Un activista prodemocracia británico-egipcio, cuyo caso ha empañado la cumbre del clima COP27 de Egipto, fue puesto bajo tratamiento médico en la prisión donde se encuentra en riesgo de muerte por una huelga de hambre iniciada hace siete meses, dijo su familia.
La hermana de Alaa Abdel Fattah dijo en Twitter que su madre fue informada de la noticia del tratamiento por las autoridades de la cárcel de Wadi Natrun, 100 kilómetros al norte de El Cairo, donde está su hermano.
Figura central en la revuelta popular que derrocó al expresidente Hosni Mubarak, Abdel Fattah fue condenado a finales de 2021 a cinco años de prisión por «difusión de informaciones falsas», tras pasar la mayor parte de la década pasada entre rejas.
El activista de 40 años, acérrimo enemigo del Gobierno del presidente Abdel Fattah al Sisi, lleva meses ingiriendo «100 calorías al día, esto es, una cucharada de miel y un poco de leche en té», según sus familiares, informó la agencia de noticias AFP.
Hace una semana dejó de comer totalmente, y desde el inicio de la COP27 el domingo en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij también renunció a ingerir líquidos.
Su tía, la célebre escritora Ahdaf Sueif, dijo a inicios de semana que habían «rumores según los cuales está sedado y siendo alimentado por la fuerza».
Ahdaf Sueif pidió por Twitter que sea «trasladado de urgencia al hospital universitario de Qasr al-Aini», el principal establecimiento público de salud en El Cairo, para «que otros representantes, además de los del Estado, puedan verlo, como sus abogados o un representante de la embajada británica».
La ONU, organizadora de la cumbre del clima, exigió esta semana su «liberación inmediata». El primer ministro británico, Rishi Sunak, y el presidente francés, Emmanuel Macron, también aprovecharon la COP27 para referirse al caso del activista.
Egipto es criticado con frecuencia por su política de derechos humanos. El país tiene más de 60.000 presos de conciencia, según distintas ONG.