Dos semanas en la vida del candidato más votado. Quince días intensos para un dirigente que se convirtió en el centro de la política argentina, aunque todavía no sea presidente electo ni mucho menos presidente en funciones. La semana convulsionada que se completó en el medio una nueva disparada del dólar y la que se inicia hoy resumen con crudeza el paradójico rol medular de Alberto Fernández en el medio de un país que comprueba día a día la implosión gradual de las bases de la gobernabilidad macrista. Aunque el cronograma institucional obligue a estirar las cosas, todos los actores de peso locales e internacionales consideran que es Fernández el hombre con el que deben debatir y acordar los pilares de la Argentina que viene. Esta semana, Fernández reforzará su condición de representante del poder entrante con una estadía de seis días en Europa.
Lo que había sido pensado como un compromiso entre laboral y académico con la Universidad Camilo José Cela de Madrid, actividad que permitiría una escapada de la desgastante pelea por la Presidencia –el disparador era dictar dos clases magistrales sobre “cómo acercar la política a la ciudadanía: perspectiva desde las campañas electorales”- se convirtió en un viaje importante que permitirá conversar de temas sensibles con los gobiernos más afines de la Unión Europea: los que encabezan el socialista Pedro Sánchez en España y António Costa, también socialista, con su coalición de izquierda en Portugal. Las reuniones del candidato del Frente de Todos con ambos mandatarios ya están confirmadas, según pudo saber Tiempo. En el caso de Costa, la entrevista se concretará el jueves próximo, en Lisboa. La gestión del primer ministro portugués designado en 2015 es vista como un símbolo de las políticas de expansión que logran sacar a un país de la crisis sin hacerse eco de las exigencias de austeridad.
Fernández embarcará hoy a Madrid acompañado por su novia Fabiola Yañez, periodista y actriz. En la capital española se encontrarán con el diputado y ex gobernador bonaerense Felipe Solá, a quien también secunda su esposa, María Helena Chaves. No es la primera vez que Solá participa de una actividad en el Exterior, de una reunión fuera del país en representación del Frente de Todos. Son competencias que suelen asociarse a la diplomacia. Solá ya estuvo en la ciudad mexicana de Puebla, en julio pasado, para asistir a un foro de espacios políticos progresistas (ProgresivaMente) organizado por el joven dirigente chileno Marco Enriquez-Ominami. En Madrid, Fernández ya tiene acordadas reuniones con funcionarios de la Unión Europea, como el catalán Joseph Borrell, ligado al gobierno español, a quien el Consejo Europeo nominó en julio pasado como Alto Representante en Política Exterior y Seguridad Común (asumirá el cargo en tres meses). El postulante del Frente de Todos también se entrevistará con la costarricense Rebeca Grynspan en su condición de secretaria general Iberoamericana.
Fernández, en suma, tendrá una saga de encuentros bilaterales de alto nivel político lejos del país mientras en la Argentina –todo lo indica- se vivirá otra vez una semana muy tensa en el frente financiero.
En este contexto, en tren de imaginar cuál podría ser la reunión más deseada para la estadía del candidato en Europa, la respuesta es casi obvia: la búlgara Kristalina Georgieva, electa por la Unión Europea para presidir el FMI.
Como se sabe, el lunes de la semana pasada, en la sede de la UMET, Fernández mantuvo su publicitado encuentro con los emisarios del Fondo: el titular del departamento del Hemisferio Occidental del organismo, el mexicano Alejandro Werner; el jefe de la misión del FMI en Argentina, el italiano Roberto Cardarelli, y el jamaiquino Trevor Alleyne. Tras el encuentro, Fernández difundió el duro comunicado que entre otras cosas marcaba la “corresponsabilidad” del organismo en la catástrofe social que vive el país. En el principal espacio opositor consideran que el contenido no sólo fue correcto sino que era necesario: permitió desarticular los esfuerzos del gobierno por trasladar al candidato más votado la responsabilidad en el fracaso de la política acordada con el FMI bajo la tutela de la ex directora ejecutiva, la francesa Christine Lagarde.
Claro que las cosas podrían cambiar con el desembarco de las nuevas autoridades del Fondo. Quienes saben los entretelones de la actualidad europea subrayan que Georgieva cuenta con el apoyo del mandatario francés Emanuel Macron. La directora ejecutiva del Banco Mundial venció al candidato que promovía la alemana Angela Merkel, el holandés Jeroen Dijjselbloem. Entre los especialistas en política exterior del Frente de Todos existe la expectativa de poder abrir un diálogo respetuoso y comprensivo con la gestión entrante en el FMI bajo la consigna “déjennos crecer y después pagamos”. La intención apunta a renegociar plazos e intereses para el pago de la deuda récord que Mauricio Macri contrajo en menos de cuatro años. Hasta los recientes anuncios del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, podrían contribuir a ese fin.
Todo esto explica por qué algún experimentado dirigente peronista con buenas relaciones en Europa habría explorado la posibilidad de lograr una cita con Georgieva. Incluso se mencionó la figura del ministro de Economía de Francia, el influyente Bruno Le Maire, como potencial mediador. Sin embargo, desde el entorno de Fernández negaron a Tiempo que el candidato tenga previsto encontrarse con la economista búlgara durante esta visita de seis días. “No creo que los del Fondo quieran juntarse con Alberto por un tiempo”, confiaron a este diario desde las oficinas porteñas de la calle México. Esa respuesta, de cualquier modo, refleja una dilación, una pausa necesaria y buscada por ambas partes: la negociación será inexorable. Mientras tanto, y en paralelo, los colaboradores de Fernández comprueban desde hace quince días cómo se descomprime gradualmente la tensión con Estados Unidos. En las últimas dos semanas, intendentes del GBA, dirigentes sindicales peronistas, gobernadores y diputados electos, como también economistas muy cercanos a Fernández, compartieron almuerzos, cenas y reuniones privadas con representantes de la embajada de EEUU o del poderoso Citibank. Uno de esos encuentros ocurrió un jueves al mediodía en la sede del gremio Suterh de San Telmo. Allí estuvieron el nuevo consejero político Chris Andino junto al primer secretario de la embajada, Robert Alter, y la secretaria adjunta, Kathryn Smith. El mensaje que transmitieron es que Estados Unidos está dispuesto a tener una buena relación con el gobierno entrante de la Argentina. «