“Vamos a bajar costos innecesarios”, había dicho en marzo de este año el jefe de Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel, refiriéndose al proyecto de bajar las expensas y de la implementación de un proyecto de consorcio participativo para “transparentar la administración de edificios”.
Sin embargo se generó una expectativa con un solo destino: la frustración y el choque entre propietarios y administradores junto al tarifazo de entre el 40 y el 70% de incremento en los servicios, que en casos se traslada a las expensas exorbitantes, por lo que tanto propietarios como inquilinos no llegan a ponerse al día.
Un mes después de los dichos de Miguel, el gobierno porteño volvía a proponer a la Legislatura la reducción para transparentar el vínculo entre propietarios y administradores para que el 67% de la población de edificios de la Ciudad pagara un 20% menos en expensas. Hoy la situación de morosidad alcanza al menos un 30%.
La realidad es que las medidas fueron ralentizadas y el impulso del gobierno porteño no logró aplicarse en la totalidad de los puntos propuestos, entre otros, no se cumplió con la obligatoriedad de construir edificios con vivienda para el encargado y la reducción de la desinfección mensual a anual. Incluso, faltó avanzar sobre la eliminación de la verificación de matafuegos y de instalaciones fijas contra incendio.
El tarifazo que implementó el gobierno en servicios y que a mitad de año ya registraba un 40% en electricidad y gas como así también el 70% de aumento de agua hizo que no sólo no se redujeran sino que aumentaran las expensas y los impagos de expensas.
El vicepresidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades Inmobiliarias, Miguel Ángel Summa había explicado en mayo que «los gastos de un edificio van de $ 50.000 a $ 1,5 millón al mes», con lo que el monto mensual de las expensas «está entre $ 2.000 y $50.000». Además, manifestó que «entre el 55% y el 70% del gasto de un edificio corresponde al sueldo del encargado», mientras sucedía el aumento feroz en servicios ya mencionado. Esto hizo que las expensas treparan en un 50%.
El 19 de junio de este año, las promesas no se cumplieron, los tarifazos y las subas prendieron fuego el bolsillo, por lo que los consorcistas efectuaron un “ruidazo” contra el tarifazo y los aumentos en expensas exorbitantes. A comienzos de año, Rodríguez Larreta había dicho «Buscamos que las expensas sean más baratas y transparentes». A siete meses de sus dichos, la reducción no se cumplió.