DE PARIS A NUEVA YORK: LA ONU Y LAS JUVENTUDES DEL MUNDO DESARROLLADO PONEN EL FUTURO DEL PLANETA EN JUEGO. Podrán?
La próxima semana en Nueva York, comienzo de las primaveras en el Sur del Planeta, y de los otoños en el Norte, en una alianza inédita, las juventudes del mundo desarrollado –con Greta Thunberg a la cabeza- y Antonio Guterrez de Naciones Unidas, pretenden marcar la Agenda del Futuro ante la emergencia climática que vive el mundo y lograr que la COP 25 en Chile 2019 ratifique París y las partes implementen el Libro de Reglas para contener los incrementos de temperatura en menos de 2 grados centígrados y que tienen en jaque al Planeta desde que la revolución industrial impuso esta economía “sucia”.
En 1900, la quema deliberada de combustibles fósiles –mayoritariamente carbón-, produjo alrededor de 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono. En 1950, las emisiones industriales –del mundo desarrollado-, eran tres veces más y hoy ya en plena expansión global –globalización– del modelo de desarrollo “sucio”, casi 20 veces más.
En 1965 el nivel de dióxido de carbono era de 320 partes por millón (ppm); sin precedentes, pero solo 40 ppm por encima de lo que había sido dos siglos antes
Las siguientes 40 ppm tomaron solo tres décadas –cuando ese modelo de depredación de la naturaleza se extendió a los países de medio desarrollo-. Las 40 ppm después de eso tomaron solo dos décadas. El nivel de dióxido de carbono es ahora de 408 ppm y sigue aumentando en 2 ppm por año.
La última vez que la Tierra tuvo un nivel de dióxido de carbono similar al de hoy, fue en promedio alrededor de 3 grados centígrados más cálido. Las cadenas montañosas en Suramérica eran verdes, la Antártida estaba rodeada de bosques. El agua congelada en estos tiempos sobre esos paisajes estaba en los océanos, haciendo niveles del mar 20 metros más altos que los de hoy
Desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, una parte de los humanos – ie; las que viven en todos los países desarrollados y las de grandes urbes del Planeta-, hemos emitido 765 mil millones de toneladas más de dióxido de carbono . La temperatura media de la superficie de la Tierra es ahora está 1 grado por encima de lo que era en el mundo preindustrial, y está aumentando aproximadamente 0.2 ° C más por cada década, los años de la década del 2010 han sido, en promedio, unos 0.5 grado más calientes que los años ochenta, y en algunos territorios del norte y el sur del Planeta se están produciendo calentamientos de 1,5 grado o más; por ejemplo en partes del Ártico y la Antártida se han visto incrementos en casi 3 grados.
La cifra de 1,5, grado que marcó el Acuerdo de París firmado por las partes, es muy importante, ya que además de superar la falta de cumplimiento por los países –especialmente los desarrollados- hasta el 2015, agregó objetivos al objetivo original de prevenir puntos de inflexión en un mundo en calentamiento que está haciendo que los eventos climáticos extremos sean más frecuentes y/o más intensos, cambien los patrones de lluvia y sequía, que se alteren los ecosistemas y se eleve el nivel del mar, con sus consecuencias irreversibles en la vida, la economía, el ambiente, la salud, la cultura de sociedades de humanos y otros seres vivientes, especialmente en países en desarrollo y los más pobres, especialmente territorios isleños y aquellos con temperaturas muy altas, y en las grandes urbes.
Por ello, y para lograr una parte del Acuerdo de Paris, hay que revertir el aumento de 20 veces en las emisiones que el siglo XX puso en marcha, y hacerlo al doble de la velocidad , reemplazar todo lo que quema gas, carbón o petróleo para calentar una casa, activar un generador o girar una rueda, reconstruir todas las acerías, remodelar las obras de cemento, reciclar o reemplazar los plásticos y transformando la agricultura en todos los continentes. Y a esto hacerlo todo mientras se expande la economía lo suficiente como para satisfacer las necesidades y los deseos de una población mundial creciente al 2100
Pero también cada país –en particular los del mundo en desarrollo-, debe prepararse, adaptarse y hacerse resilientea las consecuencias de un mundo cada vez más caliente, y fortalecer sus sociedades, infraestructuras, ecosistemas y recursos naturales.
Y ese es el mensaje que tendría que salir desde Nueva York y desde los Jóvenes de países desarrollados.
“Proteger el futuro, reduciendo amplia y drásticamente las emisiones de gases GEI del mundo desarrollado SIN TRASLADARLAS AL MUNDO EN DESARROLLO, y fortaleciendo con urgencia las capacidades de adaptación e infraestructuras, y puesta en marcha de economías“limpias”, en los pàíses en desarrollo”.
Podrá Nueva York marcar el futuro?.
HECHOS Y NO PALABRAS. EL FUTURO ESTA EN JUEGO.