El presidente Alberto Fernández advirtió que el mundo tuvo un «cambio de visión» a partir de la pandemia de coronavirus y abogó por afrontar la crisis como una «gran aldea», al remarcar la necesidad de «socializar» a nivel global los «elementos necesarios» para mitigar los efectos de la enfermedad. El mandatario sostuvo que «nadie está exento a este virus» y que inclusive aquellos países que «minimizaron la pandemia hoy la están padeciendo», del mismo modo que los que «se demoraron en tomar medidas para cuidar a la gente».
Tras haber participado durante la mañana de una reunión virtual con los países del G20, Fernández señaló que «ha habido un cambio de visión» en el mundo y «hoy todos se están dando cuenta que estamos en un problema y que de ese problema no se salva nadie». Al respecto, el jefe de Estado graficó que «un virus que aparece en China puede terminar en la otra punta del mundo a gran velocidad», de modo tal que «lo que era un problema del invierno chino terminó siendo un problema del verano latinoamericano».
En una entrevista concedida a la TV Pública, Fernández abogó por «asumir» la crisis derivada de la pandemia «como una gran aldea que somos», en referencia al mundo.El mandatario indicó que durante las conversaciones del G20 «todos los líderes europeos hicieron referencia al cuidado que merece África, que es el continente menos afectado hasta aquí», pero añadió que si bien «está muy bien que la cuidemos», es necesario extender esa atención a «todo el mundo». «Sudamérica está siendo afectada y golpeada, y todos necesitamos atender lo que nos pasa en todas las latitudes del mundo», subrayó.
En ese sentido, el mandatario destacó la postura oficial del FMI y el Banco Mundial respecto de que los «acreedores privados deben dejar de cobrar intereses a los países en deuda, porque no es posible pagarlos hoy en día».
En esa línea, destacó el crédito de 300 millones de dólares del Banco Mundial para asignarlo a «cuestiones sociales», además de que está previsto «recibir 35 millones de dólares más más para cuestiones médicas».
El mandatario afirmó que «el mundo está prestando atención a la dimensión crisis», por lo que reiteró su propuesta para «formalizar un gran fondo» económico que «vaya en socorro de los que más lo necesitan». En esa misma línea, resaltó la necesidad de «socializar en el mundo los elementos necesarios para hace frente a la pandemia», en referencia a «respiradores automáticos, vestimentas y cosas que hacen falta para afrontar este presente».
El Presidente manifestó también que lo que el coronavirus «ha demostrado es que uno puede acumular mucha riqueza y la puede perder en 10 minutos», al graficar que «el virus atacó a consumidores», que componen las clases «media y baja», lo que generó que «se viniera abajo el precio de todas las empresas».
«Uno se da cuenta de lo endeble del sistema cuando un virus que va sobre los consumidores empobrece a esos que, con avaricia y una necesidad desmedida de ganar dinero, de la noche a la mañana ven cómo sus imperios se derrumban en las bolsas del mundo», insistió.
Sobre ese punto, Fernández abogó por «revisar cómo funciona el mundo» y reflexionar sobre si «no tenemos que generar un sistema más igualitario para que todos tengan acceso a los bienes y servicio básicos para vivir en el siglo XXI; preguntarnos si no tenemos que cambiar un sistema capitalista que se ha preocupado mucho más por lo financiero que por lo productivo, y buscar la manera para que el capitalismo, en un futuro, sirva para producir y dar trabajo, que es lo que hace que las sociedades se desarrollen, en un escenario de mayor igualdad para que todos tengamos la posibilidad de progresar», completó.
«Lo que hemos visto en los últimos años y décadas es un sistema capitalista que sólo ha concentrado ingresos en muy pocos y ha repartido la pobreza entre millones», expuso Fernández y advirtió que «este sistema tiene la enorme debilidad de que, cuando los millones que se empobrecen son atacados por una pandemia, los ricos se quedan sin nada».
Para el jefe de Estado, «un sistema tan desigual es muy débil e inseguro», por lo que, planteó, «lo más seguro es proporcionar más igualdad a las sociedades». En esa línea, hizo un llamado a la «condición humana» porque, dijo, «algo debe cambiar». «Cuando hoy escuchaba a los líderes europeos tan preocupados por África, lo celebro, pero hace 3 meses a los africanos no los dejaban pisar Europa», dijo y añadió: «Lo que quieren ahora es ayudarlos para que se queden en África».
Fernández reflexionó además que «la política tiene un contenido ético que tiene que ver con la esencia del ser humano», por lo que razonó que «la ética de la responsabilidad social es entender que el que se ha caído necesita de nuestra mano para levantarse».