El tic tac de la cuenta regresiva para las Primarias de agosto acelera su ritmo. Falta un mes y cuatro días. Ahí se verá el primer dato inapelable sobre el destino que la mayoría de los argentinos pretende para el país por los próximos cuatro años. El escenario que hoy puede anticiparse, con las lógicas reservas del caso, tiene dos elementos fundamentales. El primero: el Frente de Todos consiguió que la unidad política se traduzca en suma electoral, algo que no siempre está garantizado. El segundo: la decisión del gobierno de guardar el hacha del ajuste hasta después de octubre modificó las expectativas sobre la economía y lo ayudó a mejorar.
La suma de estos dos elementos tiene como resultado el fortalecimiento de la polarización y la vuelta de un mapa político que remite al país bipartidista que la Argentina supo ser en algunos momentos de su historia.
Son algunas de las conclusiones que arroja la última encuesta de la consultora Ceis, a la que accedió de forma exclusiva Tiempo Argentino. La medición nacional de más de 1300 casos cerró el viernes pasado y preguntó intención de voto a presidente. Los resultados fueron los siguientes: Alberto Fernández se alzó con el 42% de las respuestas positivas, Mauricio Macri se ubicó siete puntos por debajo, con 35; luego apareció Roberto Lavagna, con 9; seguido por el economista José Luis Espert, con 2,8; Nicolás Del Caño, con 2,3, y nueve puntos que aún no se definen.
En el último sondeo de la misma consultora, que también fue publicado por este diario, en junio, todavía no se había definido qué lugar ocuparía Sergio Massa en el Frente de Todos (FT). En esa medición la suma de la intención de voto de Alberto Fernández (39%) y Massa (6%) dio 44 puntos. Los datos de julio dan cuenta de que, aunque no sea matemático, nunca lo es, Fernández creció con la incorporación del tigrense liderando la lista de diputados nacionales bonaerenses.
«Lograron sumar en buena medida los adherentes de los dos», dijo Fernando Larrosa, director de Ceis. «Para que esto siga y se potencie es fundamental que Massa aparezca en la campaña como un par de Alberto, un aliado, al igual que con Axel Kicillof (que se presenta para gobernador en Provincia)». Otra táctica electoral que el sociólogo consideró clave es una que despertó el enojo del ministro Marcos Peña en la reunión de Gabinete ampliado de esta semana, el perfil bajo de Cristina Fernández. «A mi criterio, que CFK siga con esa modalidad le suma a la oposición. Ella tiene un gran caudal electoral que ya está fidelizado con su presencia en el cuerpo principal de la boleta. El frente Todos tiene que ir a buscar a otros electores que quizás no se identifican Cristina, pero sí rechazan la gestión del gobierno de Macri».
El presidente
Tomando de nuevo como punto de partida la medición que hizo Ceis en junio, Macri mejoró levemente. Para Larrosa esto se explica por un mejoramiento del clima general logrado por la estabilidad del dólar y haber parado con el ajuste, aunque anunciando que se retomará después de las elecciones. «La inflación sigue siendo la principal preocupación, pero con una proporción menor que hace dos meses. Mejoró levemente la aprobación de gestión global y de la económica. Es una mejoría marginal, pero muestra una tendencia».
El sociólogo explicó que la recuperación de Macri se produce dentro del universo de votantes que lo acompañó en 2015. «El oficialismo, cuando mejora, lo hace en el amplio espectro que perdió del 51% que había conseguido en el balotaje de 2015. Es difícil que Macri pesque fuera de esa pecera. De hecho es mucho mayor la fidelidad del 49% que votó por Daniel Scioli en esa segunda vuelta. La mayoría está con los Fernández».
El sociólogo, sin embargo, advirtió: «El PRO tiene una maquinaria electoral muy aceitada. Son buenos en ese terreno y todavía hay una porción de indecisos importante».
Lavagna, Espert, Del Caño
El exministro de Economía Roberto Lavagna tuvo un impulso importante cuando lanzó su postulación presidencial, cuando fue novedad. Luego, según las cifras de Larrosa, se estancó entre los 10 y 9 puntos y no se mueve. «Todavía no hay campaña y veremos qué pasa después. La polarización no lo ayuda. A lo mejor con la consigna ‘ni Macri ni Cristina’ mejora un poco, pero el tema es que los indecisos son un segmento bastante despolitizado y hay que hacer un trabajo importante para llegarles».
El economista José Luis Espert, en las cifras de Ceis, está por debajo de los tres puntos. Esto indicaría que el intento de proscripción que sufrió por parte del macrismo no lo ayudó a mejorar. «Antes de medir, mi análisis era que todo eso iba a levantar su intención de voto por el intento de bajarlo, pero no fue así».
Con respecto al candidato del FIT, Del Caño, el sociólogo sostuvo que también padece la polarización. Señaló, además, que la reciente interna del Partido Obrero, con el alejamiento del histórico Jorge Altamira, no modificó los números del Frente de Izquierda, cuyo desafío es ampliar su núcleo duro que por ahora parece ser lo que tiene.
Un capítulo aparte –imposible de desarrollar aquí– merecen los indecisos. En buena medida tienen en sus manos el rumbo de la elección. Al respecto, Larrosa destacó: «Es un segmento que decide muy sobre el final y a mi criterio es donde más pesa tener una buena campaña, que genere ilusión y sea relativamente light».