La emoción de estar juntas. La fuerza de estar acompañadas. La certeza de que nunca más. Eso latía el martes por la tarde en el escenario del Multiteatro donde al menos sesenta actrices acompañaron a Thelma Fardin a hacer pública su denuncia de abuso sexual contra Juan Darthés.
Sus colegas, firmes leyeron primero el documento con lágrimas contenidas pero con voz empoderada en esta colectiva de Actrices Argentinas que nació en la lucha en la pelea por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y que consolidó una fortaleza inigualable.
En un silencio absoluto y desde un video, Thelma contó paso a paso cómo sucedieron los hechos. “Durante nueve años mantuve en silencio lo que me pasó, hasta que hace unos meses, estaba en un programa infantil muy exitoso, tenía 16 años, era una nena. El único actor adulto que viajaba en el grupo tenía 45 años. Una noche comenzó a besarme el cuelo y yo le dije que no. Me agarró la mano, me hizo que lo tocara y me dijo ‘Mirá como me ponés’, haciéndome sentir su erección. Yo seguía diciendo que no. Me tiró en la cama, me corrió el shorcito y empezó a practicarme sexo oral. Yo seguía diciendo que no”, relató la actriz entre lágrimas. También contó que alguien del hotel que tocó la puerta casualmente, y gracias a ello, pudo salir de esa situación. “Cuando lo conté por suerte me encontré rodeada de gente dispuestas a acompañarme y sobre todo darme mucho amor», expresó la actriz.
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Los hechos que relata Thelma Fardin fueron durante una gira con la exitosa gira «Patito feo», que fue producida por Ideas del Sur, distribuida por Televisa y emitida por El Trece. La joven hizo la denuncia penal la semana pasada en la unidad fiscal especializada en género del Ministerio Público de Nicaragua, pues la presentación judicial debe realizarse en el país donde ocurrió el hecho a investigar.
Luego del video, Thelma contó que no había hablado más del tema y que luego de enterarse las denuncias de sus colegas, decidió sumarse a ellas. “Como todo hecho de violencia sexual fue dramático y difícil de hablar en ese momento. Estaba con compañeras que también tenían 17 años y no tenían herramientas, no se lo dije a nadie más, ahí terminó la gira”, contó. “Después se bloqueó por completo cualquier posibilidad para mí de procesar eso en ese momento”, agregó. “Además de Calu (Rivero), Anita Coacci y Natalia Juncos y todos los medios invisibilizaron esa denuncia. Yo estaba viviendo afuera y eso me movilizó profundamente y en ese momento sentí que tenía que decir algo. Primero resolverlo yo en mi fuero interno, después sentirme acompañada de mi gente y después mis compañeras”, dijo.
“Si hay algo que me pasó en particular es que me di cuenta que tenía un rol fundamental y que lo que me había pasado podía servir para que más personas se animen a hablar. Teniendo las herramientas y este colectivo impresionante de mujeres, la gente cercana que me apoya, pude hacer todo este proceso y hoy estar acá”, finalizó la actriz.
Griselda Siciliani, Nancy Duplaá, Dolores Fonzi, Jazmín Stuart, Julieta Cardinali, Julieta Díaz, Julieta Ortega, Julieta Zylberberg, Lali Espósito, Laura Azcurra, Violeta Urtizberea, Cecilia Dopazo, Cecilia Roth, Cristina Banegas, Mirta Busnelli, Muriel Santa Ana y Bárbara Lombardo, son tan sólo algunas de las mujers que abrazaron a Thlema en este reclamo.
El tenso silencio del inicio se convirtió en un grito liberador para las mujeres que pusieron en el escenario la firme frase de “mirá cómo nos ponemos”. Frente a las actrices se encontraban varias históricas militantes del feminismo quienes las acompañaron y las alentaron durante la conferencia.
La necesidad de un protocolo
El documento elaborado por la colectiva de Actrices Argentinas recorre y desnuda una serie de problemáticas del ambiente artístico.
“Como ya sabemos, el movimiento de mujeres y otras diversidades sexuales se propone desterrar un régimen de violencia e impunidad sostenido tanto desde el Estado, como en cada espacio donde se juegan relaciones de poder. Están presentes en nuestros trabajos y lugares de formación. El precio que nos ha sido impuesto a la hora de desarrollarnos profesionalmente ha sido el de callar y someternos. Según una encuesta reciente de SAGAI, el 66% de les intérpretes afirmó haber sido víctima de algún tipo de acoso y/o abuso sexual en el ejercicio de la profesión. Se parece más a una norma que a una excepción. Porque, ¿a quién vamos a denunciar? ¿Al jefe de casting? ¿Al dueño de la productora? ¿Al director de la obra o película? ¿Al maestro de teatro?” expresa el comunicado.
“Hoy decimos Basta. Escúchennos: el tiempo de la impunidad para los abusadores debe terminar. Las actrices somos ignoradas al denunciar y exponer los abusos. Se duda sistemáticamente de nuestras voces y de nuestros testimonios. En nuestro ámbito laboral se nos aísla frente a vivencias traumáticas que están naturalizadas, que llevan, a veces, años identificar y poner en palabras. Mientras tanto, el abusador habla, actúa y trabaja con total impunidad y pretende hacer a la víctima responsable de su propio abuso.”, continúa.
Y agrega, “en nuestro medio, la opresión y cosificación son moneda corriente. Se erotiza y sobreexpone a niñes y adolescentes en la industria del entretenimiento. Estamos casi siempre desprotegidas por quienes nos contratan. Por ejemplo, se envía a menores de edad de gira sin tutelaje suficiente y adecuado. No hay protocolos de acción frente a casos de abuso; y la lista podría seguir porque es inmensa. Necesitamos herramientas para enfrentar estas cuestiones que además se ven agudizadas por la precariedad laboral y la falta de trabajo”.
En ese sentido, Lali Esposito, una de las caras más visibles de la colectiva, dijo. “Me sorprendió que nadie hable de cómo es trabajar con gente adulta siendo menor. Tenemos que cambiar el chip porque tenemos naturalizadas muchas situaciones. Ella fue muy valiente de contar esto porque nadie cuestiona que una chica viaje sola en una gira. Por mi parte, es muy lindo estar acompañada y sentir que el apoyo es de todas y todos. Mi deseo más grande es que todo esto ayude a cambiar las cabezas, en el arte y en cualquier trabajo”.
La importancia de un colectivo sororo
Por su parte, otra de las actrices clave en esta organización es Alejandra Flechner. “Me siento orgullosa de esta alianza que empezó al calor del aborto legal, seguro y gratuito junto a la campaña y a partir de ese momento empezó a ser una red federal”, agregó.
Las mujeres trabajan en asambleas donde se plantean diferentes problemáticas. “Hablamos mucho de esta problemática que trajo la compañera (en referencia a Thelma) que es tan común que la justicia ponga en duda la víctima, la vuelva a abusar y la vuelva a matar como en el caso de Lucía Pérez”, destacó. “Esto que pasó hoy marca un punto en el que no nos vamos a callar más, da una posibilidad a toda una sociedad en la que estas cosas no se pueden permitir”.
También habló de la situación laboral de las actrices. “Necesitamos un protocolo, que nos cuiden, que nos protejan al menos en el lugar de trabajo, ni hablar si sos menor de edad. Las mujeres estamos muy desprotegidos en todas las áreas de la cuestión laboral: estamos abajo en la plata, en las condiciones, pareciera que tenemos que ser un territorio disponible de ser avasallado. Esto se da en todos los ámbitos en nuestro trabajo tenemos actrices menores que trabajan, que viajan. ¿Qué hacemos cuando nos pasa eso? Es como si la sociedad tratara este tema como si fuera algo privado, no, es laboral, el social y es grave”, resaltó.
“A partir de hoy, no quiero que ninguna compañera que viva estas situaciones se calle la boca, acá no nos callamos más, estamos todas nosotras”, finalizó.
Al finalizar la jornada, el eco de la frase “miren cómo nos ponemos”, resonaba en el Multiteatro. Las actrices (sólo algunas hablaban con la prensa) dejaban el lugar con sonrisas emocionadas. El dolor de una fue el dolor de todas, un dolor que se convirtió en fuerza, en amorosa compañía, en lucha femenina, en un camino despojado para siempre de silencios y miedos.