El 18 de enero de 2020, a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell, un grupo de amigos, varios de ellos integrantes de un equipo de rugby de Zárate, asesinó a golpes a Fernando Báez Sosa, de apenas 18 años. La saña de los atacantes, que continuaron con la paliza aún con la víctima inconsciente, sumado a la incapacidad de mostrar arrepentimiento, lograron que el crimen tuviera repercusión nacional. A tres años del hecho, las claves para entender el caso que sigue estremeciendo al país.
El juicio
El pasado 2 de enero, en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores comenzó el juicio contra Máximo Thomsen, de 23 años; Luciano Pertossi, de 21; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21. Todos están imputados por «homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas», delito que tiene una expectativa de pena de prisión perpetua.
Los jueces a cargo del caso son María Claudia Castro, como presidenta, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari. El Ministerio Público está representado por el fiscal Juan Manuel Dávila y Gustavo García. La querella, por Fernando Burlando y su equipo: Fabián Améndola, Facundo Améndola y Germán Facio. El abogado defensor de los ocho rugbiers es Hugo Tomei, quien está asistido por Emilia Pertossi, pariente de tres de los imputados.
En total fueron citados 176 testigos, aunque algunos no declararon ya que fueron desechados por las partes.
Las audiencias son presenciadas por los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez y por los familiares de los imputados. Se estima que la lectura del veredicto ocurra el próximo 31 de enero.
Pacto de silencio
El jueves pasado, durante el día 9 del juicio, Luciano Pertossi hizo lo que no había hecho ninguno de los ocho acusados hasta el momento: habló. “Yo no estaba ahí», dijo en referencia al momento de la paliza que terminó con la vida de Fernando. Así, rompió el “pacto de silencio” que había acordado la defensa. El punto de inflexión que significó la postura de Pertossi tal vez convenció a Máximo Thomsen, el más complicado en la causa, a también pedir la palabra. Con la voz quebrada por el llanto declaró: “Pegué una o dos patadas, no sabría a quién ni cómo”.
“Hubo un plan para matarlo”
Tanto para el fiscal Dávila como para el abogado que representa a los padres de Fernando, «sin lugar a dudas hubo un plan para matar».
“Vamos a demostrar que los acusados tendieron esa noche sobre Fernando Báez Sosa un verdadero cerco humano» para poder actuar «sin riesgos» y así asegurar que «su víctima, su presa» no iba a poder evitarlo «ni contar con ayuda», argumentó Burlando.
El abogado sostuvo que los imputados “golpearon para matar y mataron”. En ese sentido, remarcó que “le pegaron a mansalva y salvajemente en zonas vitales”. A su vez, aseguró que hubo amenazas previas en Le Brique, y que cuando salieron lo emboscaron.
“A Fernando lo abordan por la espalda, lo atacan cobardemente Enzo Comelli y Ciro Pertossi. Le pegan en la nuca, lo invalidan para cualquier tipo de situación porque cae casi inconsciente al piso. A partir de ahí se desata la salvajada de patadas y golpes para quitarle la vida. Si eso no es matar a una persona díganme qué es”, finalizó Burlando.
El intercambio de mensajes entre los rugbiers
Durante la investigación del brutal crimen salió a la luz el intercambio de mensajes que mantuvieron los acusados luego de la golpiza fatal a Fernando, a través del grupo de WhatsApp «los delboca3».
En uno de ellos, enviado a las 4.55 del día del crimen, Lucas Pertossi escribió: «Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia… caducó».
“Amigo, flasheamos. Creo que matamos a uno, todo Gesell está diciendo eso”, fue uno de los textos más fuertes que se revelaron del celular de Blas Cinalli y que fue enviado a las 5.15 del 18 de enero de 2020.
En otro mensaje, Ciro Pertossi advirtió a las 6.06: «Chicos no se cuenta nada de esto a nadie», confirmando el “pacto de silencio” que luego se evidenció en el juicio.
Pericias
Los cotejos de ADN realizados durante la instrucción de la causa confirmaron el hallazgo de sangre de Fernando en la camisa de Benicelli, y material genético compatible con Cinalli en la uña del dedo meñique de la víctima, lo que «denota que al defenderse durante la agresión lastimó».
A su vez, una pericia escopométrica estableció que una huella en la cara de Fernando correspondía con la zapatilla marca Cyclone secuestrada a Thomsen.
En total, se detectaron rastros de sangre de la víctima en al menos siete prendas secuestradas a los acusados. Los únicos dos imputados que no fueron mencionados como agresores directos durante el juicio fueron Viollaz y Lucas Pertossi, aunque los testigos y las cámaras de seguridad los identificaron arengando o golpeando a los amigos de Fernando que intentaban defenderlo.
Un croquis elaborado por los peritos de la Policía Federal en base al análisis de una decena de cámaras de seguridad privada y pública y de tres teléfonos celulares, entre ellos el de Lucas Pertossi, precisó que los ocho acusados estaban presentes en la escena del crimen.
El tercer aniversario
El tercer aniversario del asesinato de Fernando será especial porque coincidirá con la última jornada de audiencias antes del comienzo de los alegatos. En ese marco, se organizaron distintos homenajes para recordar al joven. Silvino y Graciela, los padres, organizaron una oración interreligiosa en Dolores, además de una colecta solidaria de alimentos y útiles escolares.
En un comunicado que leyeron ante los medios expusieron: «A tres años sin Fernando queremos paz y justicia, por eso el próximo 18 de enero realizaremos una oración interreligiosa en memoria de nuestro querido hijo».
«Será en el Anfiteatro de Dolores y los queremos invitar a todos a colaborar con una colecta solidaria que puede ser un alimento no perecedero o útiles escolares que serán donados a distintas entidades», sostuvieron.
Otro de los homenajes anunciados será en Villa Gesell. Está previsto que se realice una actividad frente al boliche «Le Brique», donde el obispo de Mar del Plata -ex de Villa Gesell-, Gabriel Mestre, dará una misa para recordar a Fernando.
En la Ciudad de Buenos Aires, en tanto, también se convocó a una marcha pacífica a partir de las 13 horas en el Obelisco. La consigna principal será el pedido de cadena perpetua para los acusados.