La huelga policial en Espirito Santo corre riesgo de extenderse a Río de Janeiro a dos semanas del Carnaval, lo que eleva el nivel de tensión en las calles de estos dos estados del sudeste de Brasil, mientras el gobierno central salió a cuestionar las medidas.
En Espírito Santo se reportaron 121 asesinatos en siete días de huelga policial, por lo cual el gobierno de este estado ha denunciado por «rebelión», con penas de hasta 20 años de prisión, a 703 policías que se declararon en huelga, por lo que fueron enviados un millar de soldados del Ejército a patrullar las calles.
«Es un secuestro», dijo el gobernador de Espirito Santo, Paulo Hartung, al denunciar a los huelguistas, ayudados por sus familias, que traban las puertas de los cuarteles de la Policía Militarizada, la que patrulla las calles y combate el delito en Brasil, que convive con la Policía Civil, dedicada a investigaciones.
En Espírito Santo, el espiral de violencia no se detuvo y tampoco las denuncias por abuso de poder de los soldados que hacen operativos en las calles a transeúntes y automóviles.
Negocios y escuelas permanecían cerrados en Vitoria, capital del estado, y en Vila Velha y Cachoeiro de Itapemirim, las principales ciudades del segundo estado petrolero de Brasil ubicado al norte de Río de Janeiro.
«La desobediencia pasó a ser delito militar, motín y ahora rebelión, porque el personal está armado», dijo el secretario de Seguridad de Espirito Santo, André García.
El secretario se opuso a ofrecer una amnistía a los huelguistas y dijo que también denunciarán a las esposas de los policías que bloquean las puertas de los cuarteles del estado en reclamo de aumentos del 18% en los salarios
Una réplica de esta situación se esbozó en el estado de Río de Janeiro, donde al mismo tiempo que ese preparan las fiestas masivas para el carnaval -las comparsas callejeras están desfilando hace varios fines de semanas- hay un movimiento que amenaza con declarar una huelga al gobernador Luiz Fernando Pezado.
Río de Janeiro se declaró en calamidad financiera luego de los Juegos Olímpicos 2016 y paga en cuota el aguinaldo y los sueldos de noviembre y diciembre a los empleados públicos.
El gobierno informó que hubo manifestaciones de familiares de policías en 26 batallones en todo el estado de Río de Janeiro, pero que en apenas 5 hubo algún tipo de problema para cambiar las guardias.
En ese marco, el gobierno dio una demostración de fuerza frente aun movimiento huelguista en Río de Janeiro: fue detenida hasta el domingo por sublevación la capitana de la policía militar Ana Paula Moutinho, de 37 años, quien convocó a la huelga por Facebook y Twitter.
Según informó la cadena de noticias Globo, el patrullaje en la ciudad maravillosa y en otras urbes del estado de Río se realizaba normalmente pese a los movimientos huelguistas.
El presiente Michel Temer, en tanto, dio a conocer un comunicado en el que condenó la «paralización ilegal» de las fuerzas, algo que «atemoriza» a la población.
Reivindicó el envío del Ejército y dijo que adoptará idéntica medida «siempre que fuera necesario donde sea preciso».
«El derecho a la reivindicación no puede tomar como rehén al pueblo brasileño. El estado de derecho no admite este comportamiento inaceptable», señaló el mandatario.