En Entre Ríos lo llaman “milagro”. La historia terminó el sábado a la tarde, pero arrancó 24 horas antes. Un nene de 13 años, de la zona rural de General Ramírez, en el departamento de Diamante, cayó el viernes al interior de un aljibe de seis metros de profundidad. Tras pasar la noche sin que nadie escuche sus gritos, fue rescatado al día siguiente por la policía.
Según contó luego a la policía, el chico estaba yendo a visitar a su abuela materna a bordo de su bicicleta playera cuando, antes de seguir su camino, alrededor de las 13 horas, intentó mirar el interior del pozo que no tenía agua a causa de la sequía que azota al Litoral, y cayó. Lo que no se sabe aún es cómo ni por qué terminó ahí, ya que tenía una cuerda de nylon con él.
Como nunca llegó a destino, el sábado sus familiares llamaron a la policía. Junto a los Bomberos, recorrieron la zona, y encontraron la bici tirada. Una vez que constataron que era la del joven en cuestión, llamaron al juez de turno, y empezaron con el rastrillaje, a 3 kilómetros del casco urbano de General Ramírez.
Al interior de un campo sembrado con maíz, desviándose unos 200 metros del camino, sobresalía una arboleda. Adentro, el aljibe. Y adentro, unos gritos.
«A pesar de sus gritos desaforados nadie lo escuchó durante todo el viernes. Manifestó que desde ese momento no comió ni bebió líquido y por la noche pasó mucho frío, hambre y miedo, hasta el día de hoy”, señalaron el sábado los efectivos. Y apuntaron que tuvieron “la buena fortuna de haberlo podido extraer del lugar sin mayores inconvenientes». Informaron que primero el personal policial «calmó al menor, a su vez se alertó y se solicitó en el lugar la presencia de la ambulancia y personal de bomberos voluntarios para su extracción. Ya con el menor afuera del pozo, se lo condujo al hospital para curaciones en sus manos debido a quemaduras producto del descenso brusco realizado con una cuerda de nylon, y un corte con vidrio en uno de sus pies».