El presidente Joe Biden hace equilibrio entre un sistema de alianzas exteriores de Estados Unidos en el que Israel siempre es un socio de hierro y un frente interno en el partido Demócrata, donde cada vez hay más voces críticas del rol que ese país viene jugando en el Medio Oriente y, especialmente, por el blindaje a Benjamín Netanyahu. El primer ministro israelí, por su parte, no oculta su disgusto contra la nueva administración estadounidense, a la que percibe -con una dosis de realismo impecable- como “no amiga”.
Las primeras declaraciones de Biden sobre el conflicto fueron favorables, sin embargo, al incómodo socio. “Israel tiene derecho a defenderse”, dijo al principio de la ofensiva sobre Gaza. Con lo que levantó críticas del ala izquierda del partido.
Logró que el mandatario egipcio y otros dirigentes internacionales intercedieran para un cese el fuego. Pero, también, envió, para establecer conversaciones, a un emisario que puede convertirse en la figura clave de la estrategia para la región de aquí en adelante.
Se trata de Hady Amr, un experto en política internacional egresado de Princeton que vivió desde niño en Estados Unidos, pero que nació en Beirut, hace 57 años. También, para él, la reconstrucción de Gaza es esencial para calmar las aguas en esa golpeada región del mundo, pero lo piensa en otro sentido. Designado secretario de Estado adjunto para temas palestino-israelíes por Biden, Amr apuesta a fomentar las relaciones entre las facciones políticas palestinas que gobiernan en Gaza y Cisjordania, Hamás y Al Fatah, respectivamente.
En cierto modo, no difiere demasiado de lo que planteaba Donald Trump: lograr apaciguar a las poblaciones palestinas con planes de desarrollo que convenzan de las ventajas de hacer acuerdos de convivencia de los palestinos con Israel. Pero hay matices determinantes.
Entre las medidas que tomó Trump al llegar a la Casa Blanca estuvo la desarticulación de planes destinados a colaboración internacional. Uno de esos planes pasaba por la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa, por sus siglas en inglés), donde Biden regresó en abril pasado con un aporte de 150 millones de dólares.
«Creo que los palestinos y los israelíes merecen igualmente vivir de forma segura», dijo Biden el jueves, cuando ya las presiones de Bernie Sanders, el líder de la izquierda demócrata, eran muy fuertes para que rechazara una ayuda militar a Israel por 750 millones de dólares que ya había sido adjudicada a través de acuerdos de anteriores gestiones. “Tienen derecho a disfrutar de medidas iguales de libertad, prosperidad y democracia», agregó el mandatario.
Luego, insistió en la necesidad de avanzar hacia la solución para los dos Estados, una Palestina independiente “como única respuesta posible”, para el Medio Oriente. Por lo pronto, Amr se encontrará, en la semana que comienza, con el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, que visitará la región para tratar de llegar a compromisos más sólidos y duraderos entre los principales actores de este drama.. Luego, insistió en la necesidad de avanzar hacia la solución para los dos Estados, una Palestina independiente “como única respuesta posible”, para el Medio Oriente. Por lo pronto, Amr se encontrará, en la semana que comienza, con el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, que visitará la región para tratar de llegar a compromisos más sólidos y duraderos entre los principales actores de este drama..