Mue emocionado. Le pasaron un teléfono apenas llegó al escenario. Habló un rato largo, mientras se lo veía muy conmovido. Es Luiz Inácio Lula da Silva, quien el 1° de enero próximo volverá a ser presidente del Brasil. Por tercera vez.
Fue un discurso leído y preciso, casi una declaración de principios. Antes se permitió algunas bromas. Como cuando se puso los lentes para leer el discurso y dijo: “voy a parecer un intelectual”.
«La bandera verdeamarilla no le pertenece a nadie», manifestó. «Nuestro compromiso es terminar con el hambre otra vez. No podemos aceptar como normal que millones no tengan que comer», añadió.
En su primer discurso en San Pablo tras la victoria en el balotaje, Lula acusó a Bolsonaro de haber puesto en marcha la máquina del Estado al servicio de su reelección y de haber diseminado el odio en el país y trazó como principal objetivo la lucha contra el hambre, la preservación del medio ambiente, la reindustrialización del país y el diálogo institucional respetando a los poderes.
«Voy a gobernar para todos los 215 millones de brasileños, incluso para quienes no me votaron. No existen dos Brasil», afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT), electo por tercera vez tras haber gobernado entre 2003 y 2010 con una reelección.
«Nuestro compromiso es terminar con el hambre otra vez. No podemos aceptar como normal que millones no tengan que comer», añadió, al asegurar que su principal misión será combatir el hambre e incluir a la población más pobre en el presupuesto público.
Durante el discurso en un hotel de San Pablo se lo vio junto a sus principales colaboradores, entre ellos el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, y la tercera colocada en la elección, Simone Tebet, considerada clave para sumar lo necesario en esta ajustada victoria.
Lula puso énfasis en la pacíficación: «Es hora de bajar las armas que jamás deberían haber sido empuñadas, las armas matan y defendemos la vida», aseguró.
A la vez, dijo que apelará al diálogo durante su gobierno, en el que asumirá el 1 de enero.
«Los principales problemas pueden resolverse con diálogo y no con fuerza bruta», manifestó el líder de izquierda.
«Vamos a restablecer el diálogo para luchar contra el hambre y con el Legislativo, sin intentar cooptar, sino reconstruir la convivencia armoniosa y republicana», aseguró, después de que la alianza de partidos que apoya a Bolsonaro obtuvo una amplia mayoría en el Congreso en la primera vuelta del 2 de octubre.
Por otro lado, Lula dijo que Brasil «dejará de ser un paria internacional».
«Brasil es un país grande y no puede estar relegado al nivel de paria que se encuentra actualmente», apuntó, tras recordar que durante su gestión anterior fueron creados los Brics, la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur) y se reforzó el Mercosur.
Además prometió recuperar las políticas de preservación en la Amazonía y combatir las actividades ilegales en la selva amazónica, además de abrirse a la cooperación internacional manteniendo la soberanía.
«Queremos la pacificación ambiental, no nos interesa la guerra por el medio ambiente», apuntó.
«Brasil y el planeta necesitan de una Amazonia viva. Un árbol en pie vale más que la deforestación, el río limpio vale más que todo el oro extraído con las aguas contaminadas por mercurio», manifestó Lula, cuyo rival en el balotaje fue duramente cuestionado por su política ambiental.
Necesitado de un gobierno de diálogo que vaya más allá del PT, Lula habló en nombre del frente amplio que logró tejer para vencer a Bolsonaro, atrayendo a la derecha moderada.
«Vamos a recuperar la credibilidad, la previsibilidad y la estabilidad del país, para que los inversores, nacionales y extranjeros, puedan recuperar la confianza en Brasil. Para que dejen de ver a nuestro país como una fuente de lucro inmediato y depredador, y se conviertan en nuestros socios en la reanudación del crecimiento económico con inclusión social y sustentabilidad ambiental», dijo.
Lula también apostó a un comercio internacional justo y a reanudar el comercio con Estados Unidos y la Unión Europea con nuevas bases.
«No nos interesan los acuerdos comerciales que condenan a nuestro país al eterno papel de exportador de commodities y materias primas. Reindustrialicemos Brasil, invirtamos en la economía verde y digital, apoyemos la creatividad de nuestros emprendedores y emprendedoras. También queremos exportar conocimiento», aseguró.
En el final de su alocución, el exmetalúrgico y exsindicalista aseguró: «Brasil es mi causa y el pueblo y combatir la miseria es la mayor razón de mi vida».