Salguero

Por: Cecilia González

En esta casa de la calle Salguero, sin importar quiénes o cuántos sean, siempre los espera una copa de vino, un trozo de carne, una sonrisa y un abrazo.

En el barrio de Almagro hay una casa que (todavía) no figura en las guías turísticas pero, para todos los que la han visitado, ya es casi una leyenda.

La puerta que da a la calle es de hierro y angosta. Al abrirla, hay que atravesar un pasillo oscuro que comparte paredes con la pizzería de al lado y que desemboca en una segunda puerta. La definitiva. La que franquea el paso a una casa de amplios ambientes que incluye un taller con cientos de herramientas, un patio y una terraza colmada de plantas y habitada, por supuesto, por una parrilla de uso constante. De una pared cuelgan banderas de México, España, Italia, Brasil, Bolivia, Cuba. Es el legado de algunos visitantes.

Una larga mesa de madera, que suele rodearse de decenas de comensales, se destaca en el salón principal. Un estante luce una colección de mates y algunos libros. Al lado de un espejo que ocupa un muro completo hay máscaras, un sombrero de mariachi y una guitarra. En el escritorio relucen retratos de amorosas miradas.

En esta casa de la calle Salguero, sin importar quiénes o cuántos sean, siempre los espera una copa de vino, un trozo de carne, una sonrisa y un abrazo.

Ah, y un gato llamado Milton, heredero del ya mítico Poroto.

El anfitrión es Jorge.

Le dicen Keus. Es un hombre buen mozo, de barba encanecida y noble corazón nacido hace muchos años en un pueblito llamado Pirovano, que un día decidió dejar el campo y venir a Buenos Aires para cambiar su vida.

Desde entonces, en realidad se la cambia a los que tienen la suerte de conocerlo, porque es un ser que se entrega, que milita la solidaridad.

Si cuentas que tu casa es fría, te regala una manta. Si se te rompe el calefón, la licuadora, los auriculares, los arregla. Cuando logra que vuelvan a funcionar, aparece su sonrisa orgullosa.

Si se te corta la luz, revisa y repara la instalación.

Si eres vegetariano, se resigna a que el vacío, los choris y las costillas cedan lugar a papas y morrones con huevo.

Si se te antoja algún guiso, matambre a la pizza o carnes al disco, basta que se lo pidas. Si una rata entra una noche a tu casa, va al rescate de tu ataque de pánico.

Si te mudas, te ayuda a cargar tus muebles y tus cajas. Si estás triste, si lloras, te ofrece su hombro.

Si necesitas que alguien te escuche, siempre está dispuesto.

Si quieres festejar lo que sea, te ofrece su casa.

Si viajas, te lleva o te trae del aeropuerto. «Yo te ayudo» y «¿querés que te haga un asado?» son las frases que más repite. O «Me cayó muy bien» y «lo quiero mucho», cuando se refiere a otras personas. Ya sea que las conozca de más o menos tiempo, no hace grandes distinciones. Si le reconoces su generosidad, te responde que el que más gana con todo lo que hace y todo lo que da, es él, porque lo hace feliz.

Al principio, Salguero parecía una exclusiva embajada pirovanense. Abundaban los asados sin ensaladas, los brindis, las guitarreadas, los recuerdos y anécdotas compartidos de la querible gente del pueblito. De a poco, y gracias al talento de Jorge para cosechar amigos y convocar encuentros, su lugar se fue poblando de personajes de todas las edades, procedencias y oficios posibles.

En este hogar encontraron un vértice para acompañarse y construir una tradición colectiva que ya atraviesa a nuevas generaciones.

Así es que aquí se organizan fiestas únicas, con disfraces, concursos, bailes y risas. Hay, también, álgidos debates políticos (parece porfiado, pero escucha y puede cambiar de opinión; eso sí, no le toques a Cristina porque se pudre). También se concretan romances de corto o largo alcance. Surgen, sin planear, largas sesiones de confidencias que duran hasta la madrugada. Se planean viajes, se festejan embarazos, bodas, nacimientos, graduaciones, cumpleaños, publicaciones de libros, navidades, bienvenidas, despedidas o el mero placer de reunirse, ya sean dos o 100 amigos. El récord fue el centenar de personas que, hace tiempo, acudió a celebrar los 50 años de este hombre que ama juntar, presentar, compartir gente. Durante las noches de las reuniones nunca sabes cuándo va a dejar de sonar el timbre de la puerta.

Pero Salguero también es un espacio para duelos.

Los años pasan y, como Jorge advierte cada tanto, mientras arma un cigarrillo o cuenta una anécdota del sabio tío Coco: la vida es dura, injusta y nadie dijo que tuviera que ser lo contrario. Aunque las ausencias se acumulan, de alguna extraña manera la presencia de amigas y amigos que partieron es perenne. Siguen rondando por ahí, entre las copas de vino, los tangos, las chacareras. Los dolores, aquí, duelen un poco menos gracias a que se comparten. Los salguerianos saben que no están solos, que forman parte de una comunidad que Jorge cuida como uno de sus tesoros.

Y eso es un alivio.

Por eso, quienes van una primera vez, siempre quieren volver.

Compartir

Ping pong con Ángela Lerena: “A los 14 escuché Attaque 77 y me cambió la cabeza”

es una de las periodistas deportivas más admiradas de la Argentina. Hoy en su mesa…

4 mins hace

Agenda de Espectáculos con lo mejor de la semana

Las propuestas más atractivas de música, cine, teatro, streaming y mucho más.

10 mins hace

Por qué no se siente en el bolsillo la desaceleración de la inflación

El salto de los precios fue descomunal en los primeros meses del año, mientras que…

11 mins hace

Las rutas abiertas de América latina

En una semana, Xi Jinping inauguró el puerto de Chancay en Perú, participó del G20…

13 mins hace

Cristina: «Me quedo con el capitalismo peronista, en el que consumen todos y no sólo un unos pocos»

La expresidenta estuvo en la Universidad Nacional de Rosario. Cuestionó al gobierno de Milei. "No…

20 mins hace

La Justicia falla en contra de Milei en una demanda impulsada por Fontevecchia

El periodista y director del Grupo Perfil denunció al presidente por "injurias" a raíz de…

27 mins hace

Piden seguridad en las escuelas para evitar los robos de verano

Referentes de las cooperadoras escolares de la Ciudad detallan la situación de los establecimientos.

31 mins hace

Hernán Brienza: «El peronismo debe repensar el significado de la justicia social»

El escritor y periodista habla de su nuevo libro. Analiza los dilemas que enfrenta el…

34 mins hace

«El Jefe» versus Caputo: radiografía de la otra interna que crece en el corazón del gobierno

La hermana del presidente y el asesor estrella lanzaron cada uno sus agrupaciones. Muestran modos…

41 mins hace

Un festejo celeste y blanco por Racing pero también por el fútbol argentino

En medio del ya habitual dominio brasileño en la Libertadores, el último título internacional era…

53 mins hace

Ni River ni Boca: Real Madrid y Barcelona ganaron la Copa Eva Duarte de Perón

Antecesora de la Supercopa Española, el trofeo se puso en disputa de 1948 a 1953…

56 mins hace

Pseudolibertarios, INDEC e inflación

La medición de los precios que toma en cuenta el Instituto de Estadística y Censos…

57 mins hace