«Tienen que asumir su rol porque de acuerdo a la Constitución tienen que representar los intereses generales de la sociedad. Hay que hacerlos crecer y eso tiene que ver con designar un procurador. Tuve muchos jefes y el mejor fue Esteban Righi. Me parece que ése es el modelo», dice el fiscal Federico Delgado sobre el protagonismo que ganaran los fiscales con la Reforma Judicial impulsada por el gobierno.
-¿Cómo caracteriza a su actual jefe, el procurador interino Eduardo Casal?
-Ha sido un mero administrador. Desde que se fue Alejandra Gils Carbó el ministerio público entró en una etapa de administración. Si la ley se aprueba se viene un desafío muy importante y no sé como está el tema de la postulación de juez Daniel Rafecas como Procurador.
-El oficialismo tiene dificultades para obtener los votos para que el Senado preste acuerdo.¿Cree que hay Casal para rato?
-Una reforma de esta trascendencia tiene que tener a un Procurador que sea designado con acuerdo del Congreso. Necesita esa legitimidad institucional. Acá se juega la responsabilidad y la lealtad de los legisladores con la Constitución. Estamos discutiendo parte de su sistema nervioso.
-La fiscal Gabriela Boquín, que tiene el caso del Correo Argentino, vuelve a afrontar un intento de Casal por removerla. ¿La reforma debería garantizar que los fiscales no afronten estas presiones?
-A mi me pasó lo mismo. Me armaron una causa entre (el exdirector de la AFI) Gustavo Arribas, el juez Claudio Bonadío y compañía. Uno busca que la institución te proteja, no a mí, sino al cargo, porque yo soy contingente, pero eso es decisivo. En materia federal al poder no le gusta que lo investiguen. Y el poder tiene mas recursos para evitarlo que cualquier persona.
-¿Cree que el sumario que Casal le abrió a Boquín es parte de esos recursos del poder?
-En el libro yo hablo del fenómeno de las causas armadas, el juez rockstar y el datero. No existirían en esta magnitud si existieran instituciones fuertes que no estén agujereadas. Boquín puede hacer las cosas mal o hacerlas bien. Eso no importa. Lo que importa es que su rol institucional no puede ser nunca afectado por nada que no sean las pautas específicas que están previstas para que lo afecten.