La Corte Suprema peruana anuló este miércoles el indulto humanitario y ordenó la captura inmediata del expresidente Alberto Fujimori, libre desde diciembre tras un polémico indulto del entonces mandatario Pedro Pablo Kuczynski.
El juez Hugo Nuñez, del juzgado de investigación preparatoria de la Corte Suprema, declaró fundado el pedido de familiares de las víctimas «de no aplicación del indulto humanitario en favor de Alberto Fujimori», señaló el Poder Judicial en Twitter.
Asimismo, el juez dictó orden de captura contra Fujimori, de 80 años, quien vive solo en el barrio residencial de La Molina, al este de Lima, desde que recuperó su libertad en diciembre del 2017.
«El juez giró las órdenes de ubicación y captura contra el expresidente Fujimori a fin de que sea reingresado al establecimiento penitenciario que designe la autoridad penitenciaria», tuiteó el poder judicial.
Alejandro Aguinaga, médico de Fujimori, no ocultó su sorpresa por la noticia. «Vemos que en el Perú no se respeta nada, no se respeta la independencia de poderes, el indulto al presidente Fujimori fue una acción constitucional», dijo indignado a la radio RPP.
Carlos Rivera, abogado de los familiares de víctimas del gobierno de Fujimori que pidieron anular el perdón, justificó a la AFP la decisión por las «irregularidades en el indulto». «El indulto de Kuczynski a Alberto Fujimori carece de valor jurídico y por lo tanto tiene que regresar a prisión por irregularidades en el proceso», dijo Rivera, quien señaló que «no se cumplieron los estándares internacionales en el indulto humanitario».
Fujimori se benefició del indulto concedido por Kuczynski en víspera de Navidad pocos días después de que el entonces mandatario de centro-derecha se salvara de ser destituido por el Congreso por haber mentido sobre sus lazos con la cuestionada empresa brasileña Odebrecht, que le llevaron a renunciar a la presidencia tres meses después.
La hija del exgobernante, la influyente líder opositora Keiko Fujimori, lamentó la decisión de la Corte, calificándola de «inhumana», y suspendió una gira proselitista al interior del país. «El día de hoy es el día mas triste de nuestra vidas, es doloroso», declaró Keiko, llorando ante los periodistas.
Fujimori, quien gobernó de 1990 a 2000, fue condenado a 25 años de prisión por las matanzas de Barrios Altos y la universidad La Cantuta, perpetradas en 1991 y 1992 por un escuadrón de la muerte integrado por militares.
Sin embargo, la defensa de Fujimori adelantó que la decisión judicial es «apelable porque éste es un pedido que se hace en una primera instancia», aseguró su abogado Miguel Pérez, a la radio RPP.
En junio, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dispuso que el indulto a Fujimori fuera revisado por presuntos errores en el proceso y dio octubre como fecha límite para pronunciarse.
El expresidente que tiene problemas crónicos de salud, como hipertensión, arritmia cardiaca y un cáncer en la lengua, que lo llevan al hospital frecuentemente, recibió un indulto humanitario en diciembre del 2017 tras doce años en prisión, donde cumplía una sentencia de 25 años por crímenes de lesa humanidad durante su gobierno 1990-2000.
Desde que recuperó su libertad hace 10 meses por el polémico indulto de Kuczynski, el ingeniero y matemático Fujimori se recluyó a escribir, cultivar plantas en el jardín -una de sus pasiones- y unir a su dividida familia -dos de sus hijos, Keiko y Kenji están peleados – y alternar con sus cuatro hijos y dos nietas.
«En los contados años que me quedan me dedicaré a tres objetivos: unir a mi familia, mejorar en lo que pueda mi salud y hacer un balance equilibrado y sereno de mi vida. Esos son mis tres principales metas al cumplir mi octava década de existencia», dijo Fujimori en julio con motivo de su 80 cumpleaños en un texto manuscrito enviado a la AFP.