El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou encabeza un gobierno conformado por partidos de derecha y de ultra derecha. Nadie puede sospechar ni un instante que ni su partido Nacional (los blancos uruguayos), ni el Colorado ni mucho menos los ultras de Cabilido Abierto tengan especiales simpatías por la China de Xi Jinping. Pero el Gigante Asiático es el mayor socio comercial de Uruguay. En 2022, China efectivizó el 28% de las exportaciones de bienes orientales. Lo hizo por un valor de 3.675 millones de dólares, según datos proporcionados por la propia agencia de promoción Uruguay XXI.
Y entonces, el gobierno en pleno, utilizan una lógica muy diferente a la de otros sectores políticos de la región incluido el presidente electo de la Argentina: mientras que Javier Milei, a pesar de sus idas y venidas emocionales y políticas amenaza con romper relaciones con el China, Luis Lacalle Pou regresa triunfal y satisfecho de una gira por Beijing en la que no solamente se entrevistó con el líder chino sino que además cerró varias decenas de acuerdos, algunos inéditos, calificados de “muy convenientes” para sectores uruguayos del agro, de energías renovables y de variadas ramas comercio la industria de su país.
Y como si fuera poco, casi inesperadamente se convirtió en un vivo agitador de las relaciones entre China y los países latinoamericanos. Para muestra sólo bastan dos botones:
1)Anunció que propondrá a las naciones que conforman el Mercosur una reunión con China en la próxima cumbre del bloque que se realizará el 7 de diciembre en Río. Ese encuentro se realizaría tres días antes de la asunción del nuevo gobierno argentino, que desde mucho antes de ganar las elecciones, también enfatizó su desprecio por esa unión de países de América Latina.
2) Antes de regresar a Montevideo, con su mejor sonrisa, Lacalle Pou espetó “Queremos que el año que viene se dé la reunión de la CELAC con China y Uruguay va a ofrecer ser anfitrión».
Ese es mi amigo fiel
No es novedad: la República China, convertida en la segunda economía del planeta, está empeñada en profundizar su cartera de negocios en una región como la de Sudamérica que considera estratégica y la consecuente influencia económica y política, por lo cual ya dispuso de miles de millones de yuans y promete muchísimos más. Lacalle Pou, líder de uno los países de economía más reducida del continente, no obstante, vislumbra allí la posibilidad de enorme expansión. Pero tiene claro un límite que intenta derribar: el Mercosur se rige por un acuerdo del año 2000 que limita las negociaciones de los países latinoamericanos (tratados de libre comercio) a un consentimiento de Brasil, Argentina y Paraguay. Necesita Uruguay del sí de sus vecinos, que por ahora no tiene.
Cuando se enfrentó a los empresarios chinos el presidente uruguayo fue claro: “Hoy venimos a China a decir que necesitamos un comercio lo más abierto posible”. Fue un discurso contundente de 10 minutos: “Este objetivo está íntimamente basado en la libertad, porque el libre comercio es libertad, y el proteccionismo es coartar la libertad”.
Los esfuerzos del gobierno uruguayo por firmar un TLC con el gigante asiático, comenzaron en 2021, ya con Lacalle en la presidencia pero ha tenido escasos avances. De hecho en la reunión entre los presidentes el tema siempre estuvo latente.
Asi y todo se establecieron 24 tratados y memorándums, entre los que se destaca el Plan Estratégico Quinquenal para la Cooperación clave para el agro uruguayo, al punto que tuvieron ingentes actividades los funcionarios del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el de Agricultura y Asuntos Rurales de China (MARA): tenían un antecedente, el acuerdo de entendimiento logrado en 2012 cuando el Uruguay era gobernado por el Frente Amplio, con el Pepe Mujica en el sillón presidencial. Este segundo plan quinquenal se centró básicamente en agricultura, agroindustria y pesca, el uso eficiente del agua; la cría de animales; la sanidad vegetal; el desarrollo de capacidades; el comercio agrícola; la investigación científica y tecnológica; la lechería, la pesca y acuicultura son los principales.
Los intereses del gobierno chino también son muy claros. Xi Jinping fue muy explícito al señalar que el gigante asiático le “da la bienvenida a más productos agrícolas y ganaderos uruguayos de alta calidad y productos de alto valor añadido en el mercado chino”. Lo miró a Lacalle y haciendo gala del mejor espíritu diplomático añadió que “animará” a los empresarios de su país “a invertir y prosperar en Uruguay”. Y como no da puntada sin hilo definió: “Esperamos que Uruguay continúe proporcionando un entorno empresarial favorable para las empresas chinas (…) Las dos partes deben promover los intercambios culturales y deportivos, entre otros, y crear condiciones más convenientes para que la gente viaje entre los dos países”. Y en tren de mensajes diplomáticos y de sonrisas cruzadas, el mandatario sudamericano, aseguró que continuará dando todo su apoyo al “establecimiento en Uruguay de más institutos Confucio”, ni más ni menos que los establecimientos oficiales de enseñanza del mandarín.
Dos toros de regalo viajan a Shanghai
Dos toros viajarán de Uruguay a China junto con el embarque de ganado, como parte de uno de los acuerdos comerciales que logró cerrar Luis Lacalle Pou en su estadía en China. Pero esos dos toros negros no serán sino un obsequio del país sudamericano al estado chino, en el nombre de Xi Jinping, con el agregado que de esa manera Uruguay celebra los 35 años de relaciones comerciales entre ambas naciones.
Dos toros. Se trata de sendos ejemplares reproductores, de las razas Hereford y Aberdeen Angus, que son los que se crían principalmente en los campos uruguayos.
En la explicación del obsequio se detalla que constituyen «la base de las carnes de alta calidad que produce el país». Así lo destacó el informe del Instituto Nacional de la Carnes uruguayo (INAC), que a su vez resaltó que se sellaron muy beneficiosos acuerdos en relación al agro y a las energías renovables.
En el mismo comunicado se expresa que la sesión de los dos toros tiene el significado de «apoyar al Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de la República Popular China para alcanzar los niveles de autosuficiencia y seguridad alimentaria en materia de carne bovina proyectados en su Plan Quinquenal». Y concluye con un dato por demás simbólico: se trata de «fortalecer la preferencia del consumidor chino por las carnes de alta calidad». Justamente, la Uruguay Beef-Green Quality fue lanzada hace pocas horas en la Feria CIIE, en ocasión de la 14° edición del Congreso Internacional de Carne, en Shanghai. Está previsto que los dos toros arriben a suelo chino dentro de las primeras semanas del año venidero.