Creo que existe un sector de la Justicia que no tiene perspectiva de género ni tampoco de infancia y que incluso con capacitación pueden continuar sin tenerla», dice la asesora general tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, Yael Bendel, a propósito de las últimas denuncias que tienen como víctimas a mujeres menores de edad.
La Asesoría fue la impulsora, hace unos días, del encuentro de juezas, defensoras, fiscales y secretarias de distintos fueros y jurisdicciones, además de trabajadoras del ámbito judicial, para debatir acerca de las prácticas, procesos y abordajes que garanticen una Justicia con perspectiva de género.
–¿Qué siente cuando lee noticias o comentarios que ponen el foco en la víctima y su conducta más que en la de las personas acusadas?
–Esas noticias me generan un gran desconcierto y rechazo. Pero sobre todo preocupación, porque los comentarios reflejan un imaginario social en el que estas cuestiones les pasan a otros que tendrían características o conductas específicas. Y lo que no comprenden es que la víctima no tiene responsabilidad sobre lo que le ocurrió: que no era lo que vestía, no es la hora, ni su experiencia. Esto le pasó porque una persona perversa decidió hacerle daño.
–¿Cómo se explica que esta mirada sexista se replique en la Justicia?
–Creo que tantos años de educación asimétrica en la que los hombres han detentado el poder, y el rol de las mujeres ha sido el de la débil y, además, ha sido deliberadamente debilitado, provocó generaciones cuya subjetividad machista opaca cualquier hecho objetivo.
–¿Cómo se trata un hecho como el ocurrido en Miramar? No sólo en términos del tratamiento de la noticia por parte de los medios, sino también del acompañamiento social a la víctima.
–En primer lugar, hay que hacer la denuncia inmediatamente para que los organismos, tanto judiciales como de protección a la infancia, puedan intervenir. Tanto para la producción inmediata de las pruebas y la persecución penal de los autores del delito como así también para la protección de la víctima y el acompañamiento psicológico que requiera. Como sociedad, lo que tenemos que tener presente es que estas situaciones son más habituales de lo que se piensa y que nada tiene que ver la conducta, o cuestiones personales de las víctimas. Los únicos culpables son los que abusan, los que cometen el delito.
–¿Se puede aplicar la idea de consentimiento en una relación sexual cuando hay un menor involucrado?
–Cuando la víctima tiene menos de 13 años se presume que no puede haber consentimiento. Para los mayores de 13 años y menores de 18, en el caso de que hubiere consentimiento, habrá que extremar los cuidados para verificar las condiciones en las que se presta este consentimiento, fundamentalmente porque se trata de personas en crecimiento. «