Las malas condiciones edilicias de las escuelas públicas porteñas no son una novedad. La comunidad educativa desde hace años intenta visibilizar diferentes situaciones que ocurren puertas adentro de los edificios escolares, frente al hermetismo profundo de algunos equipos directivos y supervisiones del distrito. La mayoría de ellos presionados por la cartera educativa que conduce Soledad Acuña y otros por decisión propia. El domingo pasado, el equipo docente, familias y estudiantes de la Escuela de Comercio N° 04 Baldomero Fernández Moreno de San Telmo, recibieron un correo electrónico de las autoridades de la escuela, donde informaban que el lunes no iba a haber actividades, dado que el fin de semana se había hecho una desratización y tareas de mantenimiento. Los docentes denuncian que, en realidad, la suspensión del ciclo lectivo fue para ocultar el desprendimiento del techo en el segundo piso. El martes y el miércoles, tras retornar a la escuela, algunos docentes se descompensaron por un olor intenso que hay en el lugar.
“Justo el lunes era el día de paro de maestros y maestras y con mis compañeros del Comercial nos encontramos en la legislatura en la jornada de lucha. Nos pareció rarísimo que se suspendiera las clases por una desratización, porque no había antecedentes de suspensión de clases por este tema, ni tampoco cuando hubo problemas muchos más graves”, cuenta a Tiempo Cecilia Segovia, docente del Comercial 4.
La desconfianza no solo era de profesores del comercial, también de las familias y estudiantes de la escuela, sorprendidos por la interrupción de la jornada lectiva. “Desconfiamos enseguida de que seguramente algo más grave podría haber pasado en el edificio. Y estábamos en lo cierto: el martes cuando vamos a trabajar nos encontramos con la escuela en una situación terrible, con todo un sector sin techo, sucia, en pésimas condiciones”, agrega Segovia. Los docentes afirman que en el lugar había mucho polvo, mampostería en algunos sectores del inmueble y un olor muy fuerte: “No entendíamos bien a que respondida ese olor, de hecho hay una docente que se descompuso y ese día se fue de la escuela”.
Las autoridades del colegio dijeron, sin dar demasiadas explicaciones, que el fin de semana realizaron algunos arreglos y que decidieron sacar los techos del segundo piso. Esa versión “oficial” finalmente fue desarticulada el miércoles, cuando un profesor del Comercial 4 que lleva a su hija a un programa de orquestas juveniles que funciona allí los días sábados, contó “que era mentira que el techo se haya desprendido a partir de un arreglo, sino que el sábado habían llegado los coordinadores y los docentes del programa de orquestas juveniles y se habían encontrado con esta parte de la escuela con el techo caído y después dieron aviso a la comunidad educativa de una supuesta desratización y de la suspensión de clases el lunes”, explica la docente.
La comunidad educativa del Comercial 4 es una escuela que tiene un historial de reclamos por mejoras en el edificio de hace muchísimos años. En 2015 la escuela fue mudada al inmueble actual, que ya se encontraba en malas condiciones, con la promesa de arreglos que nunca se realizaron.
“La situación es muy grave porque esa aula la cerraron y es el único espacio que cancelaron y después las preceptoras tenían que seguir estando en su preceptoría, al lado del espacio donde se había caído el techo y se empezaron a sentir mal. La verdad, es que no sabemos bien si es que eso sigue desprendiendo polvo, o si hay algo tóxico en los techos, porque no nos dan información. Lo cierto es que después de un rato de estar ahí sentados o de transitar por ese espacio, te empieza a picar la garganta y te hace sentir una sensación de ardor en los ojos”, afirma Segovia.
El jueves, el equipo docente exigió explicaciones a la rectoría de la escuela. Segovia, que además de docente es delegada, propuso que ni estudiantes, profesores y preceptores transiten por ese espacio. “Presentamos una nota pidiendo que aparezca por escrito que la escuela está habilitada para ser transitada y que los chicos y docentes podemos estar en el edificio. Está todo muy deteriorado y es muy grave lo que pasó, tenemos temor de que haya otros sectores de la escuela que puedan desmoronarse”, agrega Segovia y termina: “Si esto hubiese sucedido durante un día de clases hubiera sido una catástrofe y es algo que venimos avisando, que la escuela está en las condiciones deplorables y ahora se nos está cayendo literalmente”.
¿Complicidad de la rectoría y la supervisión escolar?
El temor de la comunidad educativa del Comercial 4 crece con el correr de las horas. Consideran que la escuela no está condiciones de ser habitada. Sostienen que hay un silencio cómplice entre la rectora de la institución y la supervisión escolar. “Uno de los supervisores es Gabriel de Luca, que es el que estuvo el día martes en la escuela y dijo que el techo se había desprendido a partir de unos arreglos, y no contó la verdad. Esto también generó mucho enojo en la comunidad educativa porque no es lo mismo que el techo se caiga partir de unos arreglos, de que se venga abajo por un desprendimiento repentino”, destaca Segovia.
“Esto genera mucha angustia y no sabemos que hacer, porque la rectora dice que está esperando instrucciones de la supervisión, que habló con el arquitecto y nada más que eso. Ya hay algunos pibes y pibas que se empiezan a sentir mal por el olor, con picazón de garganta y ardor en los ojos”, finaliza.
Gerardo Walsh
5 November 2022 - 21:08
en capital federal al electorado no le importa la educación pública ni la saluda pública ni los servicios públicos ni la costa ni los espacios verdes por eso construyeron un refugio para el macrismo