El mundo volvió a sufrir otra aplastante derrota frente a una pandemia de coronavirus ya convertida en pesadilla, que superó los dos millones de muertos por la enfermedad, cada vez más descontrolada, con el agravante de la irrupción de nuevas cepas que abren nuevos interrogantes cuando la llegada de las vacunas suponía lo contrario.
A poco más de un año de la detección de la enfermedad, que cambió la dinámica del mundo, en menos de cuatro meses duplicó la marca de un millón de muertes, que se registró el 28 de septiembre, lo que habla de una aceleración del ritmo de decesos en los últimos meses.
“Nuestro planeta alcanzó un desgarrador hito: la pandemia de Covid-19 se ha cobrado la vida de dos millones de personas”, lamentó en tono dramático el secretario general de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres.
El funcionario portugués dijo que “lamentablemente, el mortal impacto de la pandemia empeoró por la falta de un esfuerzo coordinado a nivel global”.
El secretario general sostuvo que “las principales economías del mundo tienen una responsabilidad especial”, pese a lo cual “vemos que las vacunas están llegando con rapidez a los países de altos ingresos y los más pobres no tienen ninguna”.
“Por la memoria de estas dos millones de personas, el mundo debe actuar con mucha más solidaridad”, reclamó, en sintonía con el mensaje navideño del papa Francisco, quien manifestó su enojo por la inequidad en la distribución de inmunizantes y reclamó mayor sensibilidad hacia los países de menores recursos.
Estados Unidos sigue siendo el país más enlutado con más de 389.000 muertes, seguido por Brasil con 207.000 e India con 152.000.
A nivel mundial, los casos superaron ya los 93,4 millones, impulsados por un rebrote en varios países de Europa, el resurgimiento de zonas de contagio en Asia y una curva que mantiene una tendencia alta en las Américas.
El Reino Unido atravesó el umbral de los 3.300.000 contagios y su primer ministro, Boris Johnson, exhortó a la población a recluirse en sus casas al tiempo que exigirá a los viajeros de todos los países testeos negativos y cuarentena “por riesgo de nuevas cepas como la originada en la Amazonia brasileña”.
Johnson agregó que continuará el confinamiento nacional, que incluye todo tipo de restricciones, como el cierre de escuelas.
Una medida que también intenta implementar la canciller alemana, Angela Merkel, quien se pronunció en favor de la profundización de limitaciones ante una segunda y muy agresiva ola que puso en alerta roja al sistema sanitario de una de las naciones que mejor había sobrellevado el flagelo en los primeros meses.
El país germano superó los 2 millones de casos y ya registra 44.994 fallecidos, en tanto que España volvió a batir el récord de infectados con 40.197 nuevos en las últimas 24 horas para un total de más de 2 millones y casi 54 mil muertes, lo que llevó a la capital Madrid a adelantar el toque de queda al próximo lunes.
Italia superó el millón de vacunados gracias a una elogiada campaña gratuita y voluntaria y el gobierno de Giuseppe Conte firmó el nuevo decreto que confirma la prohibición de desplazamientos en las 20 regiones del país hasta el 15 de febrero, a la vez que mantiene el toque de queda nocturno de 22 a 5.
Europa recibió una amarga noticia de la farmacéutica estadounidense Pfizer, que confirmó que sus entregas de vacunas al continente se retrasarán a fines de este mes o principios de febrero alegando “cambios en el proceso de producción”, aunque dijo que su objetivo sigue siendo el de distribución de 2 mil millones de dosis para 2021.
La decisión fue duramente reprochada por países como Dinamarca, Estonia, Finlandia, Lituania, Letonia y Suecia, que enviaron una carta conjunta calificándola de “inaceptable” y advirtiendo que “disminuirá la credibilidad del proceso de vacunación”.
Por su lado, China presentó su mayor índice de casos en 10 meses (144), la mayoría proveniente de la provincia de Hebai, lindante con la capital Beijing, donde están confinadas más de 22 millones de personas.
El aumento parece haber sido provocado por las llamadas “infecciones silenciosas” o “casos asintomáticos” y en gran parte se registraron en zonas rurales.
El gigante asiático y segunda potencia mundial reportó su primer muerte en 8 meses, coincidiendo con la llegada de expertos de la Organización Mundial de la Salud a Wuhan, donde apareció por primera vez el virus a finales de 2019, a fin de investigar los orígenes de la enfermedad.
En cuanto a América, la nota relevante volvió a darla Brasil, y en particular su cuestionado presidente, Jair Bolsonaro, quien sentenció que “solo Dios” lo apartará del cargo, al responder sobre varios pedidos de juicio político por su mala gestión en la pandemia que generó el colapso hospitalario, especialmente en el norte del país.
“Quieren imponer un infierno en mi vida sin tener nada concreto”, se defendió el mandatario ultraderechista, a quien el gobernador de San Pablo, Joao Doria, lo calificó de “genocida” y sostuvo que “abandonó a todos los brasileños”.
Chile por su lado admitió un rebrote y las autoridades dejaron abierta la posibilidad de que la capital Santiago regrese al estado de cuarentena, tal como ocurre en gran parte del país, que reportó hoy 4.417 casos, el índice más elevado desde el 25 de junio, para un total de 661.180 y 17.369 decesos.