la que tenemos que ir a buscar para pagarle la deuda al FMI», dijo el mandatario bonaerense al salir del encuentro del Consejo Federal de Seguridad Interior, que estuvo encabezado por el presidente, Alberto Fernández.
De ese modo, se refirieron al proyecto de ley presentado por el bloque de senadores nacionales del FdT, encabezado por José Mayans, que propone crear un «Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI» con «un aporte especial de emergencia» de aquellas personas que tengan bienes en el exterior «que fueron fugados y no están declarados ante el fisco».
En declaraciones a la prensa, el gobernador manifestó que apoya «completamente» el espíritu de la iniciativa, a la que calificó de «muy acertada y adecuada porque durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri se dio un proceso de endeudamiento y fuga de capitales».
«Ese endeudamiento incluyó el crédito más grande de la historia del FMI para la Argentina. Se fugaron de la Argentina 86.000 millones de dólares. Es una cantidad inédita. Este proyecto propone poner una penalidad para recuperar los recursos de la evasión tributaria», subrayó.
En ese marco, añadió que «cuando los capitales salen, quedan en muy pocas manos; pero cuando la deuda se paga la pagamos todos» y estimó que «esos recursos no están porque se la llevaron sin invertir ni en obras, ni en infraestructura, ni en mejores condiciones sociales, escuelas, ni hospitales».
«Este proyecto propone generar instrumentos para poder localizar quién y cómo se llevó esos recursos y poder recuperarlos», aseveró Kicillof al tiempo en que criticó la reacción de la oposición ante esa propuesta parlamentaria y les pidió «colaboración».
Sostuvo, en ese sentido, que «los dólares que salieron están en algún lado, tenemos que encontrar qué parte de ellos se fueron en operaciones ilícitas como evasión tributaria, que es un delito, y recuperarlos».
Enfatizó en ese contexto que «en Argentina tenemos una larga historia de aplicar las recetas del Fondo e irse a la banquina, entonces se debe plantear que el FMI ayude a buscar esos recursos que pusieron ellos contra su propio estatuto, que dice que la plata que aportan los países, no se puede ir a través de salida masiva de capitales».
Kicillof opinó que «ahora se está discutiendo cómo se hace con un acuerdo imposible de pagar para que no nos funda este año» y pidió que no se invisibilice «a dónde fue a parar esa guita».
«Macri armó un enorme conducto para que entrara la plata por un lado y se fuera por el otro. Una parte importante salió ilegalmente del país, entonces hay que ir a buscar esos recursos. Hay diferentes instrumentos. Como hay mecanismos muy sofisticados para fugar, se habla de 240.000 millones de dólares en negro. Hay que apuntar a recuperar lo más posible», continuó.
A la vez, recalcó que «en el proyecto serio se le dan nuevo mecanismos e instrumentos penales a la Justicia para poder acceder», aclaró que «esto permitirá, a través de procedimientos muy precisos y confidenciales, transparentar operaciones que hoy son oscuras, opacas e ilegales».
El economista reflexionó que «por eso se constituye una cuenta especial donde esos recursos irán a alimentar el pago al FMI» y evaluó que «si esto no es exitoso, hay que seguir buscando instrumentos porque los fondos que puso el FMI se fueron en la fuga de capitales».
Finalmente, aseguró que en la iniciativa «se menciona pedir colaboración del FMI porque éste habla también de mecanismos que mejoren la recaudación, que impidan la evasión y estas cuestiones financieras» y añadió: «creo que el Fondo está interesado en que la arquitectura financiera mundial impida estas operaciones».