El Negro Álvarez se presentó en el festival de Cosquín y sus chistes, esta vez, no pasaron desapercibidos por usuarios de Twitter que rechazaron su presentación a causa de su humor de carácter «machista y homofóbico», que empalmó con Los 4 de Córdoba.
Hasta esta mañana, el hashtag que lo registraba era #Cosquin2018, donde podía verse este repudio sólo de carácter digital dado que en la mítica Próspero Molina los espectadores no manifestaron disconformidad por los clásicos chistes del humorista que son políticamente incorrectos pero son graciosos, según afirma una espectadora oriunda de Villa María reconociendo la naturalización.
La lista de chistes misóginos que tratan a las mujeres como «quejosas, aburridas, caras largas, amargadas» e innumerables adjetivos que antes de calificar, descalifican a la mujer lleva en la cultura argentina una extensa lista. ¿Quién no recuerda alguna «bromita» de contexto familiar sobre la tildación de «consumista extrema» a la esposa que hace uso de la extensión de la tarjeta de crédito del esposo a la figura de la suegra pesada?
Bajo la luna coscoína, las críticas -recopiladas por Sintonía 1. registraban un amplio espectro: «Impresentable los chistes del Negro Alvarez, machistas, misóginos, homofóbicos y discriminatorio para las personas con discapacidad. Aprendamos a ser más hombres y menos machos».
Otro de los comentarios apelan a que los dichos llevan un discurso rancio y muy penoso: «Lamentables lo del Negro Álvarez, machista, homofobico y desactualizado a los tiempos que corren. ¿De verdad no tiene otros argumentos que no apelen a la violencia machista para hacer reír?»
Esta mañana, Álvarez debió brindar una conferencia en radio donde no sólo no pidió disculpas sino que argumentó que su lenguaje no era discriminatorio. Y lo hizo de un modo tautológico, es decir con un lenguaje repetido en sí mismo y cerrado, además de hiperbólico. Dijo: El humor es el humor. Y también «Todos los humoristas se van a tener que ir del país». La alusión al carácter expulsivo de Álvarez habla por sí mismo.
¿Será que las mujeres no tienen humor para el Negro? ¿Tampoco la comunidad LGTBIT o las personas con capacidades diferenciadas? La realidad es que hay muchísimas mujeres haciendo humor, basta sólo con pasar por el artículo de Luciana Péker La risa que te parió en el libro Mujeres y varones en la Argentina de hoy para entender que los viejos comediantes no pasarán inadvertidos al fomentar su machismo en cualquier escenario. Al mismo tiempo que la irrupción del feminismo irreverente no bajará la cabeza ni pedirá permiso.
Los diagnósticos de los usuarios son precisos, aunque para el humorista la reacción fue desmedida y lo justificó con tono irónico y sin dar explicaciones o vueltas para atrás. Si quisiéramos, sin demasiado esfuerzo, podríamos revisar otros casos de humoristas, como por ejemplo gráficos para darnos cuenta que sí es posible otra forma. Tal es el caso de Iñaki Echeverría, un varón dibujante que no descalifica a las mujeres sino que recupera justamente los lugares comunes de la mamá primeriza para asumirlos y desnaturalizarlos.