La baja del petróleo y la caída de las bolsas en todo el mundo afecta especialmente a América Latina. En Brasil y Argentina, el mercado chino explica gran parte de su comercio exterior de productos primarios y toda baja en su actividad económica repercute de un modo brutal. Pero el precio del petróleo también golpea en el resto de las naciones, algunas de ellas grandes productores, como Ecuador, Venezuela y México.
El ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, un neoliberal extremo, viene padeciendo los embates de la oposición por el magro resultado de su primer año de gestión. El PBI creció apenas un 1,1%, por debajo del crecimiento demográfico y el dólar trepó desde 3,70 en enero de 2019 a casi 5 este viernes, mientras que las reservas en moneda fuerte descendieron a unos 350 mil millones de dólares de los 375 mil millones que recibió en enero de2019. En el último mes, el Banco Central do Brasil vendió alrededor 5500 millones de dólares en el mercado spot y 10.500 millones en swaps para sostener el real.
Para Guedes, la situación económica es producto del coronavirus. Pero el impacto del precio del crudo también golpea su sueño de convertirse en gran productor de petróleo. Las enormes reservas del Presal, ese yacimiento marino debajo de una capa de sal, es rentable a un precio de más de 48 dólares. Algo similar ocurre en el Mar del Norte, la gran joya del Reino Unido, Dinamarca y Noruega. Ni qué decir que el campo de Vaca Muerta, en la Argentina, a estos precios también resultará un sueño trunco.
Distinto es el escenario en Ecuador y Venezuela. Allí los costos son mínimos –en el país bolivariano ronda los 18 dólares por barril– pero ambas economías dependen del comercio de petróleo. Aunque en el caso de Venezuela, viene sufriendo el bloqueo estadounidense y la apropiación de la distribuidora Citgo en territorio estadounidense por el gobierno de Donald Trump.
Lenín Moreno, presidente de Ecuador, reconoció que su país está «en un escenario realmente, no digo catastrófico, pero bastante delicado, bastante difícil», por el desplome de los precios de su fundamental producto de exportación. Para el presupuesto de este año, Moreno estimó un barril de 51 dólares. En octubre pasado debió enfrentar un levantamiento popular tras eliminar los subsidios a los combustibles que le pedía el FMI para darle un crédito. Tuvo que dar marcha atrás.
Otro gobierno que las tiene difíciles es el del mexicano Andrés Manuel López Obrador. «A nivel mundial ha habido una afectación en lo económico, en lo financiero, que nos ha afectado, tuvimos un problema porque no hubo un acuerdo en la OPEP y hay una caída en los precios del petróleo que nos afecta, que nos depreció el peso», dijo AMLO hace unas pocas horas en una conferencia de prensa. Una de las consecuencias directas es que el peso mexicano cayó 5,20% el lunes. La producción mexicana venía bajando durante el 2019. «