Con el avance sostenido de la segunda ola de contagios de coronavirus, la discusión sobre la supresión o postergación de las PASO comenzará a salir del microclima político y se introducirá en la conversación pública. Hasta la semana pasada el tema no salió de los tironeos entre oficialismo y oposición, pero el Gobierno tiene una apuesta. En la medida que las preocupaciones sanitarias vuelvan al centro de la escena, los acuerdos dentro del Congreso para cambiar el calendario electoral no serán tan dificultosos como han sido hasta ahora.
El tema será debatido este martes y miércoles en la Cámara de Diputados, cuando el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, se reúna con los jefes parlamentarios de todos los bloques opositores. Será la continuación en términos formales del comentario informal que hizo el martes pasado el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner, a su par de la bancada del PRO, Cristian Ritondo, y al intendente de Vicente López, Jorge Macri. Ambos fueron invitados para la presentación de un programa de infraestructura para la provincia de Buenos Aires que aprobó la Cámara baja el año pasado, a partir de una iniciativa impulsada por Ritondo y apoyada por Kirchner.
Delante del gobernador bonaerense Axel Kicillof y de los demás invitados al evento, Kirchner puso en palabras la evaluación que el renunciante ministro de Salud, Ginés González García, compartía con sus pares hace dos meses. «Así como vienen los casos», sostuvo el jefe de la bancada oficialista, no quedan muchos márgenes para realizar las primarias en agosto. Les pidió que comprendieran la situación sanitaria para avanzar en la postergación. Los interlocutores macristas se comprometieron a tener presente el tema y propusieron continuarlo en el Congreso, donde el presidente de la Cámara baja ya había convocado para esta semana a Ritondo, al radical Mario Negri y a Juan Manuel López, de la Coalición Cívica para abrir la negociación.
Apenas Kirchner les mencionó el tema a los invitados opositores, el resto de los dirigentes de JxC pusieron el grito en el cielo. El titular de la UCR, Alfredo Cornejo y su par de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro negaron cualquier acuerdo con el oficialismo. La jefa del PRO, Patricia Bullrich, acusó al oficialismo de hacer «una trampa» para dejar pegados a los dos macristas en una foto pergeñada con malicia.
En rigor, los tres dirigentes hicieron tronar su bronca en las redes sociales por la desconfianza que les genera la interlocución que tiene Ritondo con Kirchner y Massa dentro de la Cámara baja. Las quejas esta vez no contaron con la adhesión de Mario Negri, que ya había sido avisado con anticipación de la cita que se concretará esta semana y que buscará entrar en la sintonía fina de una negociación informal que comenzó el año pasado, en medio de la primera ola.
El plato fuerte del menú ya no es la supresión de las primarias, sino cómo acordar la postergación y cuál es el método que elegirán para definir en qué momento realizarlas. Tanto macristas como peronistas admiten que buscarán una fórmula matemática que combine la cantidad de muertes diarias con el total de camas de terapia intensiva ocupadas. La idea inicial es definir el momento de realización de los comicios en base a ese coeficiente, aunque por ahora se desconoce cuáles serían los parámetros finales que serán utilizados.
Mientras ese análisis avanza, especialmente entre matemáticos y sanitaristas, el oficialismo buscará poner sobre la mesa los proyectos que hay en danza para acelerar un acuerdo con la oposición. La iniciativa que impulsaron diez gobernadores norteños para suprimir las primarias este año quedó en un segundo plano desde hace diez días, cuando buena parte de sus impulsores terminaron de ceder ante la negativa del Frente de Todos y especialmente de Kirchner, de descartar las primarias este año.
En su lugar, tal como anticipó Massa en declaraciones televisivas, echarán mano a una iniciativa que presentó la diputada radical Carla Carrizo para ratificar las PASO, pero realizarlas en septiembre con la posibilidad de concretar las generales en noviembre. En ambos casos la propuesta de la legisladora, que responde al senador porteño Martín Lousteau, coincide con el interés del FdT: garantizar la realización de las primarias y frenar el operativo anti-PASO con una propuesta que busca alejar a ambos comicios del invierno.
En el FdT sostienen que la iniciativa de Carrizo podría servir como un punto de partida para canalizar la negociación, pero reconocen que luego deberán incluir la fórmula epidemiológica que establecerá en qué momento es posible realizar las primarias. También sostienen que el futuro texto tiene que llegar al recinto con el mayor acuerdo político entre oficialismo y oposición. Por eso defienden el valor político que tiene el texto de la diputada radical, ya que el FdT promueve un cambio en el calendario electoral a partir de una iniciativa impulsada por la oposición y no por sus propios legisladores.
Cuando esa relojería de negociaciones comience, la Casa Rosada y los gobiernos provinciales estarán analizando distintos tipos de restricciones, en un contexto donde la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires podrían fijar una nueva modalidad de aislamiento para mediados y fines de abril. En ese clima se desarrollarán las negociaciones sobre las PASO. Para entonces, con las restricciones a cuestas, la posibilidad de realizarlas en agosto quedará más remota aún, mientras la idea de concentrar todo en la primavera suma adhesiones dentro y fuera de la política. «