El gobernador Gerardo Morales se volvió a mostrar como el alumno más aplicado del gobierno de Mauricio Macri, el miércoles en sesiones extraordinarias logró que el oficialismo local convirtiera en ley el proyecto para cobrar por prestaciones médicas a los extranjeros que residan en la provincia en forma transitoria. Una aclaración para los desprevenidos, extranjero en este contexto, funciona como sinónimo de boliviano. Una segunda aclaración es que la provincia de Jujuy funciona como plataforma de ataque sistemático de Cambiemos contra el gobierno del presidente Evo Morales.

Para entender un poco más el contexto en que la Legislatura jujeña aprobó una ley que contradice el artículo 20 de la Constitución nacional, Tiempo dialogó con Gabriela Alejandra Karasik, antropóloga, docente de la Universidad de Nacional de Jujuy e investigadora del Conicet, quien estuvo presente en la sesión y el año pasado, junto con la Dra. Laura Yufra, presentó un detallado informe a propósito del Proyecto de Ley de creación del Sistema Provincial de Seguro de Salud para Extranjeros.

La doctora Karasik explica la complejidad del entramado social en la provincia en la que bolivianos y argentinos construyen una trama de convivencia con pocas marcas diferenciales pero que, al mismo tiempo, mantiene “un deseo de diferenciarse”. La investigadora del Conicet desarma los datos utilizados por el gobierno jujeño por su poca rigurosidad y porque que utilizan la “categoría” hijo de extranjero.

“Los legisladores desconocieron la Constitución nacional, que en su artículo 20 dice que los extranjeros no están obligados a pagar contribuciones forzosas extraordinarias, tampoco conocen la Ley de Migraciones nacional, que es admirada en el mundo, que dice que no se puede negar ningún tipo de atención de salud a los extranjeros, ni siquiera conocen el DNU de Macri, no tienen buenas estadísticas, confunden categorías de migraciones. En definitiva, la ley de Morales avala la discriminación contra los bolivianos” sintetiza la antropóloga.

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–La vecindad de Jujuy con Bolivia da un perfil distintivo a la provincia.

-En Jujuy no sólo somos vecinos fronterizos con Bolivia, sino que contamos además con ciudadanos de esa nacionalidad que llevan cuarenta o cincuenta años en la provincia y descendencia de bolivianos e indígenas. Es decir que estamos hablando de una de las provincias más pobres del país con un perfil sociodemográfico particular. Apenas somos el 2 por ciento del país pero estamos en el tercer lugar en cantidad de ciudadanos bolivianos, después de Buenos Aires y Capital Federal. En este marco, desde el gobierno operan no solo identificando al boliviano o al indio como los malos, sino que buscan diferenciarse de ellos. Siempre en Jujuy ha habido una historia complicada y contradictoria con la población boliviana: acá se dice todos tenemos un abuelo boliviano, pero una cosa es decirlo y otra cosa dar cuenta de ello, es decir que muchas veces funciona como una fachada. En los sectores populares hay una convivencia que no tiene muchas marcas, por los matrimonios, los parentescos, por las íntimas relaciones que se dan en las dimensiones social, cultural y económico.

–¿Se puede decir que en Jujuy la población boliviana está integrada con la población local?

–Sí, pero esta es una parte de la explicación, porque el tema es más complejo, porque muchas veces se puede decir boliviano o coya como insulto. Hay una situación contradictoria que hace que transiten juntos la vida cotidiana y al mismo tiempo exista un deseo de diferenciarse. A nivel de las clases medias y altas, quizás por la situación de frontera, esto es más marcado, pero también con múltiples capas, porque no es lo mismo ser hijo de un zafrero que ser nieto de un comerciante de la frontera, y que ya está establecido como jujeño por más de una generación. Pero incluso si el hijo de un trabajador logra un desarrollo social, puede olvidarse de su origen. Como decía José Martí: «¡Estos hijos de carpintero, que se avergüenzan de que su padre sea carpintero! ¡Estos nacidos en America, q se averguenzan xq llevan delantal indio, de la madre q los crió…!

–¿Hubo un cambio a partir de la gestión de Gerardo Morales?

–Con Gerardo Morales y Mauricio Macri la situación se puso más difícil, ya que la provincia se convirtió en una suerte de laboratorio de Cambiemos, como la sociedad tiene ese componente de una clase media con mucha discriminación étnica y de clase, Morales hace tiempo que viene tirando el argumento que los extranjeros generan mucho gasto a las arcas provinciales, de ahí desprenden que hay que censarlos, etc. A fines de la década del noventa, a fines del menemismo y en plena crisis jujeña, hubo una ley donde se proponía censar a los bolivianos para ver cuánto le costaban al Estado provincial con esta idea de que vienen y se van y a la provincia les queda el gasto. En esta línea el año pasado, recomenzaron junto con (Miguel) Pichetto y (Luis) Petri a reformular la ley. Es la primera provincia en promulgar una ley de este tipo, que se llama Ley de creación de servicio provincial de seguro de salud para extranjeros que se debía tratar en mayo del año pasado pero se pospuso hasta el miércoles pasado.

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(Foto: Presidencia)

–Morales basó su pretensión de cobrarles la atención médica a los ciudadanos bolivianos en la idea de reciprocidad.

–Sí, pero se basa en una idea tramposa de lo que es la reciprocidad. Compara a los turistas jujeños en Bolivia con los residentes temporarios, los que vienen a trabajar, los que viven en Jujuy hace muchos años. Es decir, la idea que buscan instalar es que nosotros les damos todo gratis y ellos nos cobran. Esto es falso, porque el sistema de salud boliviano es diferente, no discrimina por nacionalidad, pero sí tienen un sistema público menos complejo que el nuestro. Por todo esto sería más correcto hablar de la solidaridad entre pueblos. El ministro (Gustavo) Bohuid, a quien todos conocemos porque estuvo al frente del lamentable episodio de la niña que obligaron a parir, es la punta de lanza de este proyecto que se cruza con el Plan Estratégico de Salud que es la versión local de la Cobertura Universal de Salud de Nación, que busca segmentar y privatizar el sistema.

–¿Ese discurso tuvo impacto en Jujuy?

–Lo que más arraigó en la población es cobrarle a los bolivianos porque en la versión oficial serían los culpables del mal funcionamiento del sistema de salud, de la educación, etc. Lograron instalar el debate a través de los medios, que son totalmente afines, a través de argentinos que vacacionan en en Iquique o Santa Cruz de la Sierra y que suelen decir que se sienten maltratados. Y después del episodio de Manuel Vilca, se podria decir que muchos solemos viajar a Bolivia y no nos hemos sentido maltratados, como -por otra parte- aclaró el mismo Vilca.

–Desde muchos sectores cuestionaron los datos que presentó el gobierno jujeño. Por su trabajo, usted tuvo acceso a esos datos, ¿se puede decir que se ajustan a la realidad?

–El año pasado, las cifras que daba el ministro sólo demostraron que la incidencia de la atención a extranjeros en el sistema de salud público era mínimo. No tienen un peso que justifique una ley. Jujuy ocupa el tercer lugar con mayor cantidad de bolivianos en el país. Hablamos de gente que está hace décadas en la provincia, y esta ley mete en la misma bolsa a la gente que viene a trabajar y residir por un tiempo, sin importar su condición migratoria, pero que trabajan y consumen acá, con los que están de paso. Aunque todos ellos tienen derecho a recibir educació, saludo y gozar de todos los derechos que les da la Constitución nacional y la Ley de Inmigración. Además hay otro componente, y es que esos datos que brindó el ministro eran «a ojímetro» en gran medida, porque los registros del sistema de salud jujeño si bien –a veces– distinguen  argentinos de extranjeros, no toman en cuenta la condición migratoria. Entonces los datos del ministro son de mala calidad y ni siquiera demuestran que en los extranjeros radique un problema en el sistema de salud. La conclusión obvia es que las razones no son presupuestarias.

–¿Los datos estadísticos están falseados?  

El año pasado, junto con la Dra. Laura Yufra, hicimos un informe en el que mostramos que los funcionarios no solamente contaban extranjeros, sino a los hijos de extranjeros nacidos en la Argentina, es decir, contaban a argentinos como extranjeros. Y esto es muy común en todo Jujuy y especialmente en La Quiaca. No existe la categoría “hijo de extranjero”, es profundamente xenófobay, sin embargo, el ministro Bohuid la utiliza. No digo que la utilice el sistema de salud, sino el ministro, y el miércoles se podía escuchar que también la utilizaban en la cámara. Esto es una profunda distorsión perversa conceptual y de los datos.

–Además del componente xenófobo, se puede observar una intencionalidad política contra el presidente Evo Morales tras la aprobación de esta ley, ¿está de acuerdo con esto?   

–Sí, hay una lectura geopolítica que me excede, porque no es mi campo específico, pero la percibo, porque se hace evidente que es una provincia que les permite a Mauricio Macri y Gerardo Morales pegarle al presidente Evo Morales. Yo no separaría esta medida de las agresiones sistemáticas del gobernador contra Evo Morales, por ejemplo, cada vez que Evo se preocupa por el encarcelamiento de Milagro Sala o la discriminación en la provincia, el gobernador le contesta como si se tratara del vecino de la cuadra. Desde lo humano yo puedo decir que es un grosero, desde lo diplomático imagino que es algo peor, pero sin dudas es una agresión hacia los bolivianos y bolivianas que viven en Jujuy. En diciembre de 2018, La UNJU iba a darle un Honoris Causa a Evo, y los operadores del gobierno nos frenaron la votación final para que él no viniera a Argentina a recibirlo. Y eso se relaciona a que enero es un mes electoral.

Para la Dra. Karasik, tanto esta ley como el caso de la niña violada y obligada a parir, funcionan como los primeros antecedentes concretos, no solo retóricos, de un avance xenófobo en la legislación que intenta ubicar al extranjero como el responsable de la crisis que vive el país y considera que “es muy probable que  empiecen a surgir reglamentaciones similares en otras provincias. Hasta ahora sólo Jujuy pasó de las palabras a presentar una ley, trabajarla y aprobarla el miércoles a la noche”.