Denuncian que las autoridades del colegio intentaron ocultar la caída del techo. Docentes se descompusieron por un olor muy fuerte que hay en la escuela.
“Justo el lunes era el día de paro de maestros y maestras y con mis compañeros del Comercial nos encontramos en la legislatura en la jornada de lucha. Nos pareció rarísimo que se suspendiera las clases por una desratización, porque no había antecedentes de suspensión de clases por este tema, ni tampoco cuando hubo problemas muchos más graves”, cuenta a Tiempo Cecilia Segovia, docente del Comercial 4.
La desconfianza no solo era de profesores del comercial, también de las familias y estudiantes de la escuela, sorprendidos por la interrupción de la jornada lectiva. “Desconfiamos enseguida de que seguramente algo más grave podría haber pasado en el edificio. Y estábamos en lo cierto: el martes cuando vamos a trabajar nos encontramos con la escuela en una situación terrible, con todo un sector sin techo, sucia, en pésimas condiciones”, agrega Segovia. Los docentes afirman que en el lugar había mucho polvo, mampostería en algunos sectores del inmueble y un olor muy fuerte: “No entendíamos bien a que respondida ese olor, de hecho hay una docente que se descompuso y ese día se fue de la escuela”.
Las autoridades del colegio dijeron, sin dar demasiadas explicaciones, que el fin de semana realizaron algunos arreglos y que decidieron sacar los techos del segundo piso. Esa versión “oficial” finalmente fue desarticulada el miércoles, cuando un profesor del Comercial 4 que lleva a su hija a un programa de orquestas juveniles que funciona allí los días sábados, contó “que era mentira que el techo se haya desprendido a partir de un arreglo, sino que el sábado habían llegado los coordinadores y los docentes del programa de orquestas juveniles y se habían encontrado con esta parte de la escuela con el techo caído y después dieron aviso a la comunidad educativa de una supuesta desratización y de la suspensión de clases el lunes”, explica la docente.
La comunidad educativa del Comercial 4 es una escuela que tiene un historial de reclamos por mejoras en el edificio de hace muchísimos años. En 2015 la escuela fue mudada al inmueble actual, que ya se encontraba en malas condiciones, con la promesa de arreglos que nunca se realizaron.
“La situación es muy grave porque esa aula la cerraron y es el único espacio que cancelaron y después las preceptoras tenían que seguir estando en su preceptoría, al lado del espacio donde se había caído el techo y se empezaron a sentir mal. La verdad, es que no sabemos bien si es que eso sigue desprendiendo polvo, o si hay algo tóxico en los techos, porque no nos dan información. Lo cierto es que después de un rato de estar ahí sentados o de transitar por ese espacio, te empieza a picar la garganta y te hace sentir una sensación de ardor en los ojos”, afirma Segovia.
El jueves, el equipo docente exigió explicaciones a la rectoría de la escuela. Segovia, que además de docente es delegada, propuso que ni estudiantes, profesores y preceptores transiten por ese espacio. “Presentamos una nota pidiendo que aparezca por escrito que la escuela está habilitada para ser transitada y que los chicos y docentes podemos estar en el edificio. Está todo muy deteriorado y es muy grave lo que pasó, tenemos temor de que haya otros sectores de la escuela que puedan desmoronarse”, agrega Segovia y termina: “Si esto hubiese sucedido durante un día de clases hubiera sido una catástrofe y es algo que venimos avisando, que la escuela está en las condiciones deplorables y ahora se nos está cayendo literalmente”.
¿Complicidad de la rectoría y la supervisión escolar?
El temor de la comunidad educativa del Comercial 4 crece con el correr de las horas. Consideran que la escuela no está condiciones de ser habitada. Sostienen que hay un silencio cómplice entre la rectora de la institución y la supervisión escolar. “Uno de los supervisores es Gabriel de Luca, que es el que estuvo el día martes en la escuela y dijo que el techo se había desprendido a partir de unos arreglos, y no contó la verdad. Esto también generó mucho enojo en la comunidad educativa porque no es lo mismo que el techo se caiga partir de unos arreglos, de que se venga abajo por un desprendimiento repentino”, destaca Segovia.
“Esto genera mucha angustia y no sabemos que hacer, porque la rectora dice que está esperando instrucciones de la supervisión, que habló con el arquitecto y nada más que eso. Ya hay algunos pibes y pibas que se empiezan a sentir mal por el olor, con picazón de garganta y ardor en los ojos”, finaliza.
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En esta escuela se viven y vivieron situaciones de alto riesgo para la integridad física de estudiantes, personal docente y no docente. Durante la primera mitad del año la escuela estuvo en obra, para cambiar la instalación eléctrica y poder afectar al Comercial 4 a la Secundaria del Futuro. Todo esto se realizó sin tener en cuenta los graves riesgos estructurales del edificio y priorizar obras en tal sentido. Por otro lado, durante meses hubo obreros trabajando con maquinaria, solventes y otros materiales inflamables mientras en la escuela se dictaban clases “normalmente”. Además, se restringió la circulación interna, tapeando pasillos y puertas, lo que transformaba el edificio en una potencial trampa mortal. Los incontables reclamos de la docencia y los/as estudiantes, no fueron tenidos en cuenta. La lógica del “cada día cuenta” expuso a más de 500 personas, poniéndolas en riesgo y el Ministerio miró para otro lado una y otra vez.
en capital federal al electorado no le importa la educación pública ni la saluda pública ni los servicios públicos ni la costa ni los espacios verdes por eso construyeron un refugio para el macrismo