A pesar del silencio autoimpuesto por el gobierno, este sábado el Correo Argentino realizó el primer simulacro nacional para probar el nuevo sistema de transmisión de datos que se utilizará durante el escrutinio provisorio en las elecciones nacionales. Según el Ejecutivo, el próximo conteo provisorio debería acelerarse gracias a la instalación de modems y scanners en las escuelas que agilizarían el envío de los telegramas donde constan los votos de cada urna. Sin embargo, el ensayo del mecanismo provisto por la empresa inglesa Smartmatic arrancó con «un colapso de la plataforma de transmisión» que se registró cerca de las 10:30 de la mañana, cuando comenzó el simulacro que involucró a 3000 escuelas en todo el país, conectadas a 1000 sucursales del Correo Argentino, que depende de la Secretaría de Modernización conducida por el vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra.

La falla ocurrió cuando había comenzado la carga de los datos, es decir, cuando se puso en marcha la etapa más sensible del nuevo mecanismo que, a diferencia de años anteriores, involucra el envío de los datos desde cada escuela y no desde los centros de trasmisión del correo.

El problema técnico habría pasado inadvertido si no fuera por la alarma que inicialmente dieron distintos docentes que participaron del simulacro y de la información que llegó a los oídos de técnicos del Correo Argentino y de los apoderados de los partidos políticos, que recién participarán del próximo capítulo del simulacro, previsto para el 20 y 21 de julio.

Cerca del mediodía, las fallas no sólo impactaron en el Conurbano bonaerense, cabecera del distrito electoral más poblado del país, sino también en distintas capitales del interior, donde surgió la misma inquietud: un colapso en la carga del conteo provisorio, aunque no tenga validez legal, tiene un impacto público muy sensible, ya que aporta los primeros datos sobre la cosecha de votos de cada fuerza política. A pesar de la sensibilidad del tema, ni el Correo, ni la Dirección Nacional Electoral, ni la empresa Smartmatic, tenían previsto dar detalles públicos sobre el colapso.

El nivel de improvisación sobre la aplicación del nuevo mecanismo fue denunciado en abril por el apoderado del Partido Justicialista, Jorge Landau, a la Cámara Nacional Electoral. En el texto Landau advirtió que se establecieron fechas muy cercanas a las elecciones y «no se cumplió con la promesa de la DINE de hacer una demostración con los partidos políticos en mayo o junio, sino que se les da intervención en los simulacros de junio y julio». El apoderado también alertó que el simulacro del 20 de julio «supera el plazo mínimo de 30 días», establecido por la Justicia Electoral, «para poner a disposición de las agrupaciones políticas el programa de escrutinio».

«Estamos al tanto de las fallas que se registraron hoy y haremos una ampliación este lunes de la denuncia que ya presentamos», explicó Landau a Tiempo. «Ya hemos advertido de la debilidad de todo el sistema y creemos que habría que suspender su aplicación porque no da muestras de solvencia y puede terminar en un desastre. Por eso pedimos que la CNE se involucre, aunque no es de su competencia. Hoy supimos por nuestros especialistas de lo ocurrido y nos reuniremos este lunes para exigir detalles técnicos. El sistema electoral siempre ha funcionado bien. Nunca se ha dudado de su legitimidad, salvo ahora que esta fallando sistemáticamente en medio de una gran improvisación», advirtió.

Luego de las consultas de este medio, la empresa no aportó datos y contestó que «había salido todo bien». En el Correo contestaron que «no hubo problemas con el sistema sino con su actualización y se transmitieron 81 mil telegramas en 4 horas y media que es lo que estaba estipulado». Aunque la fuente no detalló en qué zonas sucedieron los desperfectos, aseguró que funcionó el 70% del sistema. Dentro del mismo Ejecutivo, una alta fuente vinculada al proceso aceptó los problemas con los tiempos y reconoció que Smartmatic ganó la licitación por el precio, pero obtuvo la calificación técnica más baja de todas las que participaron de la compulsa.

En rigor, no hay obligación de transparencia pública dentro del pliego de condiciones particulares que redactó la Dirección de Servicio Electoral del Correo Argentino en diciembre de 2018, cuando lanzó la licitación para la contratación de un escrutinio provisorio que, por primera vez en la historia, iba a implicar el despliegue de 3000 scanners en 3000 escuelas. A mediados de abril, el Correo informó que la empresa Smartmatic había ganado la licitación por una oferta de 17 millones de dólares para quedarse a cargo del escrutinio provisorio de las PASO, la primera vuelta de octubre y un eventual balotaje. La empresa de origen venezolano, controlada actualmente por un accionista británico, se quedó con la operación y desplazó a Indra, que había ofertado 19,2 millones de dólares, y a la firma catalana Scytl, que había propuesto un costo de 17,9 millones de billetes verdes. «

SIN CONEXIÓN

En su cuenta de Twitter, el especialista en seguridad informática Javier Smaldone graficó el fallido simulacro con capturas de las netbooks y los scanners que se utilizarán en el escrutinio. Su relevamiento detectó inconvenientes de carga y conectividad en la gran mayoría de las terminales de carga.