La confirmación del Reino Unido sobre su intención de mantener una “presencia militar permanente” en las Islas Malvinas despertó duros cuestionamientos por parte del gobierno argentino.
El ministro de Defensa, Agustín Rossi, dijo que el plan de seguridad nacional que presentó el premier Boris Johnson en la Cámara de los Comunes “se aparta del camino de diplomacia que sigue la Argentina” y que es una “reafirmación de la pretensión colonialista” que tiene Londres sobre las islas.
“En Malvinas hay tantos soldados como habitantes. Hace tiempo que decimos que es una base militar”, señaló en una entrevista con El Destape Radio. «La posición de Inglaterra en Malvinas tiene que ver con su posición en el Atlántico Sur, en la Antártida y en el estrecho de Magallanes. Y tenemos que reforzar nuestra posición ahí», remarcó el ministro de Defensa, en alusión a las riquezas en materia pesquera y de hidrocarburos que hay en la región.
Para cumplir esa última premisa, Rossi dijo que es necesario que se vaya “»viendo de qué manera transformamos las bases temporarias (en la Antártida) en permanentes. La mirada tiene que ir en el sentido de fortalecer la presencia no solo con la agencia de defensa sino también el trabajo científico».
Mientras tanto, el secretario de Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Daniel Filmus, afirmó que «es grave el aumento del armamentismo en un momento en que el mundo está preocupado por salvar vidas por la pandemia” y recordó que “de las 17 situaciones coloniales que todavía quedan en el mundo y están siendo tratadas por las Naciones Unidas, 10 son británicas”.
Las críticas responden al plan anunciado por el Reino Unido, que incluye la ratificación de una “presencia militar permanente” en las Malvinas y su compromiso para la defensa de otras posesiones de ultramar como la isla de Ascensión, Gibraltar y otros territorios en el Océano Índico.
El documento, el primero de este tenor presentado desde la escisión de la Unión Europea, incluye la ampliación de su arsenal de armas nucleares de 180 a 260 ojivas y la identificación de Rusia y China como principales “amenazas” para su seguridad.
En respuesta, el Gobierno argentino -a través de un comunicado de la Cancillería- advirtió que el Reino Unido «debe escuchar» a la comunidad internacional que «promueve el fin del colonialismo en el mundo» y en «el particular caso de las Islas Malvinas» planteó a través de una resolución de Naciones Unidas que «el camino para la solución del diferendo por la soberanía es el diálogo bilateral».