Ni en Argentina ni en Colombia, las sedes que habían sido designadas en un principio. Tampoco en Chile o Paraguay, las opciones sudamericanas que aparecían de urgencia. Ni siquiera en Estados Unidos, con la fantasía de jugar a estadios llenos. La Copa América 2021 se hará en Brasil, según informó de manera sorpresiva la Conmebol en la mañana de este lunes.
La 47ma edición de la Copa América le trajo demasiados dolores de cabeza a la Conmebol. En 2020 tuvo que decidir la postergación por la pandemia. Ahora se había propuesto cumplir con los compromisos comerciales en este 2021 a como de lugar. Colombia se dio de baja diez días atrás, en pleno estallido social, de una manera elegante: pidió postergar el certamen para cuando se pueda recibir público. Y en la noche del domingo fue Argentina la que dijo que no, ya que atraviesa el peor momento de la pandemia y el gobierno llegó a la conlusión de que era muy difícil ser sede sin que haya complicaciones sanitarias.
Fue una madrugada febril en Luque, donde Conmebol tiene su sede. La reunión comenzó bien temprano en la mañana, después de largas conversaciones telefónicas. El anuncio en las redes sociales oficiales de la conferderación sorprendió: “¡Brasil recibirá a la Copa América 2021! El mejor fútbol del mundo llevará alegría y pasión a millones de sudamericanos. La CONMEBOL agradece al Presidente Jair Bolsonaro y su equipo, así como a la Confederación Brasileña de Fútbol”. El calendario, el fixture y el grupo se mantendrá.
Brasil fue el organizador de la última Copa América, en 2019, que dejó unas cuantas polémicas. Desde lo deportivo, generó un conflicto entre las federaciones argentinas y brasileñas por el arbitraje de las semifinales entre Argentina y Brasil. “»Se cansaron de cobrar boludeces durante toda la Copa América y hoy no le cobraron un penal a Otamendi. Es para analizarlo. Ojalá que la Conmebol haga algo, porque nosotros hicimos un sacrificio enorme. Igualmente, no creo que haga nada porque maneja todo Brasil».
El Scratch fue el merecido campeón de la Copa, después de haber sido el mejor equipo durante todo el certamen, más allá de los fallos deportivos. Lo curioso fue la presencia constante del presidente Bolsonaro en los estadios, incluso con vueltas olímpicas a modo de saludo en el entretiempo de los juegos. Lo de Bolsonaro y el fútbol parece un amor por conveniencia: el presidente dice ser hincha “de Palmeiras en San Pablo y de Botafogo en Río de Janeiro”, aunque se puso camisetas de casi todos los clubes y tiene una buena amistad con Neymar, Ronaldinho y Dani Alves. Ahora tendrá una nueva ocasión para estar cerca de las estrellas.