El gobierno porteño volvió a hacer valer su mayoría en la Legislatura para conseguir la aprobación de dos proyectos que alimentan la especulación inmobiliaria. Por un lado, logró la autorización para concesionar nuevamente y por un período más largo el predio donde hoy funciona el Buenos Aires Design, cuyo derecho de uso y explotación a cargo de IRSA y Hope Funds (dos compañías que obtuvieron beneficios con el PRO en la Jefatura de Gobierno) vencen a fines del mes próximo. Por el otro, consiguió imponer su proyecto de urbanización de la villa 31 que era resistido por muchos vecinos por no responder a sus necesidades y soslayar el uso del área para vivienda.
En el caso del Buenos Aires Design, si bien el oficialismo no logró ampliar la licitación hasta los 70 años como pretendía, el próximo beneficiado podrá aprovechar de ese espacio, en una de las áreas más caras de la ciudad y protegida por su valor histórico, por 15 años prorrogables por otros cinco más. Eso fue posible gracias al voto de los 34 legisladores de Cambiemos y otros siete aliados. Hubo 14 rechazos y una abstención.
El predio de Recoleta es una joya preciada para el PRO y, sobre todo, para quienes lo explotan hasta ahora: el grupo IRSA de Eduardo Elsztain (propietario del 56%) y Hope Funds de Enrique Blaksley Señorans, considerado el «Madoff argentino» por el monto de las estafas en las que estaría involucrado y por las que está detenido desde el martes 10 de abril en su casa del country Pacheco Golf (44%). Ambos aprovecharon durante años un canon irrisorio de 46 mil pesos que, cuando alcanzó estado público en 2017 fue nuevamente cotizado en $ 397.500. Un monto todavía ridículo si se tiene en cuenta que el alquiler y las expensas de dos locales de los 80 que posee ya cubrían el costo del canon.
En marzo, Tiempo había informado que Cambiemos estaba buscando “comprador” en el exterior a pesar de que el predio está protegido por su valor histórico. De hecho lo había ofrecido en el MIPIM 2018, la feria mundial del sector desarrollador que se realiza en Cannes.
«El gobierno porteño tenía la oportunidad de volver a disponer de un espacio que le permitiría generar buenos ingresos para la Ciudad en un momento de ajuste. Sin embargo, Horacio Rodríguez Larreta prioriza una vez más sus negociados inmobiliarios por sobre el beneficio para todos los porteños «, señaló la legisladora Andrea Conde, de Unidad Ciudadana.
Urbanización sin acuerdo con los vecinos
En la misma sesión el oficialismo también logró aprobar su proyecto de urbanización de la Villa 31 que, contrario a lo que se podría esperar de una ley que fue presentada como un beneficio para los vecinos, motivó una gran presencia policial en las inmediaciones de la Legislatura por la manifestación de los habitantes que protestaban fuera del recinto.
Cambiemos usó su mayoría automática y otros seis aliados para conseguir la aprobación. Contó con cinco votos en contra (de los representantes del PTS, el PO y Autodeterminación y Libertad) y unas 13 abstenciones. A pesar de este resultado todavía resta una audiencia pública -no vinculante- y una segunda lectura en el recinto.
Los vecinos de la Mesa Participativa por la Urbanización, que se manifestaron en las puertas de la Legislatura y también se hicieron oir en los balcones del recinto, plantearon que no se oponían a la urbanización, sino a la falta de participación en el armado del proyecto que se vislumbra en falta de obras necesarias (como la apertura de algunas calles) y en la desafectación de vivienda única que sufrirán las propiedades y que habilitarán el desplazamiento de los vecinos y vecinas a cambio del pago de un canon.
*Artículo realizado con la colaboración de Facundo Sebastián Etter en el marco del convenio de prácticas profesionales entre Tiempo y la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV)