En las últimas horas del viernes, estudiantes del histórico colegio Mariano Acosta votaron por amplia mayoría la toma del edifico escolar, ante varios reclamos que la administración de Horacio Rodríguez Larreta se niega a solucionar: carencia de viandas escolares y alimentos en mal estado, falencias edilicias y falta de mantenimiento, y la negación al diálogo de la ministra Soledad Acuña con las y los estudiantes para resolver estos temas.
La decisión votada en asamblea fue que la toma se extienda hasta el próximo lunes 26 de septiembre a las 7:45 y, a partir de ese momento, si nadie de la cartera educativa se acercó a dialogar con los estudiantes, realizarán otra asamblea para determinar nuevas medidas.
Las primeras horas de la toma del Mariano Acosta transcurrían con total normalidad, familias de las y los chicos decidieron acompañarlos y hasta el rector, Julio Pasquarelli, se encontraba en el lugar. “Al estar menos de tres horas en la toma entró un señor de la empresa MIG SA diciendo que había recibido un llamado de urgencia, el cual nunca se realizó y a pesar de que la comisión de seguridad le pida reiteradas veces que no ingrese, lo hizo igual”, cuenta a Tiempo Isabella Spátola, coordinadora del centro de estudiantes del Mariano Acosta.
Tras el ingreso de esta persona, el colegio quedó totalmente a oscuras alrededor de las 20:50. Parte de la comunidad educativa, padres y autoridades de la escuela bajaron a la sala de máquinas alumbrándose con teléfonos celulares y se acercaron al tablero principal. Verificaron que alguien cortó el suministro desde ese lugar “bajando la palanca”, una situación que no necesitó de mayores inconvenientes y que supieron solucionar para reestablecer rápidamente el servicio.
“Al rato (cerca de las 22) se vuelve a cortar y al fijarnos los cables estaban cortados por unas herramientas que acá no tenemos. Sabemos que esto fue una movida para levantar la toma”, agrega Spátola.
Por su parte, el rector del Mariano Acosta, Julio Pasquarelli, en diálogo con Tiempo aseguró que la persona desconocida que había ingresado al colegio estaba identificada como trabajador de la empresa MIG, que es la empresa tercerizada por el Ministerio que realiza tareas de mantenimiento en varias escuelas y que, tras el corte de luz, “nos dijo que él había venido a destapar los baños, y en ese momento me percato que este hombre no traía los materiales para destapar baños, sino que tenía una caja de herramientas con cables y elementos de medidores de electricidad”, cuenta Pasquarelli “Le pregunté por qué si él venía a destapar baños tenía esa caja, se puso nervioso, un grupo de padres le pregunto lo mismo, llamé a su jefe de la empresa y el señor me responde que no podían enviar ninguna guardia a esa hora y que la escuela iba a quedar sin luz”, agrega el Rector, al mismo tiempo que aseguró que, si bien no está a favor de la toma, se va a quedar al lado de sus estudiantes hasta que se reestablezca el suministro de luz.
Pocas horas antes de que ocurriera este grave hecho, la ministra de Educación, Soledad Acuña, mostró su enojo en las redes sociales con expresiones virulentas hacia el conjunto de las y los estudiantes: “El populismo lo único que busca es hacer daño. Baja línea dentro de las aulas, impone su ideología e incentiva conductas violentas como la toma de escuelas”, posteó la titular de la cartera educativa, mientras intentó menospreciar la decisión de los estudiantes votada por amplia mayoría en asamblea, al señalar que fue “un grupo de estudiantes de la escuela Mariano Acosta” el que “decidió tomar la escuela por intereses claramente partidarios. Los alumnos no tienen que ser rehenes dentro del juego político. Debemos garantizarles el derecho a educarse”.
Un comunicado del Centro de Estudiantes, exige a las autoridades del ejecutivo local “que nos devuelvan la luz y seguridad dentro del establecimiento que tiene menores de edad adentro. Exigimos que no haya persecución política Nunca Más”. En el mismo documento publicado en el perfil oficial del Centro, reclaman garantías para poder continuar con sus reclamos. Exigen que se les permita “luchar, movilizarnos y visibilizarnos como debemos, como hace años lo hacemos, unides y organizades. Y que de una vez por todas nos escuchen y nos den el espacio para dialogar”.
La “advertencia” de Acuña previa a la toma
El 21 de septiembre pasado, mientras el conjunto de las y los estudiantes celebraba su día, la Ministra Soledad Acuña envío un comunicado a estudiantes y familias del Mariano Acosta anticipándose a la decisión de los chicos que iban a tomar el lugar. Algunos padres consideran que “más que una advertencia lo de la ministra Acuña fue una amenaza”.
“A días de comenzar el 4° bimestres del ciclo lectivo, aún nos quedan por transitar valiosas instancias de aprendizajes”, comienza el comunicado y recordó que iniciarán otra etapa de las pasantías laborales gratuitas y el curso de “educación financiera”, donde empresarios del sector privado le enseñan a los chicos sobre criptomonedas, empresas fintech y economía digital, entre otras. “Estas oportunidades de aprendizajes se verán perjudicadas ante la hipotética toma del establecimiento”, continúa el documento.
“Les recordamos que se encuentran vigentes las ‘Pautas para la Convivencia Escolar’, aprobadas por Resolución N° 643 MEGC/18”, agrega la misiva, haciendo mención a un documento aprobado unilateralmente en 2018 por la cartera educativa que, intenta responsabilizar de la toma de los colegios a los equipos de conducción y a las familias de los chicos.
“Las pautas mencionadas”, sigue el comunicado “establecen la responsabilidad de las familias sobre el cuidado de sus hijos/as mientras dure la toma de la escuela y prevé, en caso de no retirarlos/as, su exclusiva responsabilidad sobre éstos y por los hechos y daños que pudieran ocasionar”.