El noruego Jens Stoltenberg venía bajando línea en el Parlamento Europeo sobre la situación en el frente de la guerra contra Rusia con el discurso optimista propio de un secretario general de la Otán. Parecía que tenía dominada a la audiencia cuando la eurodiputada irlandesa Clare Daly, del bloque de la izquierda, interrumpió, punzante: “Usted dijo que Ucrania está ganando terreno en el campo de batalla, pero lo que usted dice y la realidad van en direcciones opuestas. Desde la última vez que estuvo aquí Ucrania ha perdido territorio y 500 mil hombres han muerto y el gobierno (de Volodimir Zelenski) está reclutando personas con discapacidad y enfermedades mentales y hay gente que paga o se esconde para no ir al frente. Estamos en una sangrienta guerra de desgaste”.
Stoltenberg tomó aire, puso cara de póker y respondió: “Nadie dijo que sería fácil. Se dijo claramente que esto iba a ser una sangrienta, difícil y dura ofensiva. Las guerras son impredecibles por naturaleza, habrá días malos y días buenos. Pero tenemos que estar con Ucrania no solo en los buenos momentos, sino también en los malos».
No negó ninguno de los datos de la eurodiputada de Independientes por el Cambio (I 4 Ch), con lo cual queda en claro que en el lado ucraniano murieron medio millón de seres humanos, lo que incluye a miles de mercenarios de otras nacionalidades.
Por otro lado, el lunes pasado Zelenski reemplazó al ministro de Defensa, Oleksii Reznikov. El hombre era mencionado en fuentes occidentales como la cabeza de una organización que cobraba miles de euros para permitir que ucranianos adinerados escaparan de la guerra. La excusa formal fue que el exministro “ha pasado por más de 550 días de guerra a gran escala” y que espera que el nuevo ministro se avenga a “nuevos enfoques” necesarios para continuar la guerra. El New York Times va más allá y desliza que Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de EE UU, habría reclamado poner mayor énfasis en la transparencia institucional. El título del artículo lo dice todo, “¿Dónde está el dinero? La corrupción militar es un dolor de cabeza en Ucrania”.
Espías en capilla
La guerra de zapa también cuenta en el este europeo. Y las autoridades alemanas anunciaron la detención de dos ciudadanos acusados de “alta traición” por presuntamente haber realizado tareas de espionaje a favor de Rusia. Identificados como Carsten L. y Arthut E, se los imputó de haber obtenido información confidencial de la Agencia Federal de Inteligencia (BND) germana para entregarla a los servicios rusos (FSB).
En Londres, a su vez, Daniel Jalife, un joven de 21 años, fue detenido por agentes de la Policía Metropolitana tras haber estado prófugo durante tres días, bajo cargos de terrorismo y de haber violado la Ley de Secretos Oficiales del Reino Unido. Jalife era miembro del cuerpo Royal Signals y de acuerdo a la denuncia, entre enero y agosto de 2021 habría sacado información de la basa aérea de Straffod para entregarla a una potencia extranjera no revelada. La BBC indica que sería agente encubierto de Irán.