La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner rechazó por “nulas” las ocho convocatorias a prestar declaración indagatoria que prestó este lunes en el juzgado federal número diez, a cargo del juez Claudio Bonadio.
En un extenso escrito cuyo contenido anticipó por las redes sociales, la exmandataria sostuvo que “desde un punto de vista procesal (aunque la aplicación de la ley a estos operadores judiciales, por lo visto, nada les interesa) resulta evidente que tales citaciones devienen nulas”. Y justificó: “No sólo porque se encuentran contaminadas por la invalidez del proceso de origen -la ‘causa de las fotocopias’-, sino porque en sí mismas carecen de todo sustento y de manera alguna justifican el estado de sospecha que requiere la ley”.
En uno de los párrafos centrales de la defensa, CFK sostuvo: “No obstante todas las arbitrariedades perpetradas por el juez y el fiscal, no consiguieron una sola prueba -porque no existe- que demuestre que recibí coimas por parte de contratistas del Estado o que cometí delitos en el ejercicio de la función pública”.
“Han quedado en evidencia las gravísimas irregularidades -por no decir verdaderas actividades delictivas- que fueron llevadas a cabo por el juez y por el fiscal para tratar de inventar pruebas en mi contra”, embistió.
La ex mandataria llegó cerca de las nueve de la mañana a Comodoro Py 2002, un lugar que está virtualmente sitiado no sólo por el operativo de seguridad montado en torno a la múltiple declaración de la ex presidenta sino también por la obra del Paseo del Bajo, que convierte a la zona en un laberinto prácticamente inaccesible.
CFK incluyó en su declaración a un oscuro personaje que fungió como ariete para la convocatoria a indagatoria en una de las ocho causas, la de las presuntas irregularidades en la importación de gas licuado. La ex presidenta recordó que durante cinco años no estuvo mencionada en esa investigación, en la que Bonadio disparó procesamientos a granel sobre la base de un peritaje que fue descalificado hasta por las actuales autoridades del área de Energía. Pero el expediente, en lugar de decretar un abrupto y definitivo final, continuó y –según recordó Cristina Kirchner- “el 5 de noviembre del año pasado se presentó ‘espontáneamente’ en la Fiscalía de Carlos Stornelli el ahora no abogado y no experto en delitos complejos Marcelo D`Alessio”.
“Todo desopilante”, evaluó.
“D’Alessio aportó documentos que supuestamente corroborarían el pago de sobreprecios en la importación de buques con gas licuado. Además, el falso abogado al que tanto crédito, por lo visto, le dieron Bonadío y Stornelli, lisa y llanamente me atribuyó haberme interesado en tal supuesto negocio, dando instrucciones para que el ENARSA aprobara unas pólizas de seguro que no habrían resultado convenientes en términos de costos y beneficios para dicha empresa”, resumió el escrito.
“El 12 de noviembre, Stornelli abrió una vez más su Fiscalía a D’Alessio, para que éste ampliara su declaración, aportara nuevos documentos y ‘ratificar todo el contenido vertido en la entrevista que tuvo con el periodista Daniel Santoro a efectos de brindar la información veraz contenida en lo que formó su libro ‘El Mecanismo’. ¡Bingo! Stornelli con el falso abogado y el periodista estrella de Clarín, experto en ‘investigaciones’. A esta causa no le falta nada”.
CFK disparó que con estas “únicas nuevas pruebas, aportadas por un sujeto a quien ahora el fiscal califica de enfermo psiquiátrico, el juez volvió a convocar a prestar declaración indagatoria a las mismas 25 personas cuyos procesamientos habían sido revocados por la Cámara de Apelaciones y, además, me incluyó en la imputación”.
“¿Se entiende que Bonadio me está citando a indagatoria en base a los dichos de Marcelo D´Alessio? Sí, Bonadío utiliza la declaración de un personaje que fue filmado, grabado, fotografiado y ‘whatsappeado’ con Stornelli, pidiendo coimas en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Un escándalo nunca visto”.
La ex jefa del Estado dedicó párrafos a cada una de las ocho imputaciones, rechazó todas y las descalificó de raíz. En ese escenario, consideró su presencia de este lunes en los tribunales de Retiro como “una suerte de función de cine continuado” y “un hecho inédito en los anales de la jurisprudencia”.
“Puede comprenderse en el marco de una persecución y ensañamiento al que sólo se atrevieron gobiernos totalitarios en tiempos en que el Estado de Derecho se encontraba suspendido”, embistió. Uno de los términos a los que más recurrió en el escrito fue “disparate”.