Ariel Schale es el secretario de Industria, dentro del Ministerio de Desarrollo Productivo. Es el responsable de orientar una política hacia las fábricas a las que nunca se alcanza a satisfacer. Pero, al mismo tiempo, debe negociar con las más concentradas por el precio de los insumos para la industria, como la chapa, el plástico, los químicos, la glucosa. Confía en que el panorama mejorará en los meses que vienen y muestra los avances en algunos acuerdos específicos de insumos.
–Este gobierno heredó una inflación récord pero el proceso continuó durante su gestión. ¿Qué conclusiones sacan de la formación de los precios?
–El de los precios es un problema de política económica. En términos de política industrial, estamos haciendo un esquema muy agresivo de ampliación de la oferta para dar una respuesta a los eslabones donde haya un cuello de botella de abastecimiento que pudiera manifestarse con un alza de precios. Ahora estamos viendo una inversión muy fuerte en casi todo el entramado productivo y muy sostenida en la parte de insumos difundidos. Eso desde el punto de vista de la política industrial propositiva. Luego, el Ministerio de Desarrollo Productivo, desde la Secretaría de Comercio Interior, desplegó esquemas de control muy firmes. Esperamos tener un segundo trimestre más aliviado con respecto a lo que se vio en el primer tramo del año.
–La semana pasada anticipó los primeros acuerdos con los fabricantes de insumos de uso difundido, ¿cuándo se harán oficiales y qué sectores son los que van a firmar?
–Hay un esquema de negociación donde la voluntad política es mantener una variación muy cercana a cero dependiendo obviamente del nivel de devaluación, del tipo de cambio nominal y de lo que está pasando a nivel internacional con los aumentos de los precios de los insumos, a niveles récord en muchos casos.
–¿Cuánto tiempo duraría esa estabilización de los precios de los insumos?
–Esperamos negociar un acuerdo para lo que resta del año. La idea es poder darle a la cadena de valor una certeza para la estructuración de los costos, generar un entorno macro más tranquilo. Hoy la economía nacional se mueve en el marco de una inflación internacional de insumos difundidos extraordinaria, nunca vista. Estamos hablando de niveles de triplicación de los costos tradicionales de insumos básicos del aluminio, el acero, el algodón.
–¿Y cuándo se van a firmar los acuerdos?
–Se van a firmar cuando se terminen las negociaciones. Avanzamos muy firme con las cadenas de las terminales electrónicas. Estamos muy avanzados también con la cadena de valor de la celulosa y el papel, y tenemos todo el esquema desplegado hacia adelante. Cemento, también acero, los insumos para la construcción, la química y petroquímica. Estamos en pleno proceso de negociación.
–¿Qué condiciones están poniendo las empresas?
–Están con el resguardo de la devaluación y de tener una instancia de revisión en función del tipo de cambio y de los precios de los insumos internacionales. Son empresas que tienen circuitos complejos en sus contratos internacionales.
–Recientemente hubo cruces con industriales y usted se refirió a la especulación de las empresas con los precios. ¿Es una observación extensiva a los proveedores de insumos?
–Siempre hay especulación en momentos de inestabilidad. No es el caso actual porque hay gobernanza del tipo de cambio, que es el precio principal en la estructuración de costos de la Argentina. En este momento no hay un clima de inestabilidad que permita fundamentar actitudes especulativas. De hecho, la industria está despachando al máximo nivel de capacidad en muchos sectores. Luego, en algunos sectores y canales comerciales siempre aparecen algunos fenómenos que castigamos. Pero no es algo que caracterice el funcionamiento de la economía argentina.
–La concentración tiene mucho que ver con la formación de los precios. ¿Se puede hacer algo para salir de la lógica monopólica?
–No. En algunos sectores no. La concentración es característica de sectores como insumos difundidos. Hoy buena parte del comercio mundial se caracteriza por la existencia de monoproductores de distintos insumos y eso tiene que ver con cuestiones de escala y de costos e ingresos. No hay racionalidad económica para que aparezcan multiplicidad de participantes. Lo que no significa que el desempeño de los sectores monopólicos no esté controlado para certificar el normal funcionamiento de la cadena de valor aguas abajo. Pero también hay que decir que en Argentina no hay muchos sectores caracterizados como monopolios. Lo habitual es tener grandes productores que conviven con pequeños en un mismo sector. Cuando ponés compromisos de precios en esos sectores los que pierden son los chicos, porque se ponen precios que quedan por debajo de los existentes y eso solo lo pueden bancar los grandes. Hay que tener muchísimo cuidado para intervenir en precios en cadenas concentradas porque seguramente se hace más daño que lo que se quiere cuidar.
–¿Qué reflexión hace como hombre de la industria sobre los artilugios que pusieron en práctica los fabricantes para eludir los controles de precios durante la pandemia?
–Hubo maniobras de formación, son cosas que existen y que son severamente castigadas. Las empresas, algunas industrias generalmente multinacionales, tienen gerenciamientos que corcovean frente al control y al ordenamiento de la política. Cuando esos corcoveos están por fuera de los acuerdos, deben ser castigados con el máximo nivel de pena.
–¿Qué proyección hace el gobierno de la actividad industrial para el resto de 2021?
–La industria hoy está cinco puntos por encima del nivel que tenía en 2019. Creó 10 mil empleos en un año. Hay una reversión del ciclo por nivel de actividad, por inversión y empleo, y está desplegada en todas las cadenas de valor. En abril el ritmo viene muy firme también según un monitoreo de consumo de energía eléctrica de la primera quincena del mes que esta terminando.
–¿La segunda ola de Covid-19 va a impactar en el empleo?
–Lo que demostró la pandemia es que la gente está más segura en las fábricas que en su vida social.
–¿Tienen datos que certifican eso?
–Sí, claro. Los niveles de contagio intrafabriles son marginales respecto a los que se registran en los territorios. Para la industria no fue complicado incorporar procedimientos contra el Covid-19 porque la industria hace eso, administra procesos y procedimientos. El impacto negativo no es por contagios en el empleo solamente. Vemos una industria muy demandante de empleo. Tenemos un desafío muy importante en pasar a más de 800 mil argentinos de la asistencia social al mundo del trabajo. «