Finalmente ocurrió. La esperanza venció al miedo. Hay una reconstrucción de una mayoría en Brasil. Si bien hace cuatro años estuvo proscripto y eso facilitó la elección de Jair Bolsonaro, las elecciones de este domingo demostraron claramente que realmente quien hubiese tenido que gobernar era Luiz Inácio Lula da Silva.
El recuento de los sufragios se llevó con mucha paciencia y muy alta tensión porque estuvo signada por el voto a voto. Lula finalmente logró compensar la diferencia de dos millones y medio de votos que tenía aquí en San Pablo, con los más de cuatro millones que pudo sumar como diferencia a su adversario a lo largo del país, especialmente en el nordeste y norte.
Se trata de una gran victoria, una gran inicio para la construcción de una nueva etapa. Están todos festejando acá en la Avenida Paulista con su líder que ha está hablando en este preciso momento en que escribo estas primera reflecciones. Un discurso profundo, una declaración de principios. En un rato, él mismo recorrerá la Avenida Paulista con todos ellos y seguir festejando.
Lula va a tener la oportunidad de volver el primero de enero próximo al Palacio del Planalto, la sede del gobierno de Brasil, con un nuevo desafío. Reconstruirlo a partir de nuevas articulaciones, un gran consenso en el parlamento así como armó una coalición electoral muy profunda y meticulosa, va a tener que armar una coalición de gobierno y posteriormente una coalición parlamentaria que le permita llevar adelante al menos un cambio profundo, un giro de timón para que Brasil vuelva a tener crecimiento pero con una fuerte impronta redistributiva.
Este va a ser el gran desafío hacia adelante. También una capacidad de buscar alianzas en América Latina. En ese sentido, va a ser clave que Argentina el año que viene mantenga el gobierno y recuperar los vínculos a lo largo del continente algo que había abandonado Bolsonaro.
El multilateralismo básicamente que es la construcción que debe llevar adelante Inácio Lula da Silva.
Y si bien el PT no logró imponerse en San Pablo, sí pudo ganar en Bahía con Jerónimo Rodrigues. La región del norte tiene un nuevo gobernador. Por otro lado, lamentablemente estaba cantado que iba a perder en Santa Catarina, pero no fue abrumadora la derrota de Lima contra Melo.
Para finalizar, dos aspectos: el llamado a la unidad nacional: dará su vida para ello. Y la presencia juvenil que se notó muchísimo en las calles. Al voto maduro que tuvo siempre se le suma esta juventud en las calles que le va a dar futuro.
Brasil será un nuevo país. Viene con un nuevo desafío para América Latina.