El llamado «plebiscito» opositor propone levantar imágenes del rechazo a la Constituyente impulsada por el Ejecutivo, que la desconoce, claro, y que armó para la misma jornada un simulacro de las elecciones de asambleístas del 30, para el que montó 2000 puntos en todo el país. Se anuncia un domingo complejo que tiene en alerta a las fuerzas de seguridad, en un territorio en el que desde comienzos de abril hay manifestaciones y protestas casi cotidianamente, con un saldo de más de 90 muertos.
Con la consulta, la oposición se juega la carta de una masiva movilización en un evento de votos manuales que serán reunidos en mesas que funcionaran en los alrededores de las iglesias, centros empresariales y culturales.
Los ciudadanos responderán a tres preguntas sobre si «rechazan y desconocen» la Constituyente promovida por Nicolás Maduro, si «demandan a la Fuerza Armada obedecer y defender la Constitución» y si «aprueban» la renovación de los poderes públicos y la formación de un gobierno de unidad nacional.
Para la MUD, la consulta está avalada por varios artículos de la Constitución vigente y por lo tanto sus resultados serán vinculantes para el gobierno.
Defienden principalmente el artículo 333 que señala que el texto constitucional no perderá vigencia ante la eventualidad de un acto de fuerza y que «todo ciudadano investido o no de autoridad tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia».
La consulta fue aprobada por la Asamblea Nacional en la turbulenta sesión del 5 de julio, el mismo día que un grupo violento asaltó la sede legislativa y dejó cinco diputados heridos.
Los votos serán con papeletas y cuadernos que recogerán las firmas de los electores, y quienes participen recibirán una tarjeta al final con la que confirmarán que votaron.
Se dispondrán de más de 2.900 puntos «soberanos» en el país y 14 mil centros donde podrán votar los mayores de 18 años. También habrá centros de votación en más de 500 ciudades fuera del país.
No se regirá con el padrón electoral oficial, que supera los 19 millones, por lo que los electores podrán votar en cualquier centro. El proceso tendrá como garantes de su transparencia a un grupo de rectores universitarios, y algunos ex presidentes de países de la región, que actuarán como observadores.
La jornada de consulta será de 7 a 16 (8 a 17 hora argentina) y los sondeos estiman que habrá 8 millones de ciudadanos que irán a las urnas, aunque la oposición apuesta a que la cifra se acerque más a los 11 millones.
Sobre las acciones posteriores al plebiscito, el ex candidato presidencial y referente de la MUD Henrique Capriles consideró que una asistencia masiva obligaría a Maduro a retirar la propuesta de la Constituyente y legitimaría un llamado a paro general o protestas de hasta 72 horas. El lunes podríamos llamar a una hora cero, y pasar a una etapa de presión mayor, aseguró.
El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en tanto, convocó a toda la estructura de movilización para ensayar mañana la maquinaría electoral de cara a la elección de los representantes de la Asamblea Constituyente del domingo 30.
Esto será para corregir todo lo que tengamos que corregir, y llegar al 30 de julio en una elección perfecta», explicó el jefe de la campaña oficialista, Héctor Rodríguez, que pidió a los movimientos sociales seguir «afinando los 1×10», una lista que orienta a cada militante a movilizar al menos a diez electores.
La Asamblea Nacional Constituyente fue convocada por Maduro el 1 de mayo, tras un mes de protestas de la oposición y una crisis institucional provocada por la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de dejar sin funciones al Parlamento y a los diputados sin inmunidad.